Arabia- Principios del Siglo XX.
Bajo el inclemente cielo del desierto, dos líderes enemigos se encuentran cara a cara. El campo de batalla está cubierto por los cuerpos de sus guerreros. El vencedor, Nesib, emir de Hobeika (ANTONIO BANDERAS), establece sus términos de paz ante su rival, Amar, sultán de Salmaah (MARK STRONG). Los dos hombres acuerdan que ninguno de los dos reclamará la tierra de nadie entre ellos, llamada el Cinturón Amarillo. A cambio, y según la costumbre tribal de entonces,
Nesib “adoptará”, o mejor dicho tomará como rehenes a los dos hijos pequeños de Amar, Saleeh (AKIN GAZI) y Auda (TAHAR RAHIM), como garantía de que ninguno de los dos hombres invadirá al otro. Años después, Saleeh y Auda se han convertido en jóvenes. Saleeh, el guerrero, ansía escapar de su jaula de oro y regresar a la tierra de su padre. A Auda sólo le interesan los libros y el deseo de aprender. Un día, su padre adoptivo, Nesib, recibe la visita de un petrolero texano (COREY JOHNSON). Este le dice al emir que su tierra ha sido bendecida con petróleo y le promete riquezas más grandes de las que podría imaginar.
Nesib imagina un mundo de posibilidades infinitas; un reino con caminos, escuelas y hospitales, todo pagado por el oro negro bajo la arena estéril. Sólo hay un problema: el preciado petróleo se encuentra en el Cinturón Amarillo.
Saleeh muere en su intento por escapar y regresar al reino de su padre. La tarea de negociar la paz entre los dos reinos queda en manos del joven Auda. Nesib orquesta el casamiento de su hermosa hija, la princesa Leyla (FREIDA PINTO), con Auda. Aunque esa unión conlleva intereses políticos, pues libera a Nesib de seguir ciñéndose al tratado de paz con Amar, para Auda y Leyla su matrimonio es un símbolo de un nuevo comienzo, un amor que empezó en su infancia y la oportunidad de cambiar el mundo que los rodea. Auda viaja a Salmaah como emisario de paz.
Tras reencontrarse con su padre, Amar, descubre una nueva perspectiva de la vida, basada en la devoción, la piedad y la humildad. Su padre le asigna una tarea aparentemente imposible: atravesar el imponente paisaje desierto de la Casa de Alá junto a su medio hermano Ali (RIZ AHMED) como señuelo y un ejército de ladronzuelos como única compañía. La idea es engañar a Nesib y permitirle a Amar movilizar su verdadero ejército para conquistar el reino de Hobeika. A lo largo de su viaje, lleno de espectaculares batallas contra tribus y clanes rivales, en el cual libera a la hermosa esclava Aicha (LIYA KEBEDE), Auda dejará de ser un bibliotecario para convertirse en un líder.
El escenario está dispuesto para un épico enfrentamiento por el control del Cinturón Amarillo de los dos reinos y en última instancia, del futuro.
Sobre la producción
“El Príncipe del Desierto”, del aclamado cineasta Jean-Jacques Annaud, promete llevar al público al corazón del desierto árabe como sólo se hacía en la Época Dorada del cine. En el centro de esta historia se encuentra un joven príncipe (TAHAR RAHIM), atrapado entre dos padres, dos amores, dos alternativas y un solo destino, al tiempo que se descubre petróleo en la península arábiga a principios del siglo XX. Al final del filme, el sencillo bibliotecario se volverá rey, unificador de tribus y líder de su pueblo. En el camino, el público se fascinará con los asombrosos paisajes y las espectaculares batallas, con cientos de extras, caballos, camellos, aviones y tanques, así como con la clásica historia de amor.
El épico relato tiene una historia de fondo casi tan emocionante como el filme mismo.
En 1976, un joven aspirante a productor de cine de nombre Tarak Ben Ammar, quien apenas comenzaba su carrera, luchaba por ganar reconocimiento, para sí mismo y para su natal Túnez, como una localidad potencial para cineastas. Su gran oportunidad llegó cuando convenció a George Lucas de filmar en Túnez escenas clave de un ambicioso proyecto de ciencia ficción en el que el director trabajaba. El filme en cuestión era “Star Wars” y su increíble éxito a nivel mundial ayudaría a dar a conocer a Ben Ammar y a Túnez en la industria cinematográfica.
En el set de “Star Wars” Ben Ammar leyó una novela llamada “South of the Heart”, del escritor suizo Hans Ruesch. De inmediato lo cautivó la descripción de Ruesch de las tribus beduinas de la península arábiga, justo cuando el descubrimiento de petróleo cambiaría sus vidas y el mundo para siempre. Puesto que él mismo es árabe, Ben Ammar se dio cuenta de que la historia de Ruesch tenía todos los ingredientes clásicos para hacer un filme que gustaría al mundo entero y que ofrecería una imagen positiva del mundo árabe y del islam. En ese entonces, recurrió a Paramount Pictures, que accedió a cofinanciar y coproducir el filme, y comenzó a reunir un reparto internacional que incluía a Omar Sharif, Richard Harris y Anthony Quinn.
“Recorrí el mundo tratando de recaudar el resto del dinero de fuentes árabes”, recuerda Tarak Ben Ammar. “Pensaron que era un jovencito que trataba de hacer películas y simplemente se rieron de mí. En ese entonces no les importaban los filmes. Estamos hablando de la época del auge del petróleo, a finales de la década de los 70. Lo que les interesaba era invertir en caminos y edificios, financiar bancos y comprar armamento. Seguramente recurrí a todos los multimillonarios y bancos de aquel entonces, pero no tuve éxito”.
En lugar de ese proyecto, Ben Ammar trabajó en “Raiders of the Lost Ark”, de Steven Spielberg, la cual también se filmó en Túnez. A partir de entonces, Ben Ammar se convirtió en uno de los productores de cine y televisión más exitosos de Europa, pues trabajó con grandes como Roman Polanski, Franco Zeffirelli, Brian De Palma, Guiseppe Tornatore, Rachid Bouchareb y Julian Schnabel. Aunque el imperio empresarial de Ben Ammar crecería en los años siguientes, hasta incluir producción de cine y televisión, postproducción y distribución, así como su incursión en el mundo bancario y financiero, nunca olvidó su sueño de llevar a la pantalla grande la historia de Hans
“Cada cinco años volvía a comprar los derechos del libro”, dice Ben Ammar. “Seguía diciéndome a mí mismo que haría esta película. Así fue por más de 30 años. Siempre temí que alguien más la llevara a las productoras. Nunca dejé de creer, aunque ya había gastado mucho dinero en él, que estaba escrito que haría este filme algún día, mientras estuviera en este mundo”.
Dos encuentros fortuitos más de 30 años después de que Ben Ammar leyera por primera vez el libro de Ruesch serían los catalizadores de la cristalización de su antiguo sueño. El primero fue una reunión con el cineasta de renombre mundial Jean-Jacques Annaud. Ellos habían sido amigos desde hacía años, pero nunca habían encontrado el proyecto adecuado en el cual trabajar juntos.
Hasta ahora. El mundo árabe fascinaba a Annaud. A lo largo de los años, recorrió toda la región con su familia y siempre había querido explorarla en un filme. El director desarrollaba una cinta sobre la invasión a Libia en el siglo XIX por un grupo de infantes de marina estadounidenses, y era este proyecto el que Annaud originalmente quería discutir en la reunión. Sin embargo, la conversación pronto giró hacia el libro que Ben Ammar guardó durante tres décadas.
“Me pidió que leyera un libro de Hans Ruesch”, recuerda Jean-Jacques Annaud. “Tenía todos los grandes elementos de un filme de aventuras, los cuales te harían, como espectador, viajar a otro mundo. Tenía los elementos adecuados de fantasía y una atmósfera parecida a la de “Las mil y una noches”, pero ambientado en un pasado no tan remoto. Esta historia de un joven príncipe dividido entre dos padres y dos maneras de ver el mundo, me pareció muy universal. Devoré la novela mientras montaba a caballo con los beduinos en el desierto árabe. ¿Acaso hay un lugar mejor para dejarte cautivar?”
“Necesitaba un director que entendiera el respeto que debíamos tener hacia el mundo árabe”, agrega Ben Ammar. “No quería una interpretación hollywoodense del mundo árabe. Quería que tuviera el estilo de Hollywood en cuanto a la calidad, el alcance y la acción, pero tenía que ser auténtico. Jean-Jacques logró eso a la perfección. Investigó sobre el islam y el sagrado Corán y ha sido muy respetuoso. También comprendió que estábamos haciendo un filme para un público internacional”.
Días después de que Annaud se comprometiera a realizar ” El Príncipe del Desierto“, Ben Ammar recibió una llamada telefónica de un conocido mutuo en nombre de la jequesa Mayassa bint Hamad Al-Thani, de Qatar, solicitando una reunión. La joven princesa catarí estaba interesada en construir una industria cinematográfica sustentable en Qatar, como él lo había hecho con éxito en Túnez. El encuentro derivó en una amistad duradera y en el siguiente paso para llevar ” El Príncipe del Desierto” a la pantalla grande.
“Esa es la magia de la voluntad de Dios”, dice Ben Ammar. “La jequesa Mayassa y su madre, la jequesa Mozah, me invitaron a Qatar. Atravesaba el desierto con mi familia para llegar allá y de pronto vi el paisaje perfecto que necesitaba para “El Príncipe del Desierto”. Había una duna de arena especial que llevaba directamente al mar, lo cual es una escena crucial en el libro”.
Ben Ammar llamó de inmediato a Jean-Jacques Annaud para hablarle de la localidad. El director se alegró muchísimo por el hallazgo.
“Era perfecta”, dice Annaud. “Me encantan los desiertos, y sé que son muy diferentes en distintas partes del mundo. Incluso el color de la arena varía de un lugar a otro. Lo que me encantó en Qatar fue que el desierto, completamente árido, llegaba directamente al mar. Fue emocionante, y un privilegio para mí como director, filmar donde nunca antes se había hecho”.
Ahora que Qatar era parte del proyecto, como localidad y socio coproductor, a través del Instituto de Cine de Doha, recientemente inaugurado, Tarak Ben Ammar se dispuso a reunir el resto de las piezas creativas del rompecabezas. El guionista Menno Meyjes (“The Colour Purple”; “Indiana Jones and The Last Crusade”) fue el encargado de adaptar el libro de Ruesch.
Sobre el reparto y los personajes
“El Príncipe del Desierto” está llena de personajes inolvidables destinados a mostrarle al público un lado del mundo árabe que rara vez se ha visto en pantalla. Todo gira en torno al príncipe Auda, el tímido bibliotecario que crece a lo largo de la historia para convertirse en rey. Tarak Ben Ammar y Jean-Jacques Annaud sabían que necesitaban a alguien que pudiera transmitir de manera convincente la transformación del personaje: de un inocente académico a un aguerrido guerrero.
El actor elegido también necesitaría la sensibilidad y el carisma suficientes para darle calidez al romance con la princesa Leyla. Además, tanto Ben Ammar como Annaud estaban decididos a que su protagonista fuera un actor árabe, y su intención era lanzar una nueva estrella internacional por primera vez desde que Omar Sharif interpretara el emblemático papel de Sherif Ali en “Lawrence of Arabia”, de David Lean, hace más de 50 años. El productor y el director sólo tenían un candidato preseleccionado: Tahar Rahim. El actor franco-argelino recientemente había saltado a la fama como protagonista de “A Prophet”, de Jacques Audiard, y había ganado dos Premios César (el equivalente al Oscar en Francia) como Mejor Actor y Actor Más Prometedor. El filme también ganó el Premio BAFTA como Mejor Película Extranjera.
“Tahar era el indicado para interpretar al príncipe Auda”, explica Jean-Jacques Annaud. “Es uno de los actores más talentosos de su generación, así como el joven más encantador y generoso que puedes tener en el set. Él es de Argelia, así que forma parte de la cultura árabe. No tuve que explicarle cómo rezar o cómo comportarse frente a un anciano. Era muy importante para nosotros que el personaje principal proviniera de esa civilización”.
“Sabíamos que nuestro héroe tenía que ser un joven árabe. No podíamos elegir a un actor estadounidense para interpretar a un joven árabe”, añade Tarak Ben Ammar. “Gracias a Dios que encontramos a Tahar, porque fue el protagonista perfecto”.
“El personaje de Auda es un príncipe atrapado entre dos padres y su perspectiva opuesta del mundo. Él crea una burbuja a su alrededor y vive en su propio mundo de libros”, cuenta Tahar Rahim. “Su burbuja se rompe cuando la guerra regresa a los dos reinos y él pierde su inocencia. Al regresar con su verdadero padre, regresa a sus orígenes. Eso lo hace más fuerte y nos damos cuenta de que es un líder nato”.
Para el resto del elenco, los realizadores buscaron afanosamente un grupo internacional y diverso de actores para darle vida a la rica mezcla de culturas de la península arábiga de principios del siglo XX. Era de vital importancia para Jean-Jacques Annaud encontrar a dos actores que pudieran encarnar a los imponentes personajes de los dos reyes, el emir Nesib de Hobeika y el sultán Amar de Salmaah. Estos dos personajes no podrían ser más diferentes. Nesib es el rey encantador y taimado que ansía las riquezas y el poder que el petróleo significaría, para él y para su reino. Amar, por otro lado, es el soberano piadoso y conservador que cree que el petróleo será la ruina de los beduinos y los árabes. Amar teme la influencia corruptora que tendría en su pueblo, mientras que, para Nesib, esta riqueza recién descubierta es un vehículo para convertir su territorio en un moderno oasis con caminos, hospitales, escuelas y por supuesto, armamento.
Para el personaje de Nesib, la primera opción de los realizadores siempre fue Antonio Banderas. El actor, originario de la región de Andalucía, de marcada influencia árabe, ya había interpretado a un personaje árabe en la pantalla en “The 13th Warrior”, en 1999. “El Príncipe del Desierto” le ofrecería una nueva oportunidad para regresar a sus raíces.
“Como andaluz, mis orígenes y mi historia siempre han tenido un cierto contacto con los mundos musulmán y árabe”, dice Antonio Banderas. “Desde los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001, ha habido una bipolarización del mundo y ciertos aspectos de la cultura árabe se han tergiversado. Este es un filme épico de romance muy entretenido, pero lo importante para mí era que además, nos daría la oportunidad de mostrar un poco más de esta cultura, que yo considero casi mía. Es como si tuviera en mi subconsciente una mezcla abstracta de colores, sonidos y música. Es algo que sientes cuando caminas por Andalucía, Málaga, Granada y Sevilla. Cuando visito los países africanos, hay algo que sé que es parte de mí”.
Ahora, Annaud y Ben Ammar necesitaban a un actor para el papel de Amar con la solemnidad y la presencia suficientes como para no perderse frente al cautivador personaje de Nesib. Lo descubrieron una noche, cuando veían “Body of Lies”, de Ridley Scott.
“Vimos a un actor maravilloso que interpretaba con tanta precisión el acento y comportamiento de un jefe de seguridad jordano que nos preguntamos: ‘¿Quién es este extraordinario actor árabe?’”, cuenta Annaud. “Ese actor resultó ser Mark Strong, quien, en realidad, es inglés, y tiene los ojos azules, como muchos árabes. Debemos recordar que una de las influencias del pueblo árabe proviene de los cruzados, en especial en el harén del emir, donde con frecuencia encuentras mujeres y niños de ojos azules”.
Para Mark Strong, la oportunidad de interpretar a un personaje tan complejo y con tantos matices como Amar era demasiado buena como para dejarla pasar.
“Recuerdo haber leído el guión en Cannes, en un día soleado en el balcón de un hotel, y que el romanticismo de toda la historia me cautivó por completo. No había leído un guión tan extraordinario como ese en mucho tiempo”, asegura Mark Strong. “Amar es un hombre de gran orgullo, honestidad e integridad, que siente un inmenso amor por sus hijos y un enorme recelo de su enemigo. Quizá su único error es interponerse en el camino de la gente joven y de la vida moderna que se aproxima”.
Después de elegir a los tres protagonistas masculinos, los realizadores se dispusieron a llenar el resto de su elenco con algunos de los actores jóvenes más fascinantes de todo el mundo. Este era un enfoque adecuado, dado que la historia se apoya en el poder de la juventud y su habilidad de cambiar el mundo que la rodea. Para el personaje de la princesa Leyla, la ambiciosa y bella hija de Nesib, Annaud recurrió a la estrella en ascenso Freida Pinto. Al igual que su padre en la pantalla, Antonio Banderas, esta sería la segunda vez que Pinto encarnaría a un personaje árabe en un largometraje destacado, tras su interpretación de una joven palestina en el aclamado “Miral”, del director Julian Schnabel.
Esta vez, Pinto tendría que interpretar un papel que requería belleza y fragilidad, así como la determinación férrea de enfrentarse a los hombres a su alrededor para escapar de la jaula dorada de su personaje.
“Algo que me atrajo del personaje es que, aunque este es un filme androcéntrico, es Leyla quien realmente representa ese deseo de modernidad”, dice Freida Pinto. “En ese entonces, las mujeres en esa cultura no tenían mucha libertad. Leyla encarna a todas esas mujeres que quieren ser libres y tomadas en cuenta. Como sucede con India, siento que el mundo árabe no ha sido explorado en su totalidad o representado en filmes internacionales. Es un privilegio para mí volver a interpretar a una mujer árabe, poder representarlas y contar sus historias”.
Otros dos personajes cruciales son los hermanos de Auda, Saleeh y Ali. Nuevamente, estos personajes no podrían ser más diferentes. Como hermano mayor de Auda, Saleeh es todo lo que su hermano menor no es en un principio. Saleeh es un guerrero audaz y halconero experto, que ansía escapar de su hogar adoptivo en Hobeika para regresar a su natal Salmaah con su verdadero padre, Amar. Para ese papel, Annaud y la directora de reparto Lucy Bevan descubrieron a un joven y talentoso actor anglo-turco llamado Akin Gazi.
Ali, por otro lado, es el medio hermano de otra madre de Auda. Médico de profesión y hombre de ciencia, Ali toma el medievalismo anterior al petróleo que su padre Amar apoya con cierto recelo y una perspectiva irónica de la vida. Los realizadores encontraron la mezcla perfecta de cinismo e ingenio en el actor anglo-paquistaní Riz Ahmed.
Completando el elenco principal está la supermodelo convertida en actriz Liya Kebede.
Aunque aún es relativamente nueva en la pantalla grande, la joven etíope ya ha sido elogiada por su interpretación de la modelo convertida en activista Waris Dirie, en “Desert Flower”, de Sherry Horman. En “El Príncipe del Desierto” tiene el rol de Aicha, la esclava a quien el príncipe Auda libera, que proviene de la misma tribu que su madre. Es un papel crucial en el filme, pues encarna la máxima tentación para Auda, por la cual debe luchar para resistirse.
Para Jean-Jacques Annaud, elegir un reparto internacional era esencial para serle fiel a la historia.
“Tenía que asegurarme de que el elenco reflejara la gran diversidad de la población de la península arábiga, que tiene influencias de la India y Pakistán al este; de Sudán, Somalia y Zanzíbar al sur; y del Magreb, España y Turquía al norte”, expresa el director. Ese espíritu de una comunidad global con raíces en el mundo árabe se extiende al resto del reparto de “El Príncipe del Desierto”.
En total, en el filme participan 74 actores de más de una docena de países, de los cuales la mayoría forma parte del mundo árabe. Se eligieron a actores de reparto de Túnez, Egipto, Marruecos, Argelia, Qatar, Somalia y Líbano para darle a la cinta la autenticidad que los realizadores buscaban.
“Tuvimos castings en Londres, París, Berlín y, por supuesto, a lo largo de todo el mundo árabe, en Cairo, Damasco, Beirut y Doha”, explica Annaud. “Para mí fue fenomenal dirigir a esos actores porque aportaron el comportamiento, los gestos y la actitud adecuados”.
Sobre la filmación
Desde el principio, tanto Jean-Jacques Annaud como Tarak Ben Ammar imaginaron “El Príncipe del Desierto” a gran escala. Su intención era recrear los espectáculos clásicos de la Época Dorada del cine, al mismo tiempo que mostraban a los espectadores una historia moderna y contemporánea. Los realizadores sabían que su historia sobre el descubrimiento de petróleo en la península arábiga sólo podría ser contada en el lienzo más magnífico posible. Como consecuencia, la preparación para “El Príncipe del Desierto” resultaría tan ambiciosa como la historia misma.
La filmación, que se llevó a cabo en Túnez y Qatar y duró cinco meses, comenzó el 18 de octubre de 2010. Jean-Jacques Annaud y Tarak Ben Ammar reunieron a un equipo de primer nivel de artesanos y técnicos, muchos de ellos tunecinos, para crear y construir el mundo de la península arábiga de principios del siglo XX. Sastres expertos diseñaron e hicieron a mano 7000 vestuarios, 700 sillas de montar, 400 armas y 250 espadas para la filmación. En total, se usaron más de 20 000 extras, 10 000 camellos (para algunas tomas había hasta 500 al mismo tiempo en el set) y más de 2000 caballos para las espectaculares escenas de acción en la localidad del desierto. Además, se dispararon más de 5000 balas falsas durante la producción. En “El Príncipe del Desierto” también se utilizaron tres aviones y ocho vehículos blindados (estos últimos fueron diseñados y construidos especialmente para el filme) para darle a las secuencias de batalla la autenticidad requerida y la dimensión panorámica.
En vez de depender demasiado de los efectos especiales generados por computadora, Annaud prefirió crear los efectos en la realidad.
“No me gusta depender de las imágenes generadas por computadora. Creo que se han usado demasiado en los filmes de mala calidad, en los que, en lugar de tener tres barcos, de pronto tienes 2000 generados por computadora”, dice el director. “Una de las ventajas de filmar en un país como Túnez es que pudimos pagar grandes cantidades de extras de verdad”.
Sobre la apariencia de “El Príncipe del Desierto”
“El Príncipe del Desierto” se filmó en localidad en los asombrosos paisajes de las llanuras desérticas de Tozeur, en el terreno montañoso de Matmata, en el oasis de Chebika y a las afueras de Hammamet, en Túnez, así como en las impactantes dunas de arena de Umm Said, en Qatar. A lo largo de la producción, los realizadores se sintieron muy influenciados por la apariencia y sensación de las pinturas orientalistas del siglo XIX, cuando los artistas europeos viajaban a África del Norte y al Medio Oriente para captar los paisajes y aromas del cautivador mundo que descubrieron: los zocos, bazares, harenes y palacios. Irónicamente, dadas las restricciones de las representaciones visuales decretadas por algunas secciones de los mundos islámicos, las pinturas orientalistas eran con frecuencia el mejor documento de la región en ese entonces. “Cuando viajé a países como Yemen, Omán o Jordania”, dice Annaud, “fue muy extraño encontrar que eran increíblemente parecidos a lo que Delacroix, Fromentin o Ziem habían pintado”.
Annaud deseaba crear dos apariencias visuales contrastantes para los reinos rivales de Salmaah y Hobeika.
Se eligió arquitectura en piedra para Salmaah, la fortaleza montañosa del conservador sultán Amar y su tribu, cuyos coloridos vestuarios estuvieron inspirados por el gobierno anterior del Imperio otomano. Para Hobeika, el reino del emir Nesib, la capital en las llanuras tuvo mayor influencia del estilo de Arabia Central y de la reciente presencia británica. Además, los ciudadanos de Hobeika con frecuencia visten atuendos militares occidentales combinados con sus tradicionales túnicas blancas y turbantes.
Quizá sean los sets del reino de Hobeika los más espectaculares de “El Príncipe del Desierto”.
Los expertos artesanos y diseñadores tunecinos construyeron sets temporales, como las murallas de la fortaleza en el desierto, al sur del desierto tunecino, cerca de Tozeur, y un pueblo árabe con su plaza principal y calles en los sets exteriores de los Estudios Empire, cerca de la ciudad tunecina de Hammamet.
Los Estudios Empire, originalmente construidos en el año 2000 por Tarak Ben Ammar, como una réplica de la Antigua Roma, fueron convertidos para “El Príncipe del Desierto” en un mundo mágico de zocos, palacios y mashrabiyas árabes.
“He hecho más de 80 películas en mi carrera, incluyendo producciones grandes como “Zorro” y “Evita”, pero nunca en mi vida había estado en un set como el que teníamos para Hobeika”, relata Antonio Banderas. “Era extraordinariamente hermoso. La gente querrá visitar esta ciudad. Hasta los detalles más pequeños eran realistas. Eso ayuda enormemente cuando estás haciendo una escena, porque ignoras por completo las cámaras gracias a que todo parece tan real. Como actor, en verdad sientes que te has convertido en esa persona en ese momento en particular de la historia”.
“Crear un set de filmación es parte del viaje”, agrega Annaud. “Es la indicación más importante para mi elenco y equipo. Los sets, vestuarios y fotografía significativos son las mejores y más eficientes direcciones para los actores”.
Lejos de los sets temporales, gran parte de “El Príncipe del Desierto” se filmó en el corazón del desierto, tanto en Qatar como en Túnez. Eso resultó un desafío, en el mejor de los casos, más aun cuando se trataba de coordinar a cientos de miembros del equipo y miles de extras, caballos, camellos y vehículos blindados. Además, los realizadores tuvieron que lidiar con algunas condiciones climáticas inesperadas, tales como una fuerte nevada en el desierto y desbordamientos entre las dunas. Sin embargo, todo eso palideció en comparación con la profunda experiencia que, sin querer, compartirían durante la filmación.
Sobre la revolución
El 17 de diciembre de 2010, unos dos meses después de que comenzara la filmación de “El Príncipe del Desierto”, un joven vendedor de mercado de nombre Mohammed Bouazizi se prendió fuego en el pueblo tunecino de Sidi Bouzid, para protestar por el maltrato del que fue objeto en manos de la corrupta policía local y de la falta de oportunidades generalizada en el país. Durante días, Bouazizi se aferró a la vida en una cama de hospital. Su cuerpo, severamente quemado, estaba cubierto de vendajes. Finalmente falleció, dos semanas después, el 4 de enero. Las acciones de Bouazizi habían sido un grito desesperado de cambio. Nunca imaginó que pronto se convertiría en el símbolo y catalizador de un cambio histórico entre la juventud de Túnez y del mundo árabe en general.
Cuando el caso de Bouazizi se dio a conocer, surgieron pequeñas protestas casi de inmediato. Al principio, las autoridades tunecinas adoptaron medidas brutales, pues dispararon a los manifestantes y mataron a docenas. La confirmación de que Bouazizi había muerto a consecuencia de sus lesiones hizo que esas protestas se extendieran como un incendio a lo largo de Túnez y que se convirtieran en un inquebrantable levantamiento nacional que demandaba libertad, dignidad y trabajo. La Revolución de los Jazmines, como sería conocida en el mundo entero, había comenzado.
Pocos en el set de “El Príncipe del Desierto” habrían imaginado que verían la historia cambiar ante sus propios ojos.
“Fue increíble ver los acontecimientos que pasaron aquí, lo rápido que sucedió todo”, afirma Antonio Banderas. “Lo primero que sentimos fue la fuerza y coraje de los tunecinos, que salieron a las calles, aun sabiendo que serían reprimidos, para luchar por un futuro mejor”.
Dado que muchos miembros del equipo de “El Príncipe del Desierto” eran tunecinos, el set no tardó en convertirse en un hervidero de actualizaciones minuto a minuto de la revolución, que rápidamente se extendía. Lo que había comenzado como una pequeña protesta local por el trágico caso de un joven, pronto se volvió una revolución nacional, que demandaba nada menos que la caída del entonces presidente Zine El-Abedin Ben Ali, quien había gobernado el país sin oposición durante más de 20 años.
Para Tarak Ben Ammar, cuyo tío Habib Bourguiba había sido el primer presidente de Túnez independiente, el comienzo de la revolución fue una inspiración a nivel personal, pero representó un desafío de logística, puesto que la seguridad del elenco y equipo eran su responsabilidad.
“Siempre fui optimista respecto a mis compatriotas tunecinos porque nunca pensé que el país llegaría a una guerra civil o al caos, porque somos un pueblo civilizado y educado”, dice Ben Ammar. “Vi que mi equipo y extras tunecinos se esforzaron por proteger a los extranjeros en el filme. La gente de los pueblos cercanos a los Estudios Empire, en Hammamet, donde estábamos filmando en ese momento, vinieron a protegernos. Fue un momento único para los actores y se integraron con sus colegas tunecinos para volverse una familia”.
La revolución creó un extraordinario sentimiento de comunidad en el set para los miembros del elenco y el equipo, tanto extranjeros como tunecinos. De hecho, los eventos que acontecían en la vida real frente a ellos fueron un asombroso espejo de los eventos en el filme. En la realidad, así como en el filme, la juventud derrocaba a sus mayores, corruptos y sin visión de futuro. De pronto, una cinta que siempre había parecido oportuna, dada su temática, adquirió una previsión y relevancia que pocos, si es que alguno, habrían pronosticado.
“¿Quién previó que habría una revolución árabe? La historia siempre es más real de lo que cualquier político puede aspirar a ser”, argumenta Ben Ammar. “Los eventos que estaban ocurriendo en la realidad frente a nosotros inspiraron a los actores. Estaban viviendo momentos determinantes en la historia árabe y al mismo tiempo interpretando un momento crucial en la historia de la península arábiga, cuando esos emires se enfrentaron a las decisiones políticas relacionadas con el petróleo, el Islam y los extranjeros. Filmamos la escena en la que Nesib tiene que ceder su trono a su yerno pocos días después de que Ben Ali renunciara a su autoridad en Túnez. Fue increíble, es algo que se queda contigo, y creo que lo percibirán en la pantalla”.
Casi tan notable como los eventos que se desarrollaban en Túnez en esos emocionantes días a principios de enero fue que la filmación no había sufrido mayores afectaciones, incluso con la imposición de un toque de queda que significaba que la filmación tenía que terminar un par de horas más temprano de lo habitual. Eso se debió en gran medida al increíble profesionalismo de los miembros tunecinos del equipo, quienes continuaron presentándose al trabajo puntualmente y concentrados, a pesar de la creciente agitación en su propio país.
“Incluso el 17 de enero, cuando el ex presidente Ben Ali huyó del país, comenzó como un día normal de filmación. Fue increíble”, recuerda Jean-Jacques Annaud. “Túnez tiene una muy larga tradición de recibir calurosamente a los extranjeros. Es un país acostumbrado al comercio, por lo que los fuereños son considerados clientes y amigos. Me pareció maravilloso, porque la gente sólo quería un cambio, lo cual, curiosamente, también era uno de los temas de nuestra película”.
Gracias a la camaradería que había surgido entre el elenco y equipo tunecino e internacional, un gran número de extranjeros se quedaron en Túnez, incluso después de los tumultuosos eventos del 17 de enero, día en que, tras las manifestaciones nacionales, Zine El-Abedin Ben Ali dejó el poder y huyó al exilio en Arabia Saudita. Jean-Jacques Annaud y Freida Pinto decidieron quedarse en Túnez, aun cuando algunos de los miembros internacionales del equipo fueron enviados sin incidentes a sus respectivos países.
“El filme y la revolución transcurrieron al mismo tiempo. Es algo único y excepcional poder ver la historia cambiar”, comenta Freida Pinto. “Cuando me pidieron que me fuera, respondí que por ningún motivo me iría. Si algo como esto hubiera sucedido en la India, si hubiera una revolución por el bien de la gente, que representara la oportunidad de acabar con la corrupción, yo querría estar ahí y ser parte de ella. De hecho, conozco mucha gente que habría querido quedarse también. Fue estupendo poder estar ahí”.
A fin de cuentas, la revolución en Túnez sólo retrasó cuatro días la producción, y el elenco y equipo regresaron a los pocos días de la huida de Ben Ali para terminar las escenas restantes que estaban programadas. Cuando Jean-Jacques Annaud gritó “¡Corte!” por última vez en Túnez, fue un momento muy emotivo para todos los involucrados, por todo lo que habían compartido en los últimos cuatro meses.
“Sentí que estuve en el lugar indicado en el momento adecuado”, dice Tahar Rahim. “Sentí algo tan fuerte que es difícil de explicar. Vi cómo la gente recuperaba su dignidad y encontraba la libertad”.
El equipo de “El Príncipe del Desierto” siguió adelante con las últimas cuatro semanas de filmación, esta vez en Qatar, donde lo esperaban nuevos desafíos.
Sobre la filmación en Qatar
Una producción como “El Príncipe del Desierto” representa un enorme desafío de logística. Escenas de acción intrincadas y complejas, cientos de miembros del equipo y extras, así como vehículos blindados, municiones y explosivos, todo eso requiere una planeación exhaustiva.
Cuando todos esos elementos deben coordinarse en un país en el que nunca se ha filmado una superproducción, el reto es todavía más grande. Y si todo tiene que organizarse con un país que está sumido en una revolución, el riesgo aumenta.
Eso fue lo que sucedió en Qatar, que era el anfitrión de un largometraje internacional por primera vez. El equipo de “El Príncipe del Desierto” no sólo tuvo que montar un campamento de filmación en un país con poca infraestructura o experiencia en la industria del cine, sino que tuvo que coordinar todas sus acciones, como el envío del equipo (que incluía cajas de armamento falso y municiones de fogueo) desde Túnez, que aún lidiaba con las consecuencias de su revolución transcendental, con el comienzo de la revolución en Egipto y una ola generalizada de levantamientos en todo el mundo árabe.
Un socio clave durante la filmación en Qatar fue el Instituto de Cine de Doha. Su apoyo y esfuerzos por facilitar las necesidades del equipo de “El Príncipe del Desierto” fueron cruciales para asegurar que la filmación tuviera éxito. Como coproductor del filme, el Instituto de Cine de Doha tenía un interés particular en hacer todo lo que estuviera en sus manos durante las cinco semanas de filmación.
“Movilizamos a todo un país para este filme con la finalidad de establecer a Qatar como un destino internacional de filmación”, dice la directora ejecutiva del Instituto de Cine de Doha, Amanda Palmer. “’Black Gold’ es la primera superproducción internacional que el Instituto de Cine de Doha y Qatar coproducen. Es desafiante y ambicioso comenzar a coproducir con una producción a gran escala, pero este filme nos dará la experiencia y conocimientos necesarios para sentar las bases de una industria cinematográfica dinámica en Qatar. Fue un honor para nosotros trabajar con el director Jean Jacques Annaud, no sólo porque tiene la sensibilidad suficiente como para contar esta hermosa historia árabe, también porque entiende la importancia de enseñar a los cataríes sobre producción de cine. Él integró un equipo catarí a su personal para enseñarle en localidad a filmar en su país y los aspectos generales de la industria”.
Una gran ventaja de ser el primer largometraje filmado en Qatar es el hecho de que el público se deleitará con un paisaje completamente nuevo y virgen de un desierto inclemente que nunca antes había sido filmado.
Breve historia de la península arábiga a principios del siglo XX La península arábiga ocupa una masa de tierra de más de 1 000 000 millas cuadradas (2 590 000 kilómetros cuadrados). Está rodeada por aguas estratégicas: al oeste por el mar Rojo, al sur por el mar Arábigo y al este por el golfo Pérsico (también conocido como golfo de Irán). Su paisaje a principios del siglo XX estaba conformado por grandes desiertos inhóspitos y estériles, y varios puertos costeros, por lo que la mayoría del territorio era inhabitable. La península estaba dividida en tres partes principales:
• El Hiyaz al Oeste, que se extiende desde el golfo Aqaba al norte hasta la frontera con Yemen al sur y abarca las ciudades sagradas de
• La Meca y Medina; El Nejd, que ocupa las áreas centrales de la península
• El Rub al-Jali, mejor conocido como “El lugar vacío”, en el área sur-central de la península. Es el desierto desocupado más grande del mundo, con pocos habitantes y sólo 37 especies conocidas de animales.
La península arábiga era habitada por tribus árabes, también conocidas como beduinos, que habían ocupado el territorio durante siglos y eran en su mayoría nómadas, aunque algunas comunidades, conocidas como hadar, se asentaron y desarrollaron pueblos costeros. Las unidades tribales estaban constituidas por grupos de familias y podían ascender a cientos de miles de miembros, por lo que cada unidad tribal se dividía en tribus más pequeñas. La supervivencia de las tribus y su control sobre ciertas partes de la península arábiga estaban determinados en gran medida por las alianzas tribales, las cuales cambiaban con el tiempo.
Las tribus de Arabia afirman que descienden de dos ancestros árabes: Adnan y Qahtan. Se cree que las tribus del norte de la península descienden de Adnan, uno de los hijos de Ismael, y que las tribus del sur descienden de Qahtan, uno de los hijos de Noé.
A principios del siglo XX había varias tribus prominentes que controlaban distintas partes de la península arábiga, como los Aniza, Ajman, Shmmar, Harb, Mustayr, Bani Yas, Sibay, Qawasim, Banu Yam, Za’ab y Banu Tamim.
Abdul Aziz ibn Saud, el fundador del reino de Arabia Saudita, originalmente formaba parte de la tribu Aniza, que provenía del área del Nejd de la península. La familia Al Thani, que gobernaba Qatar, originalmente formaba parte de la tribu Banu Tamim, de Arabia central, la cual llegó a Qatar en el siglo XVII. Los Ajman eran una importante tribu de la región noreste de la península arábiga que se estableció en su mayoría en la región de Al-Hasa, Kuwait y Muntafiq, en Irak. La tribu Harb ocupa la región desde la época del profeta Mahoma y la tribu Banu Yas fue prominente en las áreas de Abu Dabi y Dubái. El fundador de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Zayed Al Nahyan, provenía de la tribu Bani Yas. En la península arábiga, a principios del siglo XX, las tribus árabes se gobernaban a sí mismas, pero dependían de la protección de los otomanos, quienes ocuparon la península hasta 1922, cuando el Imperio otomano llegó a su fin con la alianza entre los británicos y las tribus árabes.
El Imperio otomano sucumbió formalmente en 1923, con la firma del Tratado de Lausana. Actualmente, la península arábiga se divide en siete estados independientes: El reino de Arabia Saudita, Qatar, Bahréin, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen.
Cronología del petróleo en la península arábiga
1908 – Primer pozo petrolero perforado con éxito en Irán.
1922 – Abdul Aziz Ibn Saud controla la mayor parte del este de la península, recibe fondos de los británicos para aliarse con ellos en contra de los otomanos.
1923 – Abdul Aziz Ibn Saud otorga la concesión al Mayor Frank Holmes, de nacionalidad británica, para buscar petróleo.
1925 – El jeque Hamada Al-Khalifa, de Bahréin, otorga a la compañía de Holmes, Eastern and General, la concesión para buscar petróleo.
1927 – Holmes deja de buscar en la península arábiga, no se encontró nada.
1927 – Gulf Oil (compañía estadounidense) compra la concesión bahreiní para buscar petróleo.
1927 – Se descubre el yacimiento petrolífero de Kirkuk, en Irak.
1928 –Standard Oil of California (SOCAL) compra la concesión de Gulf Oil.
1932 – Se descubre petróleo crudo ligero en Bahréin.
1932 – Ibn Saud instituye el reino de Arabia Saudita, con Riad como capital. Invita a las compañías petroleras estadounidenses a buscar petróleo en Arabia Saudita.
1933 – SOCAL gana la concesión para buscar petróleo en el reino de Arabia Saudita.
1934 – El jeque Ahmed Al-Jaber Al-Sabah otorga la concesión petrolera a Kuwait Oil Company.
1935 – El jeque de Qatar Abdallah Bin Jassem Al-Thani otorga la concesión para buscar petróleo a la English Persian Corporation.
1938 – Se descubre petróleo en Dammam.
1938 – Se descubre petróleo en Kuwait.
1938 – Comienza una exhaustiva búsqueda de petróleo en Qatar.
1940 – Se descubre petróleo en el yacimiento Dukhan, en la costa oeste de la península arábiga
1944 – SOCAL se convierte en ARAMCO
1945 – El 14 de febrero, el presidente Roosevelt conoce al rey Abdul Aziz Ibn Saud.
1949 – Qatar comienza a exportar petróleo.
1951 – Se nacionaliza la Anglo-Iranian Oil Company.
1960 – Se instaura la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Bagdad. Los fundadores: El reino de Arabia Saudita, Venezuela, Kuwait, Irak e Irán.
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Sobre el reparto
TAHAR RAHIM (Auda) nació y creció en Belfort, Francia. Estudió cine y cursó un posgrado de tres años en la Universidad de Montpellier.
En 2005 protagonizó el documental novelado de bajo presupuesto “Tahar l’étudiant” [Tahar the Student], dirigido por Cyril Mennegun. Posteriormente se mudó a París para emprender su carrera como actor, la cual comenzó en teatro.
El primer largometraje de Tahar Rahim fue “À l’intérieur” [Inside], dirigido por Alexandre Bustillo y Julien Maury. Después protagonizó la miniserie francesa “La commune”, dirigida por Philippe Triboit y escrita por Abdel Raouf Dafri.
Con su rol protagónico en “Un Prophète” [A Prophet], de Jacques Audiard, recibió atención internacional cuando el filme se estrenó en el Festival de Cine de Cannes en 2009. La película fue aclamada y distinguida en todo el mundo con nominaciones al Premio Grand Prix del Festival de Cine de Cannes, al Premio de la Academia® y al Globo de Oro como Mejor Película Extranjera. Tahar Rahim ganó dos Premios César (el equivalente al Oscar en Francia) como Mejor Actor y Actor Más Prometedor. También fue galardonado con el Premio del Cine Europeo como Mejor Actor.
En 2009, Tahar Rahim filmó en Escocia “The Eagle”, de Kevin Macdonald, un péplum sobre una legión desaparecida. Posteriormente interpretó a Matthieu, un obrero que inicia una relación pasional devastadora con una estudiante china en París, bajo la dirección del cineasta chino Lou Ye en su nuevo filme “Love & Bruises”.
En el verano de 2010 trabajó en el drama de la Segunda Guerra Mundial “Les hommes libres” (Free Men), de Ismael Ferroukhi, interpretando el papel principal de un joven inmigrante argelino en París cuya inesperada amistad con un cantante judío lo inspira a unirse a los franceses.
Desde su introducción al cine estadounidense en la aclamada Mambo Kings, ANTONIO BANDERAS (Nesib) es, indiscutiblemente, uno de los actores internacionales más importantes de su generación. Ha sido aclamado por la crítica por sus actuaciones en cine, televisión y teatro, así como por su trabajo detrás de cámaras como director de largometrajes. En 2005 fue distinguido con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Su segundo largometraje como director es el filme español “El Camino De Los Ingleses” (titulado Summer Rain en Estados Unidos). Es una historia de la llegada a la madurez que retrata los primeros amores, pasiones y obsesiones de un grupo de amigos de vacaciones a finales de los 70.
Debutó como director con “Crazy in Alabama”, protagonizada por su esposa Melanie Griffith.
Banderas se llevó todos los aplausos en el éxito animado de 2004 “Shrek 2”, como la voz de “El gato con botas”. Volvió a interpretar este rol en la esperada secuela “Shrek the Third”, en el especial de Navidad de ABC “Shrek The Halls” y en la cuarta entrega de la franquicia, “Shrek Forever En 2003, el intérprete recibió una nominación al Premio Tony como Mejor Actor en un Musical por su debut en Broadway en la producción de la Compañía de Teatro Roundabout de Nine, un musical inspirado en “8 ½”, de Fellini. También ganó el Premio Drama Desk, el Premio del Círculo de Críticos Externos, el Premio Drama League y el Premio Theatre World, todos como Mejor Actor.
NINE, dirigida por David Leveaux, también fue protagonizada por Chita Rivera. Antonio ha trabajado con algunos de los mejores directores y protagonistas de Hollywood.
Entre sus filmes se encuentran: “Desperado”, de Robert Rodríguez, al lado de Salma Hayek, y su secuela, “Once Upon a Time in Mexico”, con Johnny Depp; “Original Sin”, junto a Angelina Jolie; “Evita”, de Alan Parker, protagonizada por Madonna, por la cual recibió su primera nominación al Globo de Oro como Mejor Actor; “The Mask of Zorro”, de Martin Campbell, al lado de Catherine Zeta-Jones, por la cual obtuvo su segunda nominación al Globo de Oro como Mejor Actor, y su secuela, “The Legend of Zorro”; “Interview with a Vampire”, de Neil Jordan, con Tom Cruise y Brad Pitt; “Philadelphia”, de Jonathan Demme, junto a Tom Hanks y Denzel Washington; “House of the Spirits”, de Bille August, con Meryl Streep y Glenn Close y “Femme Fatale”, de Brian de Palma.
Sus otros créditos en cine incluyen: “Take the Lead”, la trilogía de “Spy Kids”, “Miami Rhapsody”, “Four Rooms”, “Assassins”, “Never Talk to Strangers”, “Two Much”, “The 13th Warrior”, “Play it to the Bone” y “Ballistic: Ecks vs. Sever”.
Fue nominado por tercera vez al Globo de Oro como Mejor Actor por su interpretación del tristemente célebre Pancho Villa en la producción de HBO de 2003, “And Starring Pancho Villa as Himself”.
Nació en Málaga, España, y estudió en la Escuela de Arte Dramático de su ciudad. Tras graduarse, comenzó su carrera como actor en una pequeña compañía de teatro local. Más tarde se mudó a Madrid y se integró al elenco de la prestigiosa Compañía de Teatro Nacional de España.
En 1982, el guionista y director Pedro Almodóvar le dio un papel en Labyrinth of Passion. Fue la primera de cinco películas que Banderas haría con Almodóvar. Las otras fueron: “Matador, Law of Desire”, “Women on the Verge of a Nervous Breakdown” y “Tie Me Up! Tie Me Down!” El éxito internacional de estos filmes lo dio a conocer en Hollywood. Hace poco, el actor participó en “La Piel Que Habito” (The Skin That I Inhabit), escrita y dirigida por Almodóvar, la cual los reunió tras 21 Recientemente actuó en la cinta de Sony Classics “You Will Meet A Tall Dark Stranger”, de Woody Allen, en la cual forma parte de un elenco de estrellas que incluye a Naomi Watts, Anthony Hopkins, Josh Brolin y Freida Pinto. También protagonizó el thriller de acción “The Big Bang”, dirigido por Tony Krantz. Próximamente aparecerá junto a Channing Tatum y Ewan McGregor en “Haywire”, de Steven Soderbergh, producida por Lionsgate. También estelarizó al lado de Laura Linney y Liam Neeson “The Other Man”, dirigida por Richard Eyre.
Este año, Antonio presta su voz para el rol protagónico del filme animado “Puss in Boots”, con Salma Hayek.
A MARK STRONG (Amar) se le considera uno de los mejores actores de su generación. Tras estudiar Literatura Inglesa y Arte Dramático en la Universidad de Londres, y posteriormente actuar en la Escuela de Teatro Bristol Old Vic, ahora cuenta con una carrera galardonada que incluye cine, teatro, televisión y radio, en la que ha trabajado con grandes directores como Danny Boyle, Ridley Scott, Guy Ritchie, Peter Weir y Roman Polanski, por mencionar algunos.
Entre sus puestas en escena se encuentran “The Plantaganets”, dirigida por Adrian Noble, y “Hess Is Dead”, de Danny Boyle, para la Compañía Real de Shakespeare. También se incluyen “Richard III”, dirigida por Richard Eyre; “King Lear”, de Deborah Warner; “Death Of A Salesman”, en el Teatro Nacional, dirigida por David Thacker; y en el Donmar Warehouse “Twelfth Night” y “Uncle Vanya”, de Sam Mendes, la cual le valió una nominación al Premio Olivier como Mejor Actor de Reparto.
Sus créditos en televisión incluyen “The Long Firm”, por el cual fue nominado a un Premio BAFTA como Mejor Actor y ganó en la misma categoría en los Premios del Sindicato de Periodistas de Radio y Televisión; “Henry VII”, interpretando al duque de Norfolk; “Prime Suspect”, como el comandante Hall; “Emma”, como el señor Knightly; “Anna Karenina”, en el rol de Oblonsky; y la multipremiada miniserie “Our Friends In The North”.
Strong tiene más de 30 créditos en la pantalla grande. Entre sus largometrajes más recientes se encuentran: “Body of Lies”, de Ridley Scott, el cual le valió una nominación como Mejor Actor de Reparto en los Premios del Círculo de Críticos de Cine de Londres, y “Robin Hood”, del mismo director; “Stardust” y “Kick Ass”, de Matthew Vaughan; “Endgame”, de Peter Travis; “The Young Victoria”, dirigido por Jean Marc Vallee; “Rocknrolla” y “Sherlock Holmes”, de Guy Ritchie; “The Way Back”, de Peter Weir; “The Eagle of The Ninth”, de Kevin Macdonald; “Green Lantern” y su secuela, próxima a estrenarse, de Martin Campbell; “The Guard”, dirigido por John Michael McDonagh; “Tinker, Tailor, Soldier, Spy”, de Tomas Alfredson; y “John Carter”, dirigido por Andrew Stanton. Actualmente filma “Welcome to the Punch”, al lado de James McAvoy.
Tras darse a conocer en la pantalla grande con “Slumdog Millionaire”, aclamada por la crítica y el público, FREIDA PINTO (Leyla) está convirtiéndose rápidamente en una estrella de cine internacional de renombre. Recibió atención internacional por su debut en cine como Latika en “Slumdog Millionaire”, y por este papel fue nominada como Mejor Actriz de Reparto en los Premios BAFTA en 2009. La película obtuvo ocho Premios de la Academia®, incluyendo Mejor Película, y cosechó otros cien galardones y 51 nominaciones. Pinto estelarizó “Miral”, de The Weinstein Company, un drama sobre una huérfana palestina que creció tras la guerra árabe-israelí y se ve involucrada en el conflicto, dirigido por el director nominado al Oscar Julian Schnabel.
Recientemente, Freida protagonizó junto a James Franco “Rise of the Planet of the Apes”, que se estrenó en agosto de este año. En noviembre llegará a los cines “Immortals”, la cual la actriz estelariza con Henry Cavill y Mickey Rourke, inspirada en el mito griego de Teseo y el Minotauro y la Titanomaquia.
Hace poco regresó a la India para filmar “Trishna”, del director Michael Winterbottom. Este filme es una versión moderna de la novela “Tess of the d’Urbervilles”.
Anteriormente, Pinto fue parte del elenco de estrellas de “You Will Meet a Tall Dark Stranger”, dirigida por Woody Allen y producida por Sony Pictures Classics, junto a Sir Anthony Hopkins, Naomi Watts y Josh Brolin. Antes de llegar a la pantalla grande, Freida ganó notoriedad como presentadora de “Full Circle”, un programa de viajes que se transmitía por Zee International Asia Pacific. Para dicho programa, viajó a Afganistán, Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia y Fiyi, entre otros países.
Actualmente reside en Bombay y Londres y es vocera de L’Oréal Paris.
Desde que se graduó de la Universidad de Oxford en 2004 y de la Escuela Central de Discurso y Drama en 2005, RIZ AHMED (Ali) no ha dejado de trabajar en cine, teatro y televisión.
Su primer largometraje, el controversial y apasionante docudrama “The Road to Guantanamo”, dirigido por Michael Winterbottom y Mat Whitecross, ganó una serie de galardones, entre ellos el Oso de Plata del Festival Internacional de Cine de Berlín y Mejor Documental Británico en los Premios del Cine Independiente Británico (BIFA) en 2006. El éxito continuó para Riz con su siguiente cinta, “Shifty”, dirigida por Eran Creevy, la cual le valió el Premio al Mejor Actor en el Festival de Cine de Ginebra y una nominación como Mejor Actor en los BIFA. En 2009, Riz apareció en el filme experimental de Sally Potter “Rage”, coprotagonizado por Judi Dench y Jude Law, y en la película épica romana de Neil Marshall “Centurion”. Sus trabajos recientes incluyen “Four Lions”, el largometraje debut de Chris Morris, el cual se estrenó en la competencia oficial de Sundance y por el cual obtuvo su segunda nominación como Mejor Actor en los BIFA; “Ill Manors”, a estrenarse en 2012, escrito y dirigido por Ben Drew, mejor conocido como Plan B; y recientemente terminó de filmar “Trishna”, de Michael Winterbottom, el cual se estrenó en el Festival de Cine de Toronto de este año.
Riz también ha protagonizado varios dramas importantes del Reino Unido, como Britz, dirigido por Peter Kosminsky para el Canal 4, el cual ganó como Mejor Drama en los Premios BAFTA de la Televisión y como Mejor Drama en los Premios de la Real Sociedad de Televisión, además de recibir una nominación al Premio Emmy. Sus otros trabajos en televisión incluyen la aclamada serie “Dead Set”, dirigida por Yann Demange, y “Freefall”, de Dominic Savage.
En teatro, el actor ha participado en “Gaddafi: A Living Myth”, de David Freeman, en la Ópera Nacional Inglesa, así como en “Prayer Room”, de Angus Jackson, puesta en escena que inicialmente se presentó en el Festival Internacional de Edimburgo.
Además, Ahmed tiene una carrera en el mundo de la música, donde se le conoce como Riz MC (www.myspace.com/rizmc).
AKIN GAZI (Saleh) nació de padres turco-chipriotas de clase trabajadora en el norte de Londres el 15 de octubre de 1981. Estudió Literatura Inglesa y Artes Dramáticas en el Colegio Queen Mary & Westfield, de la Universidad de Londres, y se recibió en 2003. En 2006 obtuvo un papel en el drama de HBO “The Path to 9/11”, junto a Harvey Keitel y Donnie Wahlberg, en el que interpretaba al terrorista saudí Mohammed Owhali, responsable de los bombardeos a la embajada de los Estados Unidos en Nairobi. Akin ha trabajado en numerosas producciones de la televisión británica, como “Doctor Who”, “The Bill” y “Skins”. En teatro, interpretó a Hassan Hassan, el apuesto turco en la farsa “The Great Extension”, en el Teatro Royal Stratford East. En 2010 consiguió su primer rol en un largometraje en “The Devil’s Double”, en el cual trabajó con el director Lee Tamahori y con los actores Dominic Cooper y Ludivine Sagnier.
Sobre Tarak Ben Ammar
Tarak Ben Ammar nació en Túnez en el seno de una familia prominente, pues su padre desempeñó varios cargos ministeriales y su tío, Habib Bourguiba, fue el primer presidente de la República Tunecina.
Se graduó de la Universidad de Georgetown y colocó a Túnez en el mapa de la industria del entretenimiento con su compañía Carthago, la cual incluía una entidad productora y estudios, construidos por Ben Ammar. Convenció a varios productores estadounidenses de filmar sus proyectos en Túnez, y participó en la producción de películas internacionales, incluyendo superproducciones como “Star Wars”, de George Lucas, y “Raiders of the Lost Ark”, de Spielberg.
Tras aprender los fundamentos de la producción cinematográfica de tan prestigiosos maestros, Ben Ammar produjo o coprodujo más de 50 películas entre 1980 y 1990, desde comedias comerciales francesas (“Tais-Toi Quand Tu Parles”, “Deux heures moins le quart avant Jésus Christ”, etc.) hasta filmes célebres como “La Traviata”, de Zefirelli, y “Pirates”, de Roman Polanski.
Después de esta primera parte de su carrera como productor de cine, Tarak Ben Ammar decidió dedicar más tiempo como inversionista y asesor estratégico de los grandes nombres de los medios de comunicación.
En 1990 fundó, con el señor Silvio Berlusconi, a quien conoció en 1983, una compañía llamada Quinta Communications, la cual ha sido utilizada de vehículo para un gran número de inversiones y como compañía productora y distribuidora.
Quinta coprodujo con Lux Vide series de televisión como “Jesus of Nazareth” y “The Bible”.
También produjo “Femme Fatale”, dirigida por Brian de Palma, en 2002.
En 1996 y 1997, Quinta administró y produjo la gira internacional de conciertos “History”, de Michael Jackson, y su álbum multiplatino “Blood on the Dance Floor”.
El señor Ben Ammar tuvo gran éxito como distribuidor de la cinta de Mel Gibson “The Passion of the Christ” en quince importantes territorios a nivel mundial.
Quinta Group continuó produciendo proyectos de gran presupuesto como “The Last Legion”, “Virgin Territory” y “Hannibal Rising”, todos ellos en asociación con la compañía De Laurentiis.
En 1984, el presidente François Mitterrand le concedió la Legión de Honor por su destacada contribución cultural. Tiene cuatro hijos y reside en París.
A lo largo de más de 35 años, Tarak Ben Ammar ha construido un imperio mediático internacional, que abarca Francia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos, y se convirtió en el primer hombre del mundo árabe que fundó, posee y administra una organización mediática europea de integración vertical.
En 2010 coprodujo dos largometrajes importantes: el nominado al Oscar “Outside The Law”, de Rachid Bouchareb, y “Miral”, de Julian Schnabel.
También es el coproductor del largometraje “Where Do We Go Now?”, de la cineasta libanesa Nadine Labaki, el cual se presentó en la Selección Oficial Un Certain Regard del Festival de Cine de Cannes 2011.
Actualmente, el señor Ben Ammar produce y financia un filme sobre la emblemática figura tunecina Mohamed Bouazizi, cuyas acciones originaron una histórica cadena de acontecimientos que condujeron a la revolución en Túnez.
Sobre los realizadores
Nacido en un suburbio de París, en 1943, JEAN-JACQUES ANNAUD (Director) se enamoró del cine y la fotografía a corta edad. Después de concluir sus estudios en la Escuela Louis Lumière, en el IDHEC y en La Sorbona, comenzó su carrera en el mundo de la publicidad, donde realizó más de 500 comerciales durante diez años con un éxito sin precedentes.
En 1976 hizo su primer largometraje, “La victoire en chantant” (Black and White in Color), una impactante pieza del anticolonialismo, la cual ganó el Oscar por Mejor Película Extranjera. En 1978 dirigió “Coup de tête” (Hot Head) con Patrick Dewaere, una intensa sátira sobre el mundo del fútbol provinciano. Tres años después llegó la épica del inicio de los tiempos, “La guerre du feu” (Quest for Fire), la cual le valió a Jean-Jacques Annaud la reputación internacional y fue la piedra angular de su desafiante carrera cinematográfica, que lo hizo desarrollar una ardiente mezcla de arqueología, naturaleza, literatura y culturas diversas. En 1988 dirigió la versión fílmica de “The Name of the Rose”, la novela de Umberto Eco, ambientada en una confusa librería monástica, con Sean Connery. Tres años después, su homenaje a la naturaleza, “L’Ours” (The Bear), le hizo ganar las palmas alrededor del mundo.
Después de adaptar la novela autobiográfica de Marguerite Duras, “L’Amant” (The Lover), en la cual exploró el despertar sexual de una joven en la Indochina colonial, en 1996, Jean-Jacques Annaud nuevamente llegó a los encabezados con su cinta experimental de 40 minutos, “Les ailes du courage” (Wings of Courage), utilizando tecnología IMAX 3D, que por primera vez se utilizaba en un trabajo de ficción.
Siempre fascinado por el Extremo Oriente, Jean-Jacques Annaud dirigió a Brad Pitt en “Seven years in Tibet”, en 1996, y cuatro años después reunió a Ed Harris y Jude Law para recrear el duelo entre dos francotiradores en medio del infierno de la batalla de Stalingrado en “Enemy at the Gates”. En 2004 retomó Asia y nuevamente eligió adoptar el punto de vista de los animales con “Deux Frères” (Two Brothers), narrando la increíble historia de dos tigres separados al nacer en las ruinas de Angkor Wat.
Jean-Jacques Annaud, ganador del Académie Française Grand Prix du Cinéma y del Commandeur de l’Ordre des Arts et Lettres, es miembro del prestigioso Institut de France. Es ganador de cinco Premios César: mejor película (“La Guerre du feu”), mejor película extranjera
(“The Name of the Rose”), mejor director (“La Guerre du feu” y “L’Ours”), mejor comercial (“Hertz”).
Actualmente es el director más conocido de Francia.
Con su jocoso bigote y el brillo en sus ojos, XAVIER CASTANO (Productor Ejecutivo) dio sus primeros pasos en el cine con Alain Corneau en “La Menace”. En ese tiempo estaba tras la cámara (la producción fue algo que haría después). En “Tchao Pantin” fue asistente de Claude Berri y la química entre ambos aseguró que trabajaran juntos nuevamente en “Jean de Florette” y “Manon des sources”.
El aprendizaje de Xavier Castano continuó con “Les fugitifs”, de Francis Verber. Su acercamiento con Jean-Jacques Annaud lo llevó a tomar el papel de director adjunto en “L’Ours”.
Sus caminos se unieron intrínsecamente desde entonces, y desde asistente de director, Castano comenzó a ser productor por derecho propio, pero no antes de trabajar como director adjunto en “Le hussard sur le toit”, “Le jaguar”, “Marquis” y “Le dîner de cons”, así como con el montaje de “Veraz”, con Kirk Douglas y dirigiendo la producción de “Valmont”, de Milos Forman.
JEAN-MARIE DREUJOU A.F.C. (Director of Fotografía) ha sido nominado tres veces al Premio César por “Les caprices d’un fleuve”, de Bernard Giraudeau, en 1997, “La fille sur le pont”, de Patrice Leconte, en 2000, y “Deux frères”, de Jean-Jacques Annaud, en 2005.
Reunió gran experiencia como asistente de camarógrafo antes de trabajar con Leconte en “Tango” y con Bernard Tavarnier en “Capitaine Conan”. Leconte aparece una y otra vez en la filmografía de Dreujou, así como Gérard Jugnot, Anne Fontaine, Jean Becker y Dai Sijie.
PIERRE QUEFFÉLÉAN (Diseñador de Producción) fue el responsable de los sets de “Deux Frères”, los cuales permitían que los tigres saltaran sin destruir todo a su paso, pues el diseñador eligió materiales que resistían sus ataques felinos, así como su estruendosa imprevisibilidad.
Descubrió el lado menos agradable de la escenografía cinematográfica, así como la curiosidad insaciable de Jean-Jacques Annaud, cuando trabajaba en “Seven Years in Tibet”. Desde entonces, ha colaborado con Les Inconnus en “Les Rois Mages”, con Jean Veber en “Le Pharmacien de garde”, con Pierre Javaux en “Les enfants du pays” y con Charles Nemes en “Le carton”. A pequeña escala, trabajó recientemente en “Le nouveau protocole”, de Thomas Vincent.
Antoine Vitez, Patrice Chéreau y Alain Françon son sólo algunos de los grandes nombres del mundo del teatro que figuran en el impresionante currículo de DOMINIQUE COLLADANT (Diseño de Maquillaje y Peinado). Ha hecho numerosos efectos especiales de maquillaje, tanto para el teatro como para la ópera.
En cine, ha participado en más de cien filmes, incluyendo: “Nosferatu”, de Werner Herzog, “Les uns les autres”, de Claude Lelouch, “Rembrandt”, de Charles Matton, “Alexandrie New York”, de Youssef Chahine, “La chambre des officiers”, de François Dupeyron, “Le Grand Charles”, de Bernard Stora, “Les témoins”, de André Téchiné, y “Mon Colonel”, de Laurent Herbier.
Serge Gainsbourg le dio a LAURENCE DUVAL-ANNAUD (Continuista y Asesora del Director) su gran oportunidad al contratarla para su primer trabajo como continuista. Poco después, otros realizadores, como Jean-Christophe Averty, William Klein, Patrice Leconte, Gérard Pirès y Michel Audiard, siguieron el ejemplo del cantante y director. La lista termina ahí, porque la joven conoció entonces a Jean-Jacques Annaud mientras trabajaba en “Hot Head”. La pareja contrajo matrimonio durante el rodaje de “Quest for Fire”. Laurence siempre acompaña al cineasta como crítica implacable y valiosa asesora y colaboradora.
JAMES HORNER (Compositor), quien recientemente fue nominado a un Premio de la Academia® por la música del fenómeno mundial “Avatar”, de James Cameron, es uno de los más célebres compositores musicales contemporáneos.
Por la creación de la música de docenas de las cintas más memorables y exitosas de las pasadas dos décadas, Horner fue honrado con dos Premios de la Academia® y dos Globos de Oro por “Titanic”, de James Cameron. Adicionalmente, ha sido nominado a los Premios de la Academia® por la Música Original de “House of Sand and Fog”, “A Beautiful Mind”, “Braveheart”, “Apollo 13”, “Field of Dreams” y “Aliens” y Canción Original por “Somewhere Out There”, de “An American Tale”. También ha ganado ocho nominaciones más a los Globos de Oro y seis Premios Grammy, incluyendo Canción del Año, tanto en 1987 (“Somewhere Out There“) como en 1998 (“My Heart Will Go On“).
En abril de 1998, la banda sonora de “Titanic” obtuvo un sorprendente total de 16 semanas en el primer lugar de la lista de Billboard de los 200 álbumes más vendidos, estableciendo un nuevo récord por más semanas consecutivas en el primer lugar para una banda sonora.
Conocido por su diversidad estilística, los créditos más recientes de Horner incluyen: “The Karate Kid”, “The Spiderwick Chronicles”, “Apocalypto”, “All The King’s Men”, “The New World”, “The of Zorro”, “The Chumscrubber”, “Flightplan”, “The Forgotten”, “Troy”, Missing”, “Bobby Jones”, “Stroke of Genius”, “Radio”, “Beyond Borders”, “Enemy at the Gates”, “Dr. Seuss’ How the Grinch Stole Christmas”, “The Four Feathers”, “The Perfect Storm”, “Freedom Song”, “Bicentennial Man”, “Mighty Joe Young”, “The Mask of Zorro”, “Deep Impact”, “The Devil’s Own”, “Ransom”, “Courage Under Fire”, “To Gillian on Her 37th Birthday”, “The Spitfire “Casper”, Pagemaster”, Games”, “Thunderheart”, “Sneakers”, “The Rocketeer”, “Glory”, “In Country”, “Field of Dreams”, “Honey, I Shrunk the Kids”, “The Land Before Time”, “Willow”, “An American Tail”, “The Name of the Rose”, “Cocoon” y “Cocoon: The Return”, “Gorky Park”, “48 Hrs.” y “Another 48 Hrs.”, “Star Trek” II y “Star Trek III”.
Adicional a “El Príncipe del Desierto”, Horner escribió la música de la próxima a estrenarse “Cristiada”, protagonizada por Andy García y Eva Longoria.
“Legends “Bopha!”, of “The Pelican the Fall”, Brief”, “Clear and “The Man Present Without Danger”, a Face”, “Patriot HERVÉ SCHNEID A.C.E (Editor) tiene numerosos créditos a su nombre, incluyendo la película nominada a los Premios de la Academia® “Un long dimanche de fiançailles” (A Very Long Engagement), por la cual recibió una nominación al Premio César por Mejor Edición. Otros de sus créditos incluyen “Goodbye Bafana”, “Michel Vaillant”, “Alien: Resurrection”, “Orlando” y “Le fabuleux destin d’Amélie Poulain” (The Fabulous Destiny of Amelie Poulain), por la que recibió nominaciones para un Premio BAFTA y un Premio César, también en la categoría a Mejor Edición.
Schneid ganó un César por Mejor Edición por su trabajo en la película de 1991 “delicatessen”. FABIO PERRONE (Diseño de vestuario) italiano, nacido en Taranto, se mudó a París, Francia, hace casi veinte años. Ha vivido y trabajado ahí como diseñador de vestuario desde entonces. Pese a que sus estudios fueron en arquitectura (Doctorado en la Escuela de Arquitectura en el Politécnico de Milán en 1983), Fabio cambió de dirección y decidió convertirse en diseñador de modas después de concluir la escuela. Posterior a su primer trabajo en “Bessana Tissus”, en Milán, creó su propia casa de modas, Agora Haute Couture, en 1984.
Sin embargo, Fabio descubrió que su verdadera pasión no yacía en la moda, sino en vestuarios y su diseño. Desde 1990, Fabio Perrone ha trabajado en más de 60 películas, óperas y obras de teatro, así como en cintas y series para televisión y comerciales.
Ha tenido el privilegio de formar parte del equipo de películas y obras para directores como: Manoel de Oliveira, Michel Hazanavicius, Raoul Ruiz, Mario Andreacchio, Jacques Audiard, Claude Berri, Claude Chabrol, Patrick Volson, Charlotte Brandstrom, Gérard Mordillat y Louis-Do de Lencquesaing. Fabio ha trabajado con actores como: Michel Piccoli, Daniel Russo, Pierre Arditi, Catherine Deneuve, Kiefer Sutherland, Nastassja Kinski, Emmanuelle Béart, Vincent Perez, John Malkovich , Melvil Poupaud, Chiara Mastroianni, Arielle Dombasle, Richard Bohringer, Yvan Attal, Virginie Ledoyen, Gérard Depardieu, Miou-Miou, Renaud, Carole Bouquet, Daniel Auteuil, Isabelle Huppert, Michel Blanc, Fabrice Luchini, Philippe Noiret, Fanny Ardant, Thierry Neuvic, Julien Courbey, Karina Testa, Marilou Berry, Louis-Do de Lencquesaing, Jean-François Stévenin, Sagamore Stévenin, Bernard Giraudeau, Elsa Lunghini, Annie Girardot y Roschdy Zem.
Sobre Hans Ruesch
HANS RUESCH (Novela) nació en Nápoles en 1913. Su madre era italiana y suiza, y su padre, quien era suizo, era empresario textil, filósofo y un importante arqueólogo que se especializaba en el arte pompeyano. A los 12 años fue enviado a un internado en Suiza. Posteriormente estudió Derecho por poco tiempo en la Universidad de Zúrich, lo cual abandonó por seguir su pasión, las carreras de autos.
Ganó su primera carrera, la Klausenrennen, a los 19 años, e impuso el récord mundial al año siguiente. De 1932 a 1937, viajó para competir de manera independiente en varias carreras y en todas las importantes de Grand Prix de la época. Ganó 27 carreras, incluyendo el legendario Donington Grand Prix de 1936, con Dick Seaman. Fue el último sobreviviente de la Época Dorada de las carreras de Grand Prix.
Pasó los años de la guerra en los Estados Unidos, donde sus cuentos eran publicados en revistas populares. Su primera novela, sobre las carreras de autos, se publicó por primera vez en Suiza como Gladiatoren (1938), fue traducida al inglés como The Racer (1953) y se convirtió en el filme The Racers (1955), dirigido por Darryl Zanuck y protagonizado por Kirk Douglas. Su novela de 1950 sobre la vida de los inuit, Top of The World, vendió dos millones y medio de copias y se volvió la película The Savage Innocents (1955), dirigida por Nicholas Ray y estelarizada por Anthony Quinn, con Peter O’Toole en su primera aparición en la pantalla.
Después de la guerra, regresó a Nápoles, y en 1949 se casó con Maria Luisa de la Feld, con quien tuvo dos hijos y una hija. En 1952 viajó a Arabia Saudita, y tras leer todas las traducciones que existían del Corán en inglés, alemán, francés e italiano escribió The Great Thirst (1957), su libro favorito. Vendió más de tres millones de copias.
Posteriormente vivió en Nueva York, Suiza, París y Roma, y en 1970 dejó de escribir novelas para dedicarse por completo a la abolición de la vivisección, denunciándola por motivos morales, médicos y científicos. Sus libros en ese periodo son trabajos innovadores en ese campo. Su ataque, informado, sistemático e implacable, a la industria farmacéutica le valió muchos enemigos, pero lo convirtió en un líder en el movimiento antiviviseccionista. Se dedicó incansablemente durante los últimos 35 años de su vida a esta causa, hasta su muerte, a los 94 años, en Lugano.
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