Parece que apenas fue ayer cuando se discutía sobre el gran daño de Internet a la industria del cine, televisión, ya ni se diga a la música, pero el tiempo le ha dado la razón a quienes apostaron por proyectos que hoy, más que dañar, han impulsado la adopción de sistemas de streaming por parte de las productoras y disqueras; lo que me lleva a la pregunta, ¿alguien compra discos todavía?
Las industrias que un día fueron enemigas, ahora hacen mancuerna para explotar las ventajas en internet. Incluso el mercado de los electrónicos se ha adaptado a estos cambios de consumo. Podemos encontrar modernos dispositivos que ya no necesariamente tienen bandejas para 10 discos compactos, dos reproductores de cassette y radio FM; hoy vemos en los aparadores potentes bocinas para adaptar un teléfono móvil, con entrada para USB o conexión por bluetooth, modelos compatibles con las exigencias de consumo. Si eres de los que ya no quieres pilas y pilas de discos, entonces el mejor consejo que te daré es ve y compra equipo de audio al mejor precio en la tienda en línea de Walmart.
Si bien todavía se discute sobre las conveniencias del modelo de distribución digital, las plataformas sobrevivientes a las demandas de las disqueras crecen en número de usuarios, por eso es importante estar presente en ellas y ceder ante la demanda de los usuarios que están dispuestos a pagar una suscripción para escuchar música en todos sus dispositivos, sin tener que descargar megas y megas o simplemente tener la canción favorita y no todo un álbum. Si a todo esto le sumamos que al igual que Facebook, estas empresas aprovechan todos los datos para analizar gustos, segmentos, comportamientos, entonces se vuelven más atractivos para la industria, pues tienen la posibilidad de tener más indicadores para saber si un lanzamiento es atractivo o no, cuál es el alcance y potencial de un artista, qué géneros tienen mayor penetración, datos de geolocalización, uso de dispositivos, en fin, una gran cantidad de datos que se pueden explotar para crear contenidos más apegados a los gustos de las personas.