Las historias que hemos conocido de cooperación, esperanza, solidaridad, cooperación y activismo en las redes sociales a veces son condimentadas por aquellas que muestran lo peor de un ser humano, de lo estúpido que puede ser el actuar viceralmente ante acciones de terceros en estas plataformas sociales, que no sólo recalcan lo mejor de las personas sino lo más ridículo y absurdo.
Esta historia inicia cuando Jennifer Christine Harris de 30 años junto a su amiga, acuerdan convocar a sus amigos a una fiesta y enviar las invitaciones por medio de Facebook, conforme pasaban los días las respuestas recibidas no coincidían con los planes de estas dos mujeres.
Posteriormente intercambiaron insultos a causa del fracaso de la reunión. La siguiente acción fue la eliminación de Jennifer del perfil de su amiga. Tanto fue el enojo de ella que a la 1am decidió prender fuego a la casa de su ex-amiga.
Como están las cabezas por Dios…