“Si la esclavitud no está mal, entonces nada está mal”.
—Abraham Lincoln, en una carta con fecha de diciembre de 1865
En los últimos cuatro meses de la vida y presidencia de Abraham Lincoln, toda la esencia del hombre —su pasión y su humanidad— cobró efecto en su batalla más importante: diseñar un camino hacia el progreso para una nación resquebrajada, contra abrumadoras probabilidades y una presión pública y personal extremas.
“Lincoln”, de Steven Spielberg, brinda un análisis íntimo de los momentos más peligrosos y reveladores del líder estadounidense, en una época cuando se abate la aciaga sombra de la esclavitud y cuando un país dividido por la guerra debe integrarse.
Un prolífico drama humano se genera cuando Lincoln incrementa significativamente el riesgo para finalizar la devastadora Guerra Civil, no sólo al acabar con la guerra, sino también al luchar por conseguir que aprueben la Enmienda 13, para así abolir permanentemente la esclavitud. Será un auténtico acto de valentía nacional. Deberá apelar a toda su pericia, valor y fortaleza moral, que lo llevarán a convertirse en una leyenda. Lidiará con el impacto que sus acciones tienen en el mundo y en aquellos que ama. Pero lo que yace bajo ese equilibrio es lo que siempre le importó más a Lincoln: inducir a la gente norteamericana, y a aquellos en su gobierno de creencias opuestas, a cambiar el curso y aspirar a más, hacia un bien mayor para toda la humanidad.
Llevada a la pantalla a través de un guión del ganador del Premio Pulitzer Tony Kushner, la narrativa rigurosamente humana de Spielberg y la actuación de Daniel Day-Lewis, quien encabeza un consumado reparto, la película lleva a las audiencias directamente al corazón y alma de los últimos logros de Lincoln. El Lincoln que emerge es un hombre de paradojas incautas: divertido y solemne, un narrador pícaro y un feroz cabildero, un comandante astuto y un padre vulnerable. Pero en el momento más funesto de su nación, cuando los tiempos necesitan lo mejor de la gente, apela a su interior para extraer algo poderoso e imperecedero.
Twentieth Century Fox y DreamWorks Pictures presentan en asociación con Participant Media “Lincoln”, un filme dirigido por Steven Spielberg, a partir de un guión escrito por Tony Kushner, basado parcialmente en el libro “Team of Rivals: The Political Genius of Lincoln”, de Doris Kearns Goodwin. El reparto de la película es encabezado por Daniel Day-Lewis, Sally Field, David Strathairn, Joseph Gordon-Levitt, James Spader, Hal Holbrook y Tommy Lee Jones. Los productores son Spielberg y Kathleen Kennedy y los productores ejecutivos son Daniel Lupi, Jeff Skoll y Jonathan King.
Spielberg se reúne de nueva cuenta con su antiguo y fiel equipo detrás de cámaras: el director de fotografía Janusz Kaminski, el diseñador de producción Rick Carter, la diseñadora de vestuario Joanna Johnston, el editor Michael Kahn y el compositor John Williams —cuyos talentos se combinan para generar una experiencia visceral y contemporánea de aquel mundo dividido por una guerra, que Lincoln cambió irrevocablemente en 1865.
Encontrando a Lincoln
Desde hace mucho tiempo, Abraham Lincoln ha estado parado en la delgada línea entre el mito y el hombre de carne y hueso.
No obstante, ahora más que nunca, Lincoln ocupa la imaginación pública. Quizás y esto se deba a que su mismísima silueta se ha convertido en un símbolo global de la esperanza de que el poder puede ser ejercitado de manera juiciosa. Quizás porque es el único presidente de Estados Unidos en haber considerado la posibilidad de que el gran experimento de una Unión Americana podía ser abolido para siempre. O quizás es porque su vida misma revela que los seres humanos imperfectos y complejos pueden lograr lo increíble, e inspirar incluso a aquellos que se encuentran atrapados en la guerra y en legados sombríos a cambiar de rumbo y hacer equipo.
La imagen de Lincoln, y su raramente visto pero cautivador lado humano, ha obsesionado al realizador Steven Spielberg desde su infancia. Desde entonces, ha estado leyendo acerca de Lincoln, pensando en Lincoln y convenciéndose cada vez más que la intensamente activa vida del hombre está plagada de historias que no sólo son inherentemente cinematográficas, sino también tremendamente relevantes para nuestra época.
“Siempre he tenido el interés en contar una historia acerca de Lincoln. Es una de nuestras figuras más fascinantes de toda la historia y de mi vida”, comenta Spielberg. “Recuerdo haber tenido cuatro o cinco años cuando vi por primera vez el Monumento a Lincoln y haber estado terriblemente asustado por el tamaño de la estatua en esa silla, pero entonces me fui acercando poco a poco y quedé completamente cautivado por su rostro. Nunca olvidaré ese momento. Me dejó preguntándome acerca de ese hombre sentado muy arriba de mí en esa silla”.
Con el paso de los años, entre más conocía a Lincoln, más creció ese sentido de asombro en Spielberg. Continúa: “Lincoln guió a nuestro país a lo largo de sus peores momentos y permitió que los ideales de la democracia norteamericana sobrevivieran, además de haber asegurado el fin de la esclavitud. Pero también quería hacer un filme que mostrara cuán multifacético era el hombre. Fue estadista, líder militar, pero también padre, esposo y hombre que siempre estaba en un absoluto estado de introspección. Quería contar una historia acerca de Lincoln que evitara los errores tanto del cinismo como de la pleitesía al héroe, y serle fiel a la inmensidad de quién era y a la intimidad de su vida, así como a los ángulos más delicados de su naturaleza”.
Le tomaría a Spielberg y al guionista Tony Kushner, quienes colaboraron previamente en “Munich”, una década en encontrar la historia precisa para contar, y la manera en cómo querían narrarla. Y cuando lo hicieron, sorprendentemente, era una historia que se centraba en unos cuantos meses breves e intensos de la vida de Lincoln. Aquellos pocos meses iluminarían la esencia del hombre —como genio político, como un angustiado padre de familia y, por sobre todo, como un defensor valiente de los Estados Unidos de América.
Spielberg comenta: “Nos enfocamos en los últimos cuatro meses de la vida de Lincoln, porque lo que consiguió en aquella época fue verdaderamente monumental. Sin embargo, queríamos mostrar que él mismo era un hombre, y no un monumento. Sentimos que nuestra mejor oportunidad para hacerle justicia a esta persona inmensamente compleja era representarlo en medio de su batalla más difícil: la autorización de la Enmienda 13 en el piso de la Cámara de los Representantes”.
Este concepto compacto y envolvente para la película animó a Spielberg. Iba a requerir, a la larga, que empleara sus instintos como realizador en un nivel diferente a cualquier otra película que hubiera realizado antes, en su ya de por sí extensamente diversa filmografía.
“Mis películas se cuentan con mayor frecuencia a través de imágenes, no palabras. Pero en este caso, las imágenes pasaron a un segundo plano ante las increíbles palabras de Abraham Lincoln y su presencia”, explica Spielberg. “Con ‘Lincoln’ estaba menos interesado en un flujo de imágenes que en permitir que los momentos más humanos de la historia se desarrollaran frente a nosotros”.
Al desnudar los últimos días de Lincoln hasta sus momentos más emocionantes, pero descarnados, llenos de debate, con maquinaciones políticas, sus vínculos familiares y sus miedos y esperanzas personales, Spielberg y Kushner descubrieron la naturaleza fascinante —e impredeciblemente humana— de la más grande batalla de una democracia. “La película tiene un poco de suspenso”, señala, “y podría, a ratos, hasta verse como un tipo de thriller político”.
Kathleen Kennedy, antigua socia productora de Spielberg, concuerda que la película representa un giro interesante en la evolución constante de la carrera del director. “A Steven siempre le ha encantado la historia y ha realizado muchas películas con un contexto histórico —‘Empire of the Sun’, ‘Schindler’s List’, ‘Saving Private Ryan’—, por lo que creo que comprendió que algunos de los personajes más interesantes provienen de la historia”, indica. “Pero Steven sabía que con ‘Lincoln’ no crearía un película biográfica convencional. En cambio, él y Tony intentaron encontrar la manera más íntima de mostrar el poder de los logros de Lincoln como presidente, a través del análisis del fin de la esclavitud y de otros acontecimientos clave que se llevaron a cabo durante su presidencia”.
Equipo de Rivales
Desde el principio, Spielberg estaba muy consciente de la cuasi infinita colección de libros que abordaban a Lincoln desde un sorprendente rango de puntos de vista. Sin embargo, estaba en búsqueda de una propuesta fresca, y que fuera más abiertamente humana. Encontró eso en “Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln”, de Doris Kearns Goodwin, que, cuando fue publicado en el 2005, se convirtió en un mega best-seller, saliendo de los estantes de biografías como un libro apasionante, obligado a leerse.
Spielberg comenzó a platicar atentamente con Goodwin acerca de su libro varios años antes de que incluso lo haya terminado. Se conocieron en la celebración Millennium en Washington donde él le preguntó en qué estaba trabajando. Se interesó profundamente en el escrito y esto fue varios años antes de que fuera terminado. “Él estaba haciendo otras películas, y de vez en cuando me llamaba de un set y preguntaba, ‘Bueno, ¿qué hizo Lincoln el día de hoy?’ Entonces, un día, compró los derechos del libro”, recuerda.
Cuando fue lanzado, la entusiasta reacción que recibió el libro de Goodwin reveló que había tocado justo una parte de Lincoln que la gente estaba ansiosa por conocer: cómo llevó a cabo profundos cambios nacionales para bien, en una época que estaba dividida de una manera tan violenta. El “Equipo de Rivales” del título se refiere a los tres oponentes contra los que compitió Lincoln en la elección presidencial de 1860 —sólo para invitar a la postre a que cada oponente amargamente derrotado formara parte de su gabinete. Esta audaz decisión simbolizaría sus virtudes más sobresalientes: su talento para llevarse con sus oponentes, su genialidad política y su firme compás siempre apuntando hacia las verdades universales de justicia y de los derechos civiles, así como a una unión más perfecta.
Todo ello también recaería en el corazón de lo que quizás es su logro más singular: impulsar al país a apoyar “el nuevo nacimiento de la libertad” y terminar la desmedida práctica de la esclavitud al término de la Guerra Civil —no sólo simbólicamente, sino también a través de una enmienda constitucional que hiciera la abolición una base permanente en la ley de la tierra.
¿Cómo lo hizo? Goodwin dice que se sentía motivado al tener claras las impensables consecuencias de no lograrlo. “Me parece que fue de suma importancia para Lincoln que la Enmienda 13 fuera aprobada, porque si era parte de nuestra Constitución —y vaya que veneraba la Constitución de los EEUU— entonces sabía que la esclavitud quedaría abolida en este país para siempre. Así que empleó todas sus habilidades políticas, apeló a todas sus relaciones humanas, implementó toda su pericia dentro de su círculo más cercano, para que se lograra aprobar la Enmienda 13. Entonces, y sólo entonces, podía cerciorarse que la esclavitud habría llegado a su fin”.
Añade: “Creo que todo se redujo a la creencia que siempre tuvo acerca de este país —que podía ser, como decía frecuentemente, un rayo de esperanza alrededor del mundo”.
A Spielberg le pareció fascinante todo el libro de Goodwin. “Podías encontrar una historia para un largometraje en casi todas las páginas del libro de Doris”, reflexiona el director. “Pero la cosa más importante fue el espíritu del hombre que capturó. Cualquier otra cosa que hiciéramos, sentí que era esencial ser absolutamente fiel a ello”.
En un principio, Goodwin invitó a Spielberg y a Tony Kushner a que formaran parte de una mesa redonda con expertos de Lincoln para darles una probada del desafiante territorio en el que se iban a adentrar —y quedó impresionada con lo bien que se integraron. “Fue un día increíble”, recuerda. “Después, recibí un correo electrónico de todos estos historiadores en los que me decían cuán sorprendidos estaban con lo mucho que Steven y Tony sabían acerca de Lincoln, la Guerra Civil, la abolición, Mary, todo. De inmediato, Tony y yo nos comenzamos a enviar una serie de correos electrónicos donde abordábamos todos los aspectos de Lincoln, y yo estaba convencida que nadie más podía hacer un trabajo mejor como ellos dos”.
Un Guión de 500 Páginas y un Descubrimiento
Spielberg siempre sintió que Tony Kushner —quien ganó el Premio Pulitzer por su obra “Angels in America” y que plasmó eventos contemporáneos volátiles en el guión nominado al Oscar® de “Munich”— tenía el tipo de mente intrincada y un profundo amor por la historia de los Estados Unidos que le permitían convertir el libro de Goodwin en un guión.
Kushner, también, estaba fascinado con el libro, pero estaba seguro que no había película alguna que pudiera encapsular ese coloso de 800 cuartillas. “Su libro es un acto narrativo impresionante y emocionante”, comenta. “Es también la definición viviente de algo que no puede ser convertido en una película de dos horas. Está tan increíblemente repleto de eventos intensos y personajes maravillosos, que no había posibilidad alguna de encontrar un camino narrativo a lo largo de todo ello”.
Abordar de una manera distinta “Lincoln” se convertiría en un desafío. Dos años después, Kushner abandonó un primer intento por explorar la vida de Lincoln de 1863 hasta su muerte, porque todavía era una narrativa demasiado épica.
Inspirado, Kushner se dio a la tarea de hacer un tratamiento que trajo consigo un guión de 500 cuartillas; un auténtico ladrillo de manuscrito que entregó a Spielberg. El director recuerda: “Fue una de las cosas más brillantes que jamás haya leído —pero era extenso, épico, y simplemente impráctico para hacerlo una película. No obstante, conforme lo leía, me pareció que el elemento más atractivo de todo lo que había hecho Tony era una sección de 70 cuartillas en la lucha por aceptar la Enmienda 13”.
Kushner regresó a escribir durante otros dos años, intentando recortar ese tratamiento para generar una versión más delgada. Entonces, de la nada, recibió una llamada de Spielberg.
“Estaba manejando en Connecticut cuando me llamó al teléfono celular”, recuerda Kushner. “Me dijo, ‘Te voy a hacer una sugerencia que te podrá parecer alocada, ¿pero qué si nos enfocamos sólo en el mes de enero y en la aprobación de la Enmienda 13? Recuerdo que me orillé porque comencé a marearme. Steven dijo, ‘Me parece que esta parte de la historia es tremendamente emocionante y conmovedora’. Y entre más hablaba, más sentí que ésta era una decisión osada y que realmente iba a sorprender a la gente. Ésta iba a ser una historia acerca de Lincoln que la mayoría de la gente no conocía”.
Continúa: “Ambos sentimos que era increíblemente oportuna, porque en esta época cuando tanta gente ha perdido la fe en la noción de gobierno, es una historia que nos muestra que puedes conseguir cosas milagrosas y bellas a través de un sistema democrático. Ese mes fue también un lente a través del cual podías ver a Lincoln con verdadera claridad. Tenía todos los ingredientes que lo caracterizaban —su vida familiar, su vida emocional y su genio político. Y tenía el suspenso de una auténtica crisis. Se enfrentó a un dilema central: ¿podía conseguir el final de la esclavitud mientras mantenía unida a la Unión?, y ¿podía hacerlo antes de que se rindiera la Confederación?”.
Delimitar el enfoque provocó que la intensa investigación de Kushner se abriera de par en par, situación que le permitió mostrar, ahora, a Lincoln como siempre había querido; como un hombre auténtico y comprometido, día con día, momento a momento, con los tejes y manejes de la política —pero impulsado por una visión más amplia por el bien de la nación y el futuro de sus hijos.
El nuevo tratamiento también le permitió a Kushner centrarse en algunas de las controversias que los métodos y creencias de Lincoln generaban. Por ejemplo, Kushner no quería soslayar el aparente apoyo ocasional de Lincoln por permitir que continuara la esclavitud para poder preservar la Unión. Sin embargo, hace hincapié en la idea de que Lincoln estaba intentando caminar por una cuerda floja. “Estaba haciendo un sorprendente acto de equilibrio al intentar de manera simultánea hacer que prosperara la idea de que la Guerra Civil debía terminar aboliendo la esclavitud y también convencer al Norte que sus hijos no estaban muriendo para terminar con ella. Este entendimiento de aceptar los medios para conseguir un fin, me parece, es parte de lo que lo hizo un gran presidente”.
Kushner tampoco quiso encubrir los poderes de emergencia que Lincoln exigió durante la guerra —el más draconiano jamás utilizado en los Estados Unidos, incluyendo la suspensión del habeas corpus y la censura total de medios. “Incuestionablemente, Lincoln extendió el balance de poderes de manera sin precedentes —pero a raíz de la necesidad, una vez que lo consideró necesario para actuar en contra de la guerra de una manera efectiva y mantener unida a la Unión. De manera ocasional, creo que fue más allá cuando estaba seguro que las cortes lo seguirían. Estas son más cuestiones de medios y fines que están en gran medida en el corazón de la película que hemos realizado”, explica.
Esas cuestiones se convirtieron en algo humano y vivo en el guión de Kushner, a través de un realismo práctico y una introducción dinámica a la atmósfera del Washington, D.C. de Lincoln. En esta íntima investigación de Lincoln se entretejen de manera imperceptible más de 140 personajes, muchos de los cuales son grandes personalidades y figuras fascinantes por derecho propio. “El proceso narrativo fue muy engañoso”, admite Kushner. “Pero me encanta exponerlo todo porque es como un rompecabezas mental; unir todas estas piezas. Yo creo que las audiencias son verdaderamente inteligentes y también confié en que mi guión estaría en manos de uno de los más grandes arquitectos de narrativa cinematográfica de la historia”.
Mientras que a Kushner le tomó una década de exhaustiva búsqueda, además de haber recabado para los personajes muchas frases verdaderas en registros históricos, la gran mayoría de lo que escribió provino de una mezcla de investigación e imaginación. “Una de las grandes cosas acerca de esta historia es que sabemos que estos eventos ocurrieron, pero no sabemos mucho acerca de lo que se dijo, así que esto me permitió una cierta cantidad de licencias, que me dio gusto tener. Escribir este guión fue, como sólo podía ser, un acto de interpretación”, resume.
Esa fue parte de la belleza del guión, comenta Spielberg. “Tony se sumergió en el lenguaje de la época, y después lo recapturó a su manera. Se convirtió en un híbrido de investigación histórica junto con el notable talento que Tony tiene con el lenguaje”, indica.
Kushner fue especialmente cuidadoso en delinear las diferencias de 180° en la política de los partidos en 1865, comparadas con las del 2012. “En la actualidad puede ser confuso para nosotros que los demócratas eran el partido conservador de aquella época, el partido conformado por secesionistas sureños, mientras que los republicanos eran progresivos, pro gobierno e incluso radicales”, explica. “Es interesante la manera en que han cambiado lugares”.
A lo largo del proceso de escritura del guión, Kushner utilizó a Goodwin como una fuente confiable. Ella, también, estaba emocionada ante la decisión de limitar la esfera de acción a una ventana más reducida, lo que resultaría en un microcosmos de Lincoln. “En esta historia puedes ver todo lo que yo intenté transmitir de Lincoln en mi libro”, indica. “Tienes su melancolía, su sentido del humor y sus profundas convicciones acerca de la importancia de esta enmienda. Tienes su buena voluntad de cargar con el peso de saber que la Guerra iba a durar más porque no había compromiso con la esclavitud. Puedes ver la lucha interior que libró consigo mismo. Ves a su alrededor a la gente en la que confió. Y tienes sus habilidades políticas, en primer plano, durante esta lucha. Al optar porque la Enmienda 13 fuera la historia, la película captura al mismo tiempo el humanismo, la visión política y el terrible peso de la presidencia en Lincoln”.
El guión final fascinó a todo aquel que lo leyó. “La narrativa de Tony es absolutamente cautivadora”, comenta Kathleen Kennedy. “Le agregó al guión tantas capas, que te sientes atraído con cada pequeño detalle del mundo de Lincoln”.
Kushner tenía una fe absoluta en que Spielberg podía darle vida a ese mundo, aunque se requiriera de una propuesta inusual. “Steven se reinventa con frecuencia. Existen ciertos elementos que puedes encontrar en todos sus filmes que son ‘Spielbergianos’, pero también hay diferencias estilísticas enormes de película a película. Se adapta realmente a la historia que está contando”, comenta. “Y, sin embargo, cuando vi la película final, su sobriedad realmente me impactó. Steven creó algo que se siente muy hecho a mano, con una auténtica perspectiva personal de lo que Lincoln estaba viendo y sintiendo. Es muy ‘Lincolniana’ en espíritu —modesta, tranquila y centrada—, que creo también define la actuación de Daniel Day-Lewis”.
Goodwin, quien conoce el mundo de Lincoln tan bien como nadie, concuerda. Dice que lo que Spielberg fue capaz de hacer fue tallar una historia viviente —una realidad visceral que hace que la gente se pueda acercar más a un ícono de lo que jamás hayan estado. “Probablemente nadie más hubiera podido dirigir ‘Lincoln’ y haberle dado vida con todo su humanismo y, al mismo tiempo, contar una historia que llamará la atención a una gran cantidad de gente, ya que no sólo es una película biográfica acerca de Lincoln. Me parece que Spielberg sintió esa responsabilidad a lo largo de todo el proceso”, señala. “Esta película le ofrece a la gente un Lincoln perdurable. Espero que inspire a la gente a creer nuevamente en la posibilidad del liderazgo”.
La Interpretación de Daniel Day-Lewis
El hombre al que las audiencias llegarán a conocer en “Lincoln” es un héroe, pero un héroe complejo, contradictorio, incluso imperfecto, en el sentido moderno del término. La lucha de Lincoln para que aprobaran la Enmienda 13 no sólo fue un momento crucial para la nación, sino también un precipicio personal para el hombre. Mientras ganaba con astucia luchas de poder en el Capitolio, en el frente civil estaba encarando la pérdida de un hijo, un distanciamiento frágil con su complicada esposa y el miedo a perder otro niño, en un conflicto que pesaba diariamente en su alma.
Ambos lados de Lincoln están entretejidos por el ganador en dos ocasiones del Premio de la Academia® Daniel Day-Lewis. Spielberg comenta: “Me parece que Daniel, al igual que Tony Kushner, entendieron a Lincoln en un nivel subatómico, uno que va más allá de cualquier cosa que pueda articular. Nunca le pregunté a Daniel cómo fue su proceso, nunca lo cuestioné; a caballo regalado nunca se le ve el colmillo. Simplemente lo recibí con una tremenda gratitud. Con Daniel y Tony sentí que estaba en medio de dos figuras gigantes en un paisaje teatral y de interpretaciones, y me estaba diciendo constantemente, ‘No te metas en el camino; festeja esas palabras, captura esas actuaciones y hazlo de la mejor manera que sabes. Y deja que los actores proyecten sus largas sombras’”.
La representación de Day-Lewis comenzó con Kushner, quien, por su parte, tomó sus apuntes de la personalidad de Lincoln de Doris Kearns Goodwin. “El concepto del filme de Lincoln va muy acorde a la idea naciente de Doris”, explica Kushner. “Leí una inmensa cantidad de libros y artículos acerca de Lincoln, pero siempre sentí que la propuesta que Doris tenía de él realmente lo abarcaba todo. Lo entendió como un político testarudo, quien podía tener un grado aterrador de control y podía sacrificar amistades cuando era necesario —pero también como alguien lírico, poético y amante de los chistes y del humor. Como Walt Whitman dijo, contenía multitudes”.
Al igual que mucha gente, Day-Lewis conocía en un principio a grandes rasgos a Lincoln, gracias mayormente a sus discursos, como el de Gettysburg. “Pero como ser humano, sabía muy poco de él, hasta que comencé a aprender”, comenta. Con el guión dio inicio ese proceso de aprendizaje. “De una manera muy profusa, Tony propuso al hombre a través de su intelecto, su humor y su melancolía, tanto en casa como en su oficina. El contraste entre esas dos cosas es algo que es como el agua y aceite para mí. En el guión de Tony ves a un hombre en esa extraña paradoja de ser tanto público como privado”.
Después se enfrascó en un compromiso íntimo con “Team of Rivals”, así como muchos otros escritos acerca de y por Lincoln. Pero esto le dio pie a crear algo más orgánico. “El libro de Doris era un gran comienzo”, comenta Day-Lewis. “Pero el leer recuentos de una vida te puede llevar hasta cierto punto, y lo que se volvió incluso más interesante para mí en un momento dado fue intentar crecer hacia un entendimiento subjetivo de la experiencia personal de Lincoln. Y, en ello, el legado de su escritura fue sumamente importante. Obtienes un maravilloso sentido de su ser no solamente en sus discursos, sino también en las historias que contó”.
Otro clave para Lincoln se convirtió en lo que Day-Lewis llama “el ritmo del hombre”. Explica: “Hizo todo a su propio ritmo y sólo lo pudo haber hecho a su propio ritmo. Necesitaba llegar a sus conclusiones decisivas a través de un proceso lógico en el que confiaba. Lo que para otros podía parecer inacción o parálisis, era solamente la impresión física que daba. En su propia mente estaba viajando como lo necesitaba hacer, a través de cada paso del proceso, después del cual podía ver las cosas claramente”.
Un lado diferente en el ritmo de Lincoln se encontró en la manera en como disfrutaba contar una historia ante una variedad de efectos —para darle ligereza a un momento difícil o provocar a la gente en formas que no veían venir. “Tuve a alguien muy querido que ya no vive, pero que tenía una virtud similar para contar historias, y he conocido a unos cuantos narradores, pero yo mismo no soy uno de ellos”, comenta Day-Lewis. “Eso es algo que me preocupó bastante; encontrar esas virtudes. Había una agudeza inmediata en el ingenio de Lincoln, que era muy bella. Era algo que me encantaba de él”.
La atención que recibió el humor de Lincoln dejó satisfecha a Goodwin, a quien le había parecido esa parte de él muy atractiva durante su investigación. “Para mí era realmente importante que el sentido del humor de Lincoln se transmitiera en la película”, comenta, “y eso fue construido en el guión y en la actuación de Daniel. En algunas ocasiones, se dijo que Lincoln podía estar sentado en un cuarto y podía verse muy triste, pero entonces comenzaba a contar una historia, y repentinamente cobraba vida y cada vez era más y más gracioso, y sus ojos brillaban, y su voz se adaptaba a cualquier historia que estuviese contando. Esa es la manera en la que siempre quiero pensar en él: en movimiento, contando historias”.
Si bien unos cuantos historiadores recientes han sugerido que Lincoln exhibía características de depresión médica, Kushner cree que la solemnidad de en su estado anímico era más reflexiva a raíz de los eventos que estaban sucediendo en la nación. “Era un hombre de inmensa empatía y compasión”, comenta. “Podía expresar los lamentos de la gente de una manera muy humana y agradable. Asimismo, fue presidente durante una impactantemente mortífera guerra, que cambió la relación de los Estados Unidos con la muerte. Así que había cierta turbiedad en él, pero las circunstancias lo exigían”.
Kushner añade: “Creo que ésa es una de las cosas que Daniel Day-Lewis fue capaz de capturar: la terrible carga de responsabilidad con la que Lincoln luchó, así como el tipo de soledad provocada por ser una persona enrarecida, quien entiende verdaderamente esa responsabilidad y qué es lo que se debe hacer al respecto”.
Después estaba el físico escalofriantemente delgado, de facciones muy marcadas, y su voz, que no era el barítono que con frecuencia se ha imaginado, sino que se dice que tenía una voz de tenor más aguda, especialmente conforme se apasionaba más. Day-Lewis personificó ambas, al darle al personaje una humanidad tosca y austera, que lo hacen sentir verdaderamente accesible. “Daniel representa el físico de Lincoln de una manera sobresaliente”, comenta Kathleen Kennedy, “pero también profundizó para llegar a un lugar en el que sintieses que podías tener acceso a quien era Lincoln como hombre. Y la compenetración que él y Steven desarrollaron en el set fue insuperable. Nunca antes he visto a Steven trabajar con alguien tan de cerca y tan íntimamente”.
Esa compenetración se centró en un respeto compartido por Lincoln, comenta Day-Lewis. “Me provocó una sensación de inconmensurable placer el que Steven y Tony me hayan permitido explorar la vida de este hombre. Nunca antes ha existido un ser humano a quien haya querido tanto y no creo que lo llegue a haber”.
De la relación laboral con Spielberg, Day-Lewis dice: “Es muy abierto. Lo mejor que alguien puede ser en un ambiente laboral creativo es que sea abierto. Y tener ese grado de abertura junto con un sentido de estructura es una combinación poderosa. También tiene mucha confianza en sí mismo. Pero su confianza considera las necesidades y energías de todo aquel que lo rodea”.
Spielberg y Day-Lewis estaban de acuerdo en que el set debía ser un tipo de oasis donde sólo el mundo de Lincoln tuviera vida. Para conservar la totalidad de este mundo Spielberg le pidió a los actores y al equipo de producción que habitaran cabalmente el Washington, D.C. del siglo XIX. “Para representar el estado anímico de la nación en aquel entonces, tuvimos que crear ese sentido de autenticidad en el set”, comenta Spielberg, “donde la única imposición de nuestra época eran la cámara y los monitores —pero todo lo demás era parte de la realidad de Lincoln”.
De hecho, el diseñador de producción Rick Carter recuerda esa sensación de haberse tropezado con el tiempo cuando Day-Lewis fue por primera vez al set: “Todavía no supero la primera vez que lo vi”, reflexiona Carter. “Daniel Day-Lewis no es a quien vi frente a mí. Vi al hombre que era el presidente de los Estados Unidos en 1865. Vi a Abraham Lincoln. No vi ninguna diferencia o brecha entre ellos”.
La Familia de Lincoln
Detrás del extraordinario intelecto político y fe en la democracia que guió a Abraham Lincoln a que autorizaran la Enmienda 13, estaba un lado más privado, pero igualmente fascinante. Mientras se enfrentaba a un enemigo en el Capitolio y en el campo de batalla, también se enfrentaba a dilemas en casa con su poderosa, pero desconsolada esposa y con un hijo determinado a unirse a la mismísima guerra que Lincoln buscaba terminar.
Para darle vida a ese importante papel que la primera dama —Mary Todd Lincoln— desempeñó en la vida política y personal de su marido, Spielberg recurrió a Sally Field, ganadora en dos ocasiones del Oscar® por sus indelebles actuaciones en “Norma Rae” y “Places In The Heart”. Aquí, Field interpreta a una mujer considerada tan vastamente complicada como su famoso esposo. Nacida en el seno de una adinerada y políticamente influyente familia de Kentucky, Mary había identificado el potencial de Lincoln como futuro candidato presidencial desde el momento en que lo conoció y, después de un noviazgo tempestuoso, se casó con él a los 23 años. (Alguna vez dijo de Lincoln: “Algún día será presidente de los Estados Unidos; si no lo creyera no me hubiera casado con él, ya que se podrán dar cuenta que no es particularmente atractivo”).
Su marido se convertiría en presidente, aunque a la par de su éxito su vida como pareja estaría llena de tumultos, tragedia y controversia. Sólo uno de sus cuatro hijos, todos varones, viviría hasta alcanzar la adultez. Adicionalmente, al ser oriunda del sur, la familia y corazón de Mary serían separadas por las divisiones de la Guerra Civil. Una vez que se convirtió en primera dama, fue criticada por gastar abundantemente para remodelar una Casa Blanca que se encontraba en un estado vergonzoso de deterioro y ridiculizada por sus excentricidades personales. Su agonía alcanzó una insoportable cima con el asesinato de su marido. Junto con la muerte de su hijo menor, Tad, estos eventos llevarían a Mary a un espiral descendente. Fue ingresada brevemente en un manicomio antes de haber fallecido como una reclusa, cuya desdibujada imagen ensombreció una vida verdaderamente extraordinaria.
La tarea de Field sería extraer a Mary de esa esfera mítica y hacerla una auténtica esposa y madre en medio de un matrimonio muy retador. “Sally en muchos aspectos tuvo uno de los papeles más difíciles de la película”, comenta Kathleen Kennedy. “Mucho se ha escrito acerca de la aflicción de Mary, no sólo de la pérdida de sus hijos, sino también de la increíble tristeza que le provocó la guerra. Sally pudo haber hecho algo muy predecible con ello. En cambio, encontró una moderación y complejidad reveladoras. Entiendes que por lo que estaba pasando era abrumador, pero también ves cuán difícil trabajó para salir adelante por sí sola para apoyar a su marido y ser la primera dama del país”.
Field se sumergió en una intensa investigación acerca de Mary, con la esperanza de acallar rumores y verdades a medias. Leyó numerosos libros, visitó los hogares de Mary y se reunió con historiadores y coleccionistas de sus pertenencias. “A todos los lugares a donde fui, intenté encontrar piezas para saber quién era”, comenta la actriz.
La actriz llegó a creer que Mary fue criticada tan severamente en su época, en parte porque la gente quería mucho a Lincoln. “De cierto modo, creo que la gente la satanizó porque esto lo enaltecía a él”, indica. “Él fue un hombre noble, que se entregó por completo a una guerra espantosa y sangrienta, por lo que me parece una historia interesante que estuviera casado con una arpía. A la gente le gustaba pensar, ‘Ese pobre hombre, vean con lo que tiene que lidiar’, y había algo al respecto, pero él tampoco era ningún santo de devoción. Lincoln podía ser distante y remoto. Pero Mary siempre creyó en su brillantez y nunca tuvo duda alguna que él iba a cambiar al mundo. Y lo hizo”.
Como sureña, miembros de la familia de Mary lucharon por la Confederación y algunos políticos incluso cuestionaron sus lealtades. Sin embargo, se sostuvo incondicionalmente a favor de la Unión y se dedicó en cuerpo y alma a la victoria de su marido con respecto a la Enmienda 13. “Por sobre todo, me parece que Mary era pro Lincoln”, comenta Field. “Era una mujer muy inteligente, pero en aquella época no había lugar para una mujer en cualquier mesa, excepto la del comedor, así que lo apoyaba tras bambalinas. Era muy sagaz políticamente hablando y había sido su confidente desde el principio. Pero me parece que una vez que llegaron a la Casa Blanca, perdió un poco su lugar con Abe. Ahora tenía a Seward para que lo asesorara y sus sentimientos de valía e importancia para él comenzaron a disminuir. Y, después, la muerte de Willie fue un golpe tremendo para ella. Su angustia fue inconmensurable. Pero creo que también se aferró a una esperanza de renovación con su marido, que puedes ver en el filme”.
Field estaba particularmente intrigada por tener la oportunidad de crear en pantalla con Daniel Day-Lewis la esencia de un matrimonio perdurable e intenso, con todo y sus emociones encontradas. En un principio la pareja comenzó a entablar la relación de una manera bastante inusual: mandándose textos, enfundados en sus respectivos personajes. “De manera inesperada, me enviaba cosas como epigramas o notas, y así comenzamos a forjar un vínculo de intimidad”, comenta Field.
Sólo se reunieron una sola vez antes de que comenzara el rodaje, en Richmond, y en vez de llevárselo en un carruaje como Mary lo hacía frecuentemente con Abe, Field y Day-Lewis fueron a dar un paseo, para encontrar ese inefable vínculo como marido y mujer. Aunque nunca ensayaron formalmente, Field dice que desde el primer día en el set, “en mi opinión, este era el hombre con el que había estado casada durante mucho tiempo y que básicamente me estaba volviendo loca”.
Day-Lewis se sintió de igual manera. Comenta: “Creo que ambos confiábamos plenamente en el trabajo del otro y en intentar encontrar su relación. Nunca hubo un momento en el que Sally me pareciera otra cosa que la persona con la que compartí mi vida durante ese tiempo”.
Field indica que la autenticidad de cada detalle en el diseño de la película y la manera en como Spielberg mantuvo el set, como un tipo de cápsula del tiempo y sin las intrusiones del siglo XXI, ayudaron todavía más en este proceso. “Nunca he realizado una película con tal atención a los detalles de producción”, comenta. “Me parecía totalmente lógico permanecer dentro de ese mundo —y fue la manera más divina de trabajar”.
A Sally le encantó especialmente colaborar con Spielberg. “He tenido la suerte de trabajar con varios de los mejores directores que hay y Steven no podría ser mejor”, declara. “Es implacable en su visión, pero también está dispuesto a cambiar si ve algo mejor. Siempre está considerando y pensando y viendo diferentes maneras de filmar y ofreciendo diferentes ideas a los actores”.
Si bien la película llevó a Field a lo profundo del pasado de Estados Unidos, dice que no podía dejar de pensar en la relevancia que todo ello tenía en la actualidad. “Se siente increíblemente contemporáneo”, señala la actriz. “Me parece que la historia resuena no sólo en los Estados Unidos, donde la gente tiene creencias políticas individuales muy arraigadas, sino también en el mundo en general. La complicada naturaleza de la democracia —la dificultad y desorganización de ella, de cuán difícil es mantenerla funcionando— realmente pasa a un primer plano. Nos recuerda a todos nosotros que esta noble noción de gente gobernándose a sí misma es algo que debes de querer más que la vida misma”.
El matrimonio de Lincoln estuvo todavía bajo más estrés por el deseo de su hijo mayor, Robert, de unirse al Ejército de la Unión y hacer su propia contribución al esfuerzo por ganar la guerra. A los 21 años, y un prometedor estudiante de Harvard, Robert Lincoln no tuvo que ir a la guerra como muchos otros jóvenes, aunque sintió que debía ser parte de ese momento histórico. Sus padres sentían lo contrario. A sabiendas de la sorprendente tasa de mortandad y todavía lamentando la muerte de su hijo Willie, ambos intentaron mantenerlo como civil, cada uno a su manera.
Joseph Gordon-Levitt, conocido por sus papeles en “(500) Days of Summer”, “Inception”, “50/50”, “The Dark Knight Rises” y “Looper”, interpretó al hijo mayor del presidente (y el único de Lincoln que sobrevivió hasta alcanzar la adultez). Gordon-Levitt intentó ponerse en los zapatos del dilema de Bob Lincoln. “Al tener esos privilegios, me parece que Bob sabe que es afortunado —porque, ¿quién quiere pelear en esta guerra donde tanta gente está muriendo?”, comenta Gordon-Levitt. “Al mismo tiempo, y debido a sus circunstancias, ha sido apartado de lo que está sucediendo en el país. Y eso es difícil para él porque realmente cree en la causa de esta guerra, cree en los derechos de los seres humanos, y eso es lo que provoca que quiera pelear”.
Al igual que Field, Gordon-Levitt se comunicó con Daniel Day-Lewis de una manera más apegada al siglo XXI: a través de textos. “Fue un poco extraño estar enviando textos con alguien que he idolatrado toda mi vida”, reflexiona. “Pero fue todo un placer. Es un hombre tan encantador y generoso con sus palabras. Realmente significó mucho para mí cuando dijo, ‘Tú eres mi primera opción con quien quiero hacer esto’”.
En su primer día en el set, Day-Lewis también le envió a Gordon-Levitt una nota en algo parecido al manuscrito de Lincoln. “Y después lo conocí como el presidente, antes de que comenzaran a rodar las cámaras, y me encantó que sucediese de esa manera”, comenta el actor. “Mantuvo intacto el mundo que estábamos creando”.
Gordon-Levitt dice que una de sus gratificaciones más grandes fue sacar el lado más falible del personaje de Lincoln, un lado que muchos nunca han visto. “Me gustó que esta película no convierte a Lincoln en un santo”, comenta. “Lo que logró al haber abolido la esclavitud fue algo verdaderamente grandioso; pero esta película también muestra los compromisos que tuvo que tomar, las cosas que tuvo que hacer que eran cuestionables, para poder lograr esa meta. Bob es un buen ejemplo de ello porque nunca fue realmente capaz de tener una relación con su padre. Ese fue un gran sacrificio y mostró cuán complicada era la vida de Lincoln. La historia es hecha por seres humanos y me gusta que esta historia representa a Lincoln como un ser humano con imperfecciones e hipocresías, pero también con su fortaleza y virtudes auténticas”.
Gordon-Levitt sintió un efecto similar con Sally Field. “Procuramos mantener el realismo entre nosotros, al llamarnos ‘Mamá’ e ‘Hijo’, y cosas como ésas. Sé que puede sonar raro para alguien de fuera, pero cuando interpretas cosas tan reales, todo se vuelve más genuino”, termina por resumir.
El hijo más joven de Lincoln, Tad —un niño frágil y solitario, por quien, se dice, el presidente Lincoln tenía un cariño profundo y alegre— es interpretado por el actor de origen australiano Gulliver McGrath, quien fue visto recientemente en “Dark Shadows” con Johnny Depp. Gulliver estaba emocionado tanto con el humor como con la emotividad del papel. “Tad tiene algunas escenas hilarantes, pero también algunas escenas significativas con su padre”, comenta. “Lo ves sacar lo mejor de su padre: su atención y amabilidad”.
Gulliver trabajó estrechamente con Spielberg para adentrarse en el mundo de Tad —uno inusual, dado que a Tad se le permitía recorrer la Casa Blanca a voluntad, con frecuencia irrumpiendo en las reuniones de su padre con los hombres más importantes y brillantes de la nación. “Steven hizo realmente énfasis en que Tad era un espíritu libre y de cuán juguetón era con su padre. La gente siempre dice que Steven es realmente bueno con los niños y estoy completamente de acuerdo con eso. Ha sido fantástico conmigo”.
También se compenetró de tal forma con Day-Lewis que haría que el vínculo padre-hijo cobrara vida. “Incluso cuando no estábamos haciendo escenas, me trataba como un padre, dándome abrazos y alborotándome el pelo”, comenta Gulliver. “Tanto con Daniel como Sally, sentí que había viajado 150 años atrás en el tiempo y que estaba en la misma habitación que los Lincoln —así que no fue como intercambiar diálogos con ellos; fue algo más real y bello”.
Hubo otro miembro de la familia de Lincoln que no era consanguíneo, pero que fue parte esencial de su estructura familiar: Elizabeth Keckley, la ex esclava que, en una sorprendente travesía, se convirtió en la costurera de la Casa Blanca, una confidente y modista de Mary Lincoln y también una activista para las mujeres, niños y esclavos liberados. En “Lincoln” la interpreta Gloria Reuben, actriz y cantante canadiense conocida por su perdurable papel en la serie de televisión “ER”.
Reuben considera a la auténtica Keckley “una mujer extraordinaria”. Explica: “Nació siendo esclava y a los 39 años de edad terminó comprando su propia libertad a $1,200.00 dólares. Era altamente talentosa en el arte del corte y la confección, que aprendió de su madre, y eventualmente terminó haciéndose de su propia clientela de mujeres de la alta sociedad y esposas de políticos, antes de haberse mudado a D.C., donde se hizo amiga de Mary Todd Lincoln y fue contratada como su costurera personal”.
Mientras investigaba la notable vida de Keckley, Reuben quedó fascinada al saber cuán unida estaba a la familia Lincoln y la cercanía que tenía con Mary, a pesar de la divergencia extrema en sus antecedentes. “Elizabeth, también, había perdido a su hijo en el Ejército de la Unión y creo que ella y Mary fueron capaces de identificarse a ese nivel profundamente emocional, como madres que han perdido a un hijo”, indica Reuben. “Se volvió en una fuerza emocionalmente tranquilizadora en la Casa Blanca de Lincoln”.
La oportunidad de trabajar tan de cerca con Sally Field fue un placer especial para Reuben. “Nos hicimos buenas amigas de inmediato”, comenta. “Hubo una conexión inmediata entre nosotros, y me parece que el papel es perfecto para Sally, porque, al igual que Mary, es muy inteligente, divertida y tremendamente consciente de todo lo que pasa alrededor de ella. Tiene esa intensidad que tenía Mary”.
Una de las escenas más conmovedoras de todas las de Reuben fue el día que aprobaron la Enmienda 13, que Keckley observa en el interior de la Cámara del Congreso. “Hubo algo muy profundo con respecto a la filmación de la aprobación de la Enmienda 13 en la capital estatal de Richmond, Virginia. Fue apabullante en el mejor sentido de la palabra”, describe.
William H. Seward y el Equipo de Lincoln
Quizás la relación más intrigante de gran parte de la vida política de Abraham Lincoln fue aquella con su secretario de estado —quien también resultó ser su ex adversario político, William Henry Seward. Éste perdió la controversial nominación de la presidencia por los republicanos en 1860 ante un rápidamente prometedor Lincoln, y durante algún tiempo fue un adversario rencoroso. Sin embargo, una vez que pasó a formar parte del nuevo gabinete del presidente, Seward y Lincoln se convirtieron en aliados inseparables en la lucha para salvar la Unión.
La agudeza de sus mentes chocaba en ocasiones, pero desarrollaron un incuestionable respeto entre ellos. Doris Kearns Goodwin explica: “Seward comenzó como este gran rival, pensando en un principio que él sería el presidente y que Lincoln sería su subordinado. Pero para 1865, había llegado a querer a Lincoln y, de hecho, se había convertido en su asesor más cercano y gran amigo”.
Para interpretar a Seward con toda la complejidad de un hombre que creyó que también tenía las herramientas necesarias para ser presidente, los realizadores eligieron a David Strathairn, uno de los actores de cine más excepcionales de los Estados Unidos, que recibió una nominación al Oscar® por su interpretación de otra icónica figura histórica —el conductor de noticiarios Edward R. Murrow en “Good Night, and Good Luck”.
A Strathairn le intrigaba el punto de vista personal del filme. “Es extraordinario tener una ventana en el alma de Lincoln en este momento de la historia”, comenta. “Me parece que Steven y Tony desnudaron en cuerpo y alma a Lincoln —tienes la oportunidad de ver la compleja colisión de una gran personalidad con un gran propósito. También puedes ver lo que le costó a Lincoln, el camino sombrío que tuvo que recorrer, preguntándose si el fin justificaba los medios”.
En su propia investigación, Strathairn encontró que la visión que Seward tenía de Lincoln fue un proceso evolutivo —uno que comenzó en consternación y terminó en un cariño más allá de las palabras. “Seward estaba un poco sorprendido por el hecho de que este hombre que, a su juicio, no tenía habilidades sociales, se había convertido en presidente. Pero, finalmente, Seward terminó por respetar profundamente a Lincoln”, comenta Strathairn. “En una ocasión le escribió a su esposa a casa, ‘Es el mejor de nosotros’. Para el final, el alma de Lincoln quedó en la más alta de sus estimas”.
Tan pronto Strathairn comenzó a trabajar con Day-Lewis sintió que el reparto estaba innegablemente predestinado. “No había otra opción que se hubiera podido haber tomado”, declara. “Daniel le aportó un virtud mágica y evocadora al set, y para ‘Lincoln’ eso se convirtió en el diapasón con el que todos nos afinamos”.
Está igualmente comprometido con la dirección de Spielberg en la película. “Steven fue muy generoso, muy energético y muy considerado en todo momento y se sintió como si estuviéramos creando algo nuevo”, comenta Strathairn. “Le aportó un rigor al momento de honrar el acontecimiento de la Enmienda 13, pero al mismo tiempo estaba justo ahí encontrando nuevas sutilezas a cada momento, lo que era muy emocionante”.
Para interpretar a Francis Preston Blair, el poderoso político sureño y reformador republicano, quien era un asesor cercano de Lincoln, aunque ciertamente combativo, Spielberg eligió al veterano actor nominado al Premio de la Academia® Hal Holbrook, quien él mismo ha interpretado a Lincoln en diversas ocasiones, incluyendo una actuación en una serie de televisión de la década de los ‘70. Un aficionado a la historia que ha estudiado el siglo XIX desde una variedad de perspectivas, incluyendo su prolongado papel en escena como Mark Twain, Holbrook se sintió de inmediato atraído al proyecto.
“No es solamente la historia de los últimos días de Lincoln, sino un conflicto político y moral que concierne a la vida de nuestro país en la actualidad”, comenta Holbrook. “La película es tan personal, que creo que las audiencias se encontrarán en el cuerpo, alma y ropaje de este hombre extraordinario”.
Holbrook estaba muy consciente que Blair, de 73 años, no estaba a favor de la historia. Blair se oponía a que Lincoln luchara por la Enmienda 13, luchando en vez por un tratado de paz inmediato con la Confederación. De hecho, en enero de 1865, con la autorización de Lincoln se reunió en secreto con el presidente de la confederación Jefferson Davis para ver si se podía conseguir un final expedito de la guerra.
“Blair fue un hombre muy poderoso, rico e interesante, quien se convirtió en un asesor importante de Lincoln durante la guerra”, explica Holbrook. “Pero Blair estaba más influido por las actitudes sureñas, así que no estaba a favor totalmente de la abolición. Su postura se encontraba a un medio camino. Y cuando llegó la hora de reconocer una cuarta camada de jóvenes masacrados, creo que su única prioridad era la paz. Vio que la guerra podía darse por terminada y sintió que esa era la cuestión más importante, en vez de la abolición”.
Holbrook, quien ya había interpretado él mismo a Lincoln, estaba fascinado al ver la propuesta de Day-Lewis del hombre: “Verlo crear a Lincoln fue muy personal para mí”, declara Holbrook. “Me encantó haberlo estudiado, ver su rostro. Está dotado de manera brillante para el papel, pero también tiene el corazón necesario”.
En el equipo de Lincoln hubo otro grupo de hombres que realizó una contribución real, aunque fueron difícilmente identificables, para la aprobación de la Enmienda 13. Estos eran los operativos políticos tras bambalinas de Seward, siempre dispuestos a echar la mano —primeras encarnaciones de lo que hoy se conoce como cabilderos. En la película, éstos están representados por una cuadrilla de tres, interpretados con un atractivo cómico por John Hawkes, James Spader y Tim Blake Nelson.
Hawkes (“The Sessions”), quien interpreta a Robert W. Latham, señala que el trío se involucró en los enredos prácticos de la política, algo con lo que la gente está muy familiarizada en la actualidad. “Estos tipos estaban trabajando tras bambalinas buscando funcionarios demócratas ineptos y persuadiéndolos para que votaran por la Enmienda 13”, explica. “Me encantó la historia y, todavía más, ver a Steven Spielberg tan fascinado contándola”.
Spader, quien interpreta al abogado de Nashville W. N. Bilbo, se sintió atraído al guión. “Tony Kushner logró condensar el cabildeo de Seward en un trío muy entretenido”, señala. “Creó un personaje muy interesante en Bilbo, quien le aporta una maravillosa energía motriz a sus escenas”.
Tim Blake Nelson, quien trabajó con Spielberg en “Minority Report”, dice que vio a un director distinto en este filme. “Creo que Steven adapta la manera en como dirige a la historia que sea que esté contando, y con ‘Lincoln’ hizo realmente énfasis en las interacciones orgánicas entre personajes. Para mí, fue como trabajar con dos directores diferentes —aunque sólo Steven podría personificar ambos”.
La Cámara de los Representantes
El resultado de la votación por la Enmienda 13 en la Cámara de los Representantes estuvo en el aire hasta el último minuto —y provocaría una oleada de algunos de los debates más intensos, presiones políticas y cambios de opinión jamás vistos en las cámaras del gobierno estadounidense. Adentro del Congreso de 1865, “Lincoln” plasma un vívido retrato de la política norteamericana en todo su esplendor y excentricidad, su amor por el arte de la persuasión y su creencia insistente de que la gente con diferentes puntos de vista puede trabajar de manera conjunta.
Una voz clave en el enturbiado debate de la Cámara es aquella de Thaddeus Stevens, un representante de Pensilvania, llamado “Republicano Radical”, quien no sólo pugnó por la emancipación de los esclavos, sino también por la completa abolición del sistema de esclavitud, sobre el cual estaba forjada la economía sureña. Conocido por su encendido ingenio y sarcasmo, fue otra figura épica en el medio de Lincoln —así que era apropiado que los realizadores le dieran el papel a Tommy Lee Jones, conocido por una inolvidable colección de personajes, incluyendo su interpretación ganadora del Oscar® como el agente Samuel Gerard en “The Fugitive”.
“Tommy Lee Jones interpretando a Thaddeus Stevens fue perfecto” comenta Kathleen Kennedy. “Simplemente no lo podíamos creer. Me la pasaba preguntándole una y otra vez a Tony Kushner, ‘¿En realidad dijo Stevens eso?’ Creo que Tommy Lee Jones entendió de inmediato quién era Stevens. Apreció su inteligencia y de que era un ser humano genuino, luchando por lo que era correcto. También entendió que cuando se trató de la Enmienda 13, se enfrentaría a una lucha personal y necesitaría comprometerse para poder encontrar los medios para lograr el fin”.
Day-Lewis habla de Jones: “No esperaba tener un día laboral que me emocionara tanto como aquel en el que trabajamos juntos. Y eso realmente tiene que ver, más que nada, con lo que trajo consigo y con su presteza”.
Sally Field tuvo una escena particularmente divertida con Jones cuando Mary Lincoln choca con Stevens, quien, al ser jefe de la Comisión de Medios y Arbitrios, infamemente intentó encerrarla en prisión por gastar de más en las renovaciones de la Casa Blanca. “Creo que Mary simplemente despreciaba a Thaddeus”, explica. “Para ella, era el diablo encarnado, no sólo porque intentó encerrarla, sino también porque era un radical quien trabajaba con frecuencia en contra de su marido, a pesar de que estaba en el mismo partido. Y, no obstante, en el caso de la Enmienda 13, ayudó a que cambiaran las cosas. ¡Y qué gran personaje es!”.
El secreto mejor guardado de Stevens fue su ama de llaves, Lydia Hamilton Smith, una viuda que trabajó con él durante 25 años, amasando contactos que más tarde le ayudarían a lanzar su carrera como una inusual mujer de negocios de raza negra en el siglo XIX. Notablemente cercanos, y probables socios en un ferrocarril clandestino que transportaba esclavos a la libertad, muchos historiadores creen que Stevens y Smith también eran amantes secretos. La ganadora del Globo de Oro® y del Premio Emmy® S. Epatha Merkerson interpreta a Smith.
Fue el guión de Tony Kushner lo que provocó que pasara a formar parte del proyecto. “Me encantó el humanismo de Tony, sus diálogos, su corazón y su humor”, comenta. “Cuando me llamó y me preguntó si interpretaría a Lydia, empecé a explorar este personaje que se convirtió en una extraordinaria mujer de negocios durante una época en la que a una mujer de color no se le hubiera permitido hacer esas cosas —y me fascinó”.
Merkerson apreció especialmente haber tenido la oportunidad de leer la Enmienda 13 en voz alta en pantalla. “Mientras Lydia leía, la única cosa que Steven no dejaba de decirme era que pensara en la maravilla de ese momento —y esa fue una dirección perfecta. Aquí tienes a una mujer de raza negra que ha vivido en una época cuando la gente era golpeada, violada y asesinada, y sus hijos eran robados de sus familias. Había vivido todo eso con lo del ferrocarril clandestino y este momento tenía que ser una liberación increíble”.
Otra importante voz en la Cámara de aquella época fue la del sedicioso congresista neoyorquino Fernando Wood, quien estaba a favor de la Confederación. Wood es personificado por Lee Pace, a ser visto después en la adaptación cinematográfica de “The Hobbit”, de Peter Jackson. Pace dice que para uno de los némesis ilustres de Lincoln se inspiró no sólo en la historia sino también en gran medida en nuestros tiempos. “Mi idea al momento de interpretar al personaje fue que es muy parecido a nuestros políticos de la actualidad. Simplemente quiere que la lucha continúe, porque mientras su nombre aparezca en el periódico, es relevante”.
Entre aquellos cuyo voto cambia en el ultimo minuto está el congresista de Ohio Clay Hawkins, interpretado por Walton Goggins, mejor conocido por sus papeles en “The Shield” y “Justified”. Hawkins fue un demócrata que no apoyaba la esclavitud, pero sentía que podía ser políticamente peligroso votar por la Enmienda 13. Goggins opina de su dilema: “Para algunos, era acerca de la mortandad —pero mi personaje también se enfrentaba a la amenaza de muerte si decidía votar en contra de la esclavitud. Tuvo que considerar todo lo que estaba pasando en el país, quizás la posibilidad de un ofrecimiento de paz por los confederados y encima de todo ello su seguridad personal, y finalmente hacer lo que, en su corazón, sentía que era lo correcto”.
El Mundo de Lincoln
“Lincoln” llevaría a Spielberg no sólo a uno de los momentos más emocionantes de la historia de los Estados Unidos, sino también a un territorio visual nuevo —trabajando bajo un estilo tanto vívido como crudo, intenso pero minimalista. Dio este salto con la misma familia de aclamados realizadores con quien ha colaborado durante décadas, incluyendo el director de fotografía Janusz Kaminski, el editor Michael Kahn, el diseñador de producción Rick Carter, la diseñadora de vestuario Joanna Johnston y el compositor John Williams. Aunque estos hombres y mujeres tienen su propio lenguaje creativo con Spielberg, también sabían que ésta iba a ser una experiencia particularmente distinta.
“Esta fue una producción muy íntima y tranquila, porque Steven hizo que todo recayera en las palabras y en las actuaciones”, indica Kathleen Kennedy. “Fue una experiencia más personal”.
Janusz Kaminski, quien obtuvo Oscares® por “Saving Private Ryan” y “Schindler’s List”, estaba intrigado por encontrar imágenes poderosas, pero honestas, para una historia que con frecuencia trata de todo el poder de lo que dice un hombre. “Es una historia que realmente requiere que la audiencia escuche”, señala. “Así que cuando leí el guión, inmediatamente se me comenzaron a ocurrir ideas de cómo capturar todas estas palabras en imagen. Era evidente tanto para Steven como para mí que debía de haber un sentimiento de circunspección en la fotografía —que solamente debíamos fotografiar estos eventos de la manera más bella y elegante, y dejar que el lenguaje y las actuaciones estuvieran al centro de todo”.
Continúa: “Estábamos interesados en permitir que las audiencias descubrieran el Lincoln que no conocen. La película muestra a un Lincoln inseguro, vulnerable. Y creo que la puesta en escena de Steven, junto con el trabajo de cámara, en su frugalidad, reflejan ese lado humano del presidente”.
Kaminski quería una sensibilidad minimalista, pero también una textura y una paleta que pudieran transportar a las audiencias —no a algo que se sintiera histórico, sino a escenas que pudieran estar sucediendo en la actualidad. Kathleen Kennedy comenta: “Steven y Janusz discutieron a detalle el uso del color y la luz en ‘Lincoln’. Steven no quería hacer una película en blanco y negro o con tonalidades sepia; en cambio, emplearon una rica saturación de color que tiene algunas virtudes del blanco y negro. También tenemos más de 145 partes habladas en esta película, así que era importante el encuadre en cada escena para que los personajes te llevaran al siguiente compás de la historia y que no necesariamente lo hiciera la cámara. Eso representó algo distinto para Steven”.
Si bien él y Spielberg estudiaron minuciosamente una plétora de pinturas históricas y fotografías para que les sirvieran de referencia, una vez en el set implementaron una propuesta más instintiva. Se trató de encontrar el poder austero en los momentos más tranquilos —Lincoln y Grant hablando en la terraza mientras soldados fantasmales cabalgan hacia destinos desconocidos; Lincoln parado en la difusa luz de la ventana mientras se percata que la Enmienda 13 acaba de terminar con la esclavitud en los Estados Unidos. “Steven nunca ha tenido miedo a utilizar imágenes intensas”, comenta Kaminski. “Está siempre en la mejor disposición de utilizar momentos trascendentes como ése en su narrativa”.
Algunas de las escenas favoritas de Kaminsky se presentaron en el interior de la caótica Cámara de los Representantes. “Todas las escenas tienen que ver con las actuaciones y con el debate de ideas. Existen algunos movimientos en dolly característicos de la sensibilidad visual de Steven, pero todo es muy sobrio”, explica.
Estas escenas también emocionaron a Kathleen Kennedy. “La cámara nunca se mueve en estas escenas a menos que estén al servicio de la narrativa. Steven quería mostrar las complejidades humanas de cómo funciona un gobierno democrático, así que nunca se trató de cortar de una cabeza parlante a otra, sino acerca de realmente darle a la audiencia un sentido de cómo los argumentos estaban progresando”, comenta. “Más que nada, Steven quería capturar la volatilidad de lo que estaba sucediendo en esa batalla política”.
A lo largo del filme, Kaminski le apostó a un naturalismo de la época para la iluminación. “Es 1860, así que el mundo de Lincoln debería estar iluminado con gas y lámparas de keroseno”, indica. “Utilizamos muchas fuentes de luz existentes; luz que entra por las ventanas, luz de lámparas, pero también creamos fuentes de luz que pudieran servir mejor para la narrativa. También se utilizó humo para darle a la película un pátina taciturna y porque los ambientes de Lincoln hubieran estado llenos de él. Había constantemente gente fumando pipas, fumando puros y no había ventilación, así que todas las habitaciones tenían esa atmósfera ahumada”.
Para Kaminski, “Lincoln” no sólo reveló otro lado del presidente de los Estados Unidos, sino también otro lado del director con quien ha colaborado durante tanto tiempo. “Esta no fue sólo otra película”, comenta. “Ninguna de las películas que he realizado con Steven es sólo otra película, pero hay algo muy significativo acerca de ‘Lincoln’. Es una pieza de entretenimiento, pero es también una historia de gran relevancia”.
El trabajo de cámara de Kaminski se fusionaría con el diseño de producción de Rick Carter, quien, en un símbolo conmovedor de una nación que está cerrando el círculo, utilizó la otrora ciudad confederada de Richmond, Virginia, para recrear el Washington, D.C. de 1865 que se ve en el filme.
Carter estaba profundamente conmovido con el retrato que el guión hacía de Lincoln y se percató de inmediato que su trabajo de diseño iba a necesitar caminar por una delgada línea. “La oportunidad y el reto para mí fue que si bien es un gran historia, es también una muy íntima”, comenta. “Sucede en gran medida adentro del mundo de Lincoln, su oficina, sus recámaras, las calles por las que caminó. La riqueza de ese mundo tenía que ser finamente detallada y los decoradores de sets y yo hicimos todo lo posible para ayudar a que cada uno de los momentos se viera tan real como fuera posible —y, al mismo tiempo, un tanto expresionista”.
Al igual que con la fotografía, una simplicidad elegante fue fundamental para el concepto que quería manejar. “La película está diseñada cuidadosamente para que lo que veas en Washington, D.C., o en los lugares de batalla, nunca te distraigan de lo que en realidad se centra el filme: Lincoln y sus amigos, la familia y los rivales a su alrededor”, comenta Carter.
En un principio, Carter comenzó a buscar una locación que pudiera servir para las diversas necesidades del filme. Buscó a lo largo de Tennessee y Virginia, que lo llevó a tomar un extenso tour en historia al haber visitado sitios preservados de la Guerra Civil, para obtener la esencia de estos lugares hasta que le llegara a la médula de sus huesos. De todas las posibles locaciones, fue Richmond, Virginia, la que lo transportó más, y sintió que sus edificios bien conservados podían aguantar una realidad del siglo XIX como ningún otro lugar.
“La historia está viva en Richmond de una manera que no podrías encontrar en el resto del país”, explica. “Es también una ciudad muy significante, porque Richmond representó la versión aristocrática de los Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Estaba en el centro del choque de culturas que estalló en la Guerra Civil. Y, de cierto modo, es un lugar que ha sido distinguido por Lincoln más que cualquier otro. Springfield, Illinois, es donde Lincoln nació, pero fue Richmond donde él cambió la nación y la hizo un todo”.
Spielberg estaba fascinado con la decisión. “La ciudad de Richmond nos abrió completamente sus puertas y nos brindó cualquier tipo de facilidades para que viniéramos y contáramos esta historia”, comenta. “También había un sentimiento de alivio al poder ser capaces de contar esta historia en el corazón de la otrora confederación”.
Doris Kearns Goodwin cree que Lincoln hubiera apreciado este placentero giro radical de hacer que el centro del poder de la confederación se hiciera pasar por Washington, D.C. “Creo que Lincoln no hubiera podido estar más feliz con la idea de que una película acerca de él haya sido tan calurosamente recibida por la ciudad de Richmond”, explica. “Es también perfecta desde un punto de vista físico —tiene ese aspecto del antiguo Estados Unidos en ella. Este capitolio es capaz de ofrecer ese sentimiento de intimidad que un debate en el congreso pudiera tener”.
“En realidad me pareció muy sensato hacer la película aquí”, continúa Carter. “Están los campos de batalla, cuentas con el parlamento estatal, donde desde ciertos ángulos es sorprendentemente evocador a la Casa Blanca; están las mansiones en Petersburg todavía muy similares a como se veían en aquel entonces, y nos dieron carta blanca para filmar donde quisiéramos, incluyendo la mansión del gobernador”.
Las locaciones fueron una cosa, pero recrear los interiores con una aspereza y vivacidad tal para que le diera a las audiencias un sentido tangible de la época fue vital. Uno de los sets favoritos de Carter en ese sentido fue la oficina de Lincoln, justo al final del vestíbulo de sus dormitorios en la Casa Blanca. Él y su equipo lo construyeron, donde cada uno de los detalles se hizo a mano. “Siempre sentí que era muy importante hacer que la oficina de Lincoln se viera lo más apegado posible a la oficina que todos conocemos”, comenta, “con todos sus colores y texturas reales. Queríamos una absoluta seriedad en el detalle —hayan sido mapas de batalla, cartas en su escritorio, retratos en su pared o el tapiz mismo— para recrear exactamente la forma en como estaba. Desde luego, el diseño tenía que estar al servicio de la narrativa, pero también crear imágenes que perduren cuando la gente quiera saber cómo era estar en la Casa Blanca de Lincoln”.
También hubo algo más que Carter quería transmitir, además de la época: “Había una atmósfera y algo inquietante en estos pasillos por los que caminó Lincoln, por lo que había algo impresionista en funcionamiento”, indica.
El edificio del capitolio de Richmond, construido en 1788, y diseñado en un estilo clásico por el padre fundador Thomas Jefferson, hizo las veces del atmosférico interior de la Cámara de los Representantes de los Estados Unidos. Si bien el espacio es más pequeño que la verdadera cámara en Washington, D.C., el inmueble funcionó para las escenas más cerradas de “Lincoln”. “Me gustó la manera en cómo se sintió todo atiborrado porque la acción entre los congresistas es muy intensa”, dice Carter. “Obtienes un auténtico sentido de la fricción y el debate”.
Un sentido de realidad también fue esencial para el trabajo de la diseñadora de vestuario Joanna Johnston, quien recreó guardarropa extraído directamente de la historia. Para Sally Field, el trabajo de Johnston fue esencial. “Es una artista sorprendente”, comenta Field. “Casi todos los atuendos de Mary son réplicas increíbles de piezas que pueden ser encontradas en fotografías y pinturas, justo hasta el último vestido que ves en Mary mientras Lincoln está muriendo. Trabajamos de manera muy estrecha y fue una colaboración maravillosa”.
David Strathairn habla sobre el trabajo de Johnston: “Nos dio algo extraordinario, al diseñar estos ropajes de piezas originales que habían preservado. Son vestuarios que te cambian y cuando ves a todos los demás en estas reliquias, te mete de lleno a ese mundo. Estás realmente ahí”.
Una sincronía se desarrolló entre lo que Rick Carter y Joanna Johnston estaban haciendo cada uno por su lado. Kathleen Kennedy comenta: “Joanna y Rick trabajaron juntos de manera muy artística debido al entendimiento que tienen de la importancia de una paleta de color. Los bellos vestuarios que ves usar a Mary o Elizabeth Keckley, con sus intensos colores café y ciruela, respaldan la virtud terrenal del diseño de sets de Rick, que, juntos, y a su vez, respaldan la iluminación de Janusz”.
La diseñadora de maquillaje Lois Burwell también se sumergió en la investigación y en las profundidades de los personajes. Al trabajar con Daniel Day-Lewis, estaba consciente de lo mucho con lo que el presidente Lincoln estaba lidiando —y cómo eso se reflejaba en su rostro. “Fue una época extremadamente difícil para Lincoln y cuando ves las fotografías, puedes ver su deterioro; como si él mismo estuviera librando una batalla. Así que queríamos que ese estrés se viera reflejado en el rostro de Daniel. Queríamos darle a Steven su visión acerca de Abraham Lincoln —esa textura de la piel y esa aflicción en su expresión— y queríamos darle a Daniel maquillaje que le permitiera actuar sin impedimentos”, termina por resumir.
Day-Lewis se dejó crecer su propio cabello para convertirlo en el icónico peinado ondulado de Lincoln y también su barba, aunque se añadió pintura adicional para adaptarla a su rostro, similar a la de las fotografías más conocidas de Lincoln. Finalmente, Burwell fue capaz de condensar lo que pudo haber sido un proceso de 3 horas en una eficiente hora y 15 minutos. Burwell dice que funcionó en parte porque Day-Lewis estaba profundamente encerrado en el papel. “Sin importar cuán hábil sea el maquillador, el maquillaje sólo se verá pintado si el actor no personifica su papel”, comenta. “Daniel le aportó mucho al maquillaje —fue un auténtico trabajo en equipo”.
Mientras tanto, Burwell reclutó a varios fabricantes de pelucas, quienes trabajaron para mantenerse al ritmo de las interminables hebras de cabello para cabeza y rostro que requería la película; desde bigotes hasta patillas. Quizás la peluca más prominente de todas es el legendario peluquín de Thaddeus Stevens, que utilizó porque una enfermedad lo había dejado calvo. Aunque se le ofreció una gorra calva, Tommy Lee Jones prefirió afeitar su cabeza para poder asemejarse todavía más al verdadero Stevens, en su único momento verdaderamente revelador.
Toda esta atención al detalle comenzó a prosperar una vez que Spielberg se retiró a la sala de edición con su antiguo socio, el editor ganador del Oscar® Michael Kahn. Para Kahn, la singular tarea en “Lincoln” sería encontrar un ritmo orgánico fiel al poder emotivo que poco a poco se intensifica en el filme. “No queríamos precipitarnos porque es un filme en el que quieres que la gente realmente escuche y entienda”, comenta. “Buscamos los momentos que le den a la gente tiempo para realmente ver a estos personajes y pensar en lo que están diciendo. Y este reparto es un placer tal, que podíamos hacer esto”.
Entretejer el material en una narrativa fluida se convirtió en una de las colaboraciones más intensivas que ambos hombres hayan hecho jamás. “Steven luchó con qué dejar y qué quitar. Estas fueron grandes decisiones porque hay tantas cosas psicológicas y políticas que están pasando, que siempre nos preguntábamos: ¿tendrá esta escena una repercusión más adelante? Fue un proceso complejo”, comenta Kahn.
Al final, Kahn cree que “Lincoln” sobresale en el currículo de Spielberg. “Steven admitió que nunca antes había hecho una película con tanto diálogo, donde cada frase cuenta muchísimo. Estábamos muy conscientes con el hecho de que teníamos que estar muy acertados con las emociones”, el editor comenta. “Me parece que es una de las mejores cosas que ha realizado. Toma a personajes que hemos leído en libros de historia y les da vida. Aprendes acerca de los Estados Unidos, acerca de la democracia y acerca del ser humano tan especial que Lincoln fue”.
Estos elementos también se reflejan en la banda sonora de John Williams para “Lincoln”; un cambio para el compositor estadounidense, quien ha recibido una sorprendente cantidad de 47 nominaciones al Oscar® y cinco Premios de la Academia® en una carrera cargada de música indeleble. “Para mí, esta fue una experiencia muy distinta a cualquier otra con Steven en años pasados”, comenta Williams. “‘Lincoln’ es más un tapiz musical, con varios temas musicales muy distintivos y discretos que no se superponen. Y en términos de textura y orquestación también fue muy diferente. Es una banda sonora serena con muchas variaciones, pero también con algunas expresiones más extensas y nobles”.
Williams comenzó con la pieza que resultó ser la más desafiante de todas —la música que acompaña a Lincoln durante su Segundo Discurso Inaugural, leído por Daniel Day-Lewis. “El reto fue encontrar algo digno para acompañar esas grandes palabras”, explica. “Comencé con un tipo de pieza cantoral y después la seguí trabajando para encontrar la simplicidad que se necesitaba para apoyar la declamación de Daniel, que, por sí sola, ya es un obra de arte”.
Una poderosa simplicidad se entrelazaría a través de toda la banda sonora. En otra secuencia clave, cuando Lincoln cabalga a través de City Point, Virginia, a través de un campo de cuerpos maltrechos de jóvenes soldados, Williams optó por un piano. “No queríamos darle énfasis a los cuerpos en el campo, sino simplemente brindarles un sentimiento de respeto, y apoyar un momento de reflexión acerca de esa tragedia y los retos por intentar arreglar las cosas en las relaciones humanas”, comenta.
En otro lado, la música cambia con el momento. Una vez que los cabilderos de Seward se dan a la tarea de conseguir votos, Williams usa violines rítmicos, de música country; y en el momento en que por primera en la historia entran afroamericanos a la Cámara de los Representantes, hay un momento más lírico con una orquestación completa.
Para grabar esta variedad de música, Williams aprovechó la oportunidad de trabajar con una orquesta que ha querido utilizar para una banda sonora de Spielberg desde hace mucho tiempo: la reconocida Orquesta Sinfónica de Chicago, para la que Williams ha sido conductor invitado ocasionalmente. “Es una de las mejores orquestas estadounidenses y siempre le he dicho a Steven, ‘Algún día deberíamos hacer algo con ellos’. Cuando comenzamos a trabajar en ‘Lincoln’, Steven dijo, ‘¿No sería el mejor momento para trabajar con la Sinfonía de Chicago?’. No sólo Illinois es el hogar de Lincoln, sino también Chicago es el centro de la nación, y creo que a Steven le gustó la idea de traer energía del corazón de nuestro país, de alguna manera, a nuestra película”.
Spielberg resume: “Siempre he creído que entender el pasado ayuda a forjar nuestro presente; nos ayuda a darnos cuenta hacia dónde queremos ir a partir de aquí. Dicho esto, creo que ‘Lincoln’ no podría ser más relevante en la actualidad. Su presidencia brinda un modelo muy vívido de liderazgo. Apoyó cosas que ahora apreciamos más que nunca. Hizo frente a la idea de que la supervivencia de la democracia requiere de justicia, compasión, respeto y tolerancia. Y en algunas ocasiones de un buen sentido del humor. Ésa es el alma de ‘Lincoln’”.
Acerca del Reparto
Desde sus primeros papeles, el ganador del Premio de la Academia® DANIEL DAY-LEWIS (Presidente Abraham Lincoln) impresionó tanto a la crítica como a las audiencias, al hacer una fácil transición de un punk de la clase trabajadora en “My Beautiful Laundrette”, a un vanidoso pretendiente victoriano en “A Room with a View”, de Merchant Ivory. Juntas, estas actuaciones le valieron en 1986 el Premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York a Mejor Actor Secundario, el primero de una serie de condecoraciones que le han seguido, incluyendo dos Premios de la Academia® a Mejor Actor, tres Premios BAFTA a Mejor Actor y un Globo de Oro® en la misma categoría. Day-Lewis también ganó el Premio del Screen Actors Guild® en dos ocasiones, el Premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York en cuatro ocasiones y tres Premios de la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles.
Si bien Day-Lewis no ha dejado de brindar una actuación aclamada tras otra, fue su papel como el escritor y artista con parálisis cerebral Christy Brown en “My Left Foot” (Mi Pie Izquierdo), para el director Jim Sheridan, que le valió su primer Premio de la Academia® a Mejor Actor. Recibió su segunda nominación al Premio de la Academia® por “In the Name of the Father” (En el Nombre del Padre), su segunda colaboración con Sheridan —la verdadera historia de un hombre injustamente encarcelado durante 15 años— y su tercera por su interpretación de Bill the Butcher en “Gangs of New York” (Pandillas de Nueva York), de Martin Scorsese. En el 2008, Day-Lewis obtuvo su segundo Premio de la Academia® a Mejor Actor como el buscador de petróleo Daniel Plainview, en “There Will Be Blood” (Petróleo Sangriento), de Paul Thomas Anderson. Sus otros versátiles papeles incluyen al aventurero norteamericano Hawkeye en “The Last of the Mohicans” (El Último de los Mohicanos) y al aristócrata Newland Archer en su primera colaboración con Martin Scorsese, “The Age of Innocence” (La Edad de la Inocencia).
Nacido en Londres (pero ahora un ciudadano irlandés), Day-Lewis conoció por primera vez la actuación cuando estaba en la escuela en Kent, Inglaterra. Su debut como actor fue en “Cry, the Beloved Country” y su debut cinematográfico fue a los 14 años en “Sunday Bloody Sunday”, donde interpretó a un vándalo en un papel donde no se llevó crédito. Más tarde aplicó y fue aceptado en la reconocida Escuela de Teatro Old Bristol Vic, donde estudió durante tres años, para eventualmente actuar ahí mismo. En la década de los ‘70 y a principios de los ‘80 trabajó en teatro, apareciendo con la Compañía Teatral del Old Bristol Vic, la Royal Shakespeare Company y el Royal National Theatre, donde brindó notables actuaciones en “Another Country”, “Dracula”, “Futurists” y “Hamlet”, donde interpretó el papel que le da nombre al título.
Los créditos cinematográficos adicionales de Day-Lewis incluyen la versión cinematográfica de “The Unbearable Lightness of Being” (La Insoportable Levedad del Ser), de Philip Kaufman, por la que obtuvo elogios por su memorable actuación en el papel protagónico, y el clásico de Arthur Miller “The Crucible” (Las Brujas de Salem), donde interpretó al puritano John Proctor, al lado de Winona Ryder, dirigida por Nicholas Hytner. Se reunió de nueva cuenta con Jim Sheridan para el papel protagónico de “The Boxer” (Boxer: Golpe a la Vida) y fue visto a la postre en la poderosa y poética “The Ballad of Jack and Rose” (Nunca te Dejaré), de Rebecca Miller. En el 2009, Day-Lewis protagonizó la adaptación cinematográfica del exitoso musical de Broadway “Nine” (Nine: Una Vida de Pasión), de Rob Marshall, junto a Judi Dench, Nicole Kidman, Penélope Cruz, Marion Cotillard y Kate Hudson.
SALLY FIELD (Mary Todd Lincoln) ha ganado en dos ocasiones el Premio de la Academia® por sus actuaciones en “Places in the Heart” (En un Lugar del Corazón), de Robert Benton, por la que también recibió un Globo de Oro®, y “Norma Rae”, de Martin Ritt, por la que también recibió un Globo de Oro, junto con el premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, el Premio del National Board of Review, el Premio de la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles, el premio de la Sociedad Nacional de Críticos de Cine y el Premio a Mejor Actriz en el Festival de Cine de Cannes. Field también ha recibido nominaciones al Globo de Oro por su trabajo en “Smokey and the Bandit” (Dos Pícaros con Suerte), “Absence of Malice” (Ausencia de Malicia), “Kiss Me Goodbye”, “Steel Magnolias” (Magnolias de Acero) y “Forrest Gump” (Ídem). Sus múltiples créditos cinematográficos incluyen “Eye for an Eye” (Ojo por Ojo), “Mrs. Doubtfire” (Papá por Siempre), “Soapdish”, “Not Without My Daughter” (La Huida), “The End”, “Hooper” (Hooper, el Increíble), “Stay Hungry” (su primer papel cinematográfico principal), así como “Punchline” (La Última Carcajada) y “Murphy’s Romance” (El Romance de Murphy), realizadas estas últimas dos por su compañía de producción Fogwood Films.
Nacida en Pasadena, California, y criada en el seno de una familia del mundo del espectáculo, Field comenzó su carrera en 1964, en la serie de televisión “Gidget”. A la postre protagonizaría “The Flying Nun” (La Novicia Voladora), en 1967. Para los 25 años, ya había protagonizado tres series de televisión. Obtuvo Premios Emmy® por su papel en la memorable miniserie “Sybil”, donde interpretó el papel que le da nombre al título, y por su actuación en “ER”. También recibió nominaciones al Emmy por su papel en “A Cooler Climate”, para Showtime, y por la miniserie “A Woman of Independent Means”, para NBC, que coprodujo y por la cual recibió una nominación al Globo de Oro®. Field coprotagonizó la serie dramática “Brothers & Sisters” del 2006 al 2011, para ABC, y por su papel como Nora Walker recibió un Premio del Screen Actors Guild® (Sindicato de Actores) y un Premio Emmy, así como dos nominaciones al Globo de Oro.
En 1996, Field hizo su debut como directora con el telefilme “The Christmas Tree”, que coescribió y que fuera protagonizado por Julie Harris, para ABC. Dirigió un episodio de la miniserie “From the Earth to the Moon”, para HBO, y en el 2000 hizo su debut cinematográfico como directora de “Beautiful”, protagonizada por Minnie Driver.
En el 2002, Field hizo su debut en Broadway en “The Goat, or Who Is Sylvia?”, original de Edward Albee, y en el 2004, recibió críticas entusiastas por su papel como Amanda en “The Glass Menagerie”, original de Tennessee Williams, en The Kennedy Center.
Más recientemente, Field interpretó a la tía May en “The Amazing Spider-Man” (El Sorprendente Hombre Araña), que se estrenó en julio de este año.
Field ha formado parte del Concejo de Directores de Vital Voices desde el 2002. Fue Maestra de Ceremonias de la gala del Premio Vital Voices Global Leadership que se llevó a cabo en The Kennedy Center, del 2002 al 2011. También formó parte del Concejo de Directores de The Sundance Institute, de 1995 al 2010.
Sally tiene tres hijos y cuatro nietos.
DAVID STRATHAIRN (William Seward) ganó la Copa Volpi en el Festival de Cine de Venecia y obtuvo nominaciones de la Academia®, el Globo de Oro®, el Screen Actors Guild®, el BAFTA y el Independent Spirit por su fascinante interpretación del legendario conductor de noticias de CBS Edward R. Murrow en el drama nominado al Oscar® “Good Night, and Good Luck” (Buenas Noches, Buena Suerte), de George Clooney. En el 2011, ganó un Emmy® a Mejor Actor Secundario por el proyecto de HBO “Temple Grandin”, y fue nominado nuevamente ese año por su interpretación de John Dos Passos en “Hemingway & Gellhorn”, para HBO.
Su nominación en el 2005 al Independent Spirit fue la cuarta en una carrera estelar que se remonta a su debut cinematográfico en 1980 en la ópera prima de John Sayles, “Return of the Secaucus 7”. Strathairn colaboró subsecuentemente con Sayles en siete películas, obteniendo el Premio Independent Spirit por su actuación secundaria en “City of Hope”, mientras recibió otras dos nominaciones adicionales por “Passion Fish” (Empezar de Nuevo) y “Limbo” (Ídem).
Strathairn continuó con una ocupada carrera cinematográfica como coprotagonista de varias películas aclamadas, incluyendo el debut como director de Tim Robbins, “Bob Roberts”; “A League of Their Own” (Un Equipo muy Especial), de Penny Marshall; “Losing Isaiah” (Perdiendo a mi Hijo); “The Firm” (Sin Salida), de Sydney Pollack; “Sneakers” (Héroes por Azar), de Phil Alden Robinson; la adaptación de Taylor Hackford de la novela de Stephen King “Dolores Claiborne” (Eclipse Total); “Home for the Holidays” (Feriados en Familia), de Jodie Foster; y dos proyectos con Curtis Hanson: “The River Wild” (El Salvaje Río) y la ganadora del Oscar® “L.A. Confidential” (Los Ángeles al Desnudo), por la que Strathairn compartió una nominación al Premio Screen Actors Guild® con su estelar reparto. Sus créditos cinematográficos adicionales incluyen “Memphis Belle” (Memphis Belle: El Triunfo Final), “A Map of the World”, “Simon Birch” (El Gran Simón), “Lost in Yonkers” (Prohibido Amar), “Missing in America” (Cicatrices de Guerra), la adaptación de Michael Hoffman de “A Midsummer Night’s Dream” (Sueño de una Noche de Verano), “Twisted” (Acechada), de Philip Kaufman, “The Bourne Ultimatum” (Bourne: El Ultimátum), dirigida por Paul Greengrass, y “The Tempest” (La Tempestad), donde actuó al lado de Helen Mirren.
Strathairn ahora puede ser visto en Broadway junto a Jessica Chastain en la obra “The Heiress”.
JOSEPH GORDON-LEVITT (Robert Lincoln) actuó en “The Dark Knight Rises” (Batman: El Caballero de la Noche Asciende), la tercera y última película de la serie de “Batman” de Christopher Nolan, que se estrenó el 20 de julio de 2012. También puede ser visto en otras dos películas que se han estrenado desde entonces: “Looper”, para la que se reunió de nueva cuenta con su director de “Brick” Rian Johnson, y el thriller de acción “Premium Rush”, dirigido por David Koepp. Recientemente, terminó su ópera prima como director de cine, “Don Jon’s Addiction”, a partir de un guión que escribió, donde actúa al lado de Scarlett Johansson y Julianne Moore.
Los créditos cinematográficos adicionales de Gordon-Levitt incluyen “50/50” (Ídem), dirigida por Jonathan Levine y también protagonizada por Seth Rogen, Anna Kendrick y Bryce Dallas Howard, por la que recibió una nominación al Globo de Oro®; el drama de acción nominado al Premio de la Academia “Inception” (El Origen), de Christopher Nolan, también protagonizado por Leonardo DiCaprio, Marion Cotillard y Ellen Page; “Hesher”, dirigido por Spencer Susser, con Natalie Portman y Rainn Wilson (Festival de Cine de Sundance, 2010); “(500) Days of Summer” (500 Días sin Ella), de Marc Webb, también protagonizada por Zooey Deschanel, por la que recibió nominaciones al Globo de Oro, al Premio Independent Spirit y al Premio People’s Choice; el éxito mundial de acción “G.I. Joe: The Rise of Cobra” (G.I. Joe), para el director Stephen Sommers; el drama de la Segunda Guerra Mundial “Miracle at St. Anna”, de Spike Lee; el controversial drama “Stop-Loss”, donde actuó junto a Ryan Phillippe bajo la dirección de Kimberly Peirce; y el drama criminal “The Lookout” (El Vigía), que representó el debut como director de Scott Frank. Además, Gordon-Levitt ha recibido vastos elogios por sus actuaciones en películas independientes tales como “Killshot”, de John Madden, con Diane Lane y Mickey Rourke; “Shadowboxer” (La Sombra del Asesino), de Lee Daniels; la premiada ópera prima de Rian Johnson “Brick”; “Mysterious Skin” para el escritor/director Gregg Araki; y “Manic”, con Don Cheadle.
A principios de su carrera, Gordon-Levitt ganó un Premio Young Artist por su primer papel importante en el drama “A River Runs Through It” (Nada es para Siempre), de Robert Redford. A la postre, sería coprotagonista en “Angels in the Outfield” (Ángeles en el Equipo), “The Juror” (La Jurado), “Halloween H20: 20 Years Later” (Halloween H20: 20 Años Después) y “10 Things I Hate About You” (10 Cosas que Odio de Ti).
Gordon-Levitt es también bien conocido por las audiencias televisivas por su papel protagónico en la premiada serie cómica “3rd Rock From the Sun”, para NBC. Durante sus seis temporadas en el programa, obtuvo dos Premios YoungStar y también compartió tres nominaciones al Premio Screen Actors Guild® a Actuación Sobresaliente de un Ensamble en una Serie Cómica. Después de la serie, Gordon-Levitt se tomó un breve descanso de la actuación para estudiar en la Universidad de Columbia.
Gordon-Levitt fundó y dirige una compañía productora de colaboración abierta llamada hitRECord.org, compuesta por una comunidad en línea de miles de artistas de todas partes del mundo. La compañía ha presentado veladas de cortometrajes y entretenimiento en vivo en los festivales de cine de Sundance y South by Southwest, ha estado de gira por algunas de las mejores universidades del país, publicado “Tiny Book of Tiny Stories” (que fue lanzada por HarperCollins en diciembre de 2011) y lanzado un DVD/libro/CD titulado “RECollection: Volume 1”, este otoño pasado.
También un prometedor escritor/director en el sentido más tradicional, Gordon-Levitt adaptó el cuento de Elmore Leonard “Sparks” en un cortometraje de 24 minutos que se exhibió en Sundance en el 2009.
Un actor con un gusto por los extremos, JAMES SPADER (W.N. Bilbo) ha forjado una carrera al explorar el lado más oscuro de la naturaleza humana. Por “sex, lies, and videotape” (sexo, mentiras y video), de Steven Soderbergh, obtuvo el codiciado Premio a Mejor Actor en el Festival de Cine de Cannes, y, trabajando al lado de Albert Brooks, Helen Mirren y Jeffrey Wright en “Critical Care”, de Sidney Lumet, Spader interpretó a un libidinoso residente de segundo año involucrado con la hipocresía y la avaricia en el corazón del sistema hospitalario. En uno de sus papeles más controversiales, Spader protagonizó “Crash” (Extraños Placeres), de David Cronenberg, donde, después de un accidente automovilístico, se despierta en su personaje una repentina mezcla de violencia y sexualidad en su vida. Adaptada de la clásica novela de culto de J.G. Ballard, “Crash” recibió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Cannes.
Spader también apareció al lado de Maggie Gyllenhaal en la aclamada película “Secretary” (La Secretaria). Dirigida por Steven Shainberg y basada en la novela “Bad Behavior”, de Mary Gaitskill, el estreno de Lions Gate Films ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Sundance.
Los créditos cinematográficos adicionales de Spader incluyen “2 Days in the Valley” (Dos Días sin Aliento), de John Herzfeld, al lado de Charlize Theron; “Stargate” (Stargate: La Puerta del Tiempo), de Roland Emmerich, con Kurt Russell; “Wolf” (Lobo), de Mike Nichols, con Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer; “White Palace” (Una Pasión Otoñal), de Luis Mandoki, junto a Susan Sarandon; “The Music of Chance”, basada en la novela de Paul Auster; la sátira política “Bob Roberts”, de Tim Robbins; y “Bad Influence”, de Curtis Hanson. Spader también coprotagonizó el filme “Shorts” (La Piedra Mágica), de Robert Rodriguez.
En la pantalla chica, Spader llamó la atención tanto de los críticos como de los telespectadores por su interpretación del abogado carente de ética Alan Shore en la perdurable serie “The Practice”, para ABC. Por el papel, obtuvo Premios Emmy® consecutivos a Actor Protagónico Sobresaliente de una Serie Dramática en el 2004 y 2005, por “The Practice” y “Boston Legal” respectivamente —algo sin precedentes en la historia del Emmy. También obtuvo un tercer premio en el 2007 por “Boston Legal”.
Recientemente, Spader fue visto de nueva cuenta en la exitosa serie cómica de televisión “The Office”, donde interpretó a Robert California, para NBC. En Broadway, en la temporada 2009-2010, el versátil Spader protagonizó la producción original de “Race”, la provocadora obra escrita y dirigida por David Mamet.
El actor nominado al Premio de la Academia® HAL HOLBROOK (Preston Blair) nació en Cleveland en 1925, pero fue criado mayormente en South Weymouth, Massachusetts. Cuando tenía 12 años, fue enviado a la Academia Militar de Culver, donde descubrió la actuación.
En el verano de 1942 obtuvo su primer compromiso profesional pagado, al haber interpretado al hijo en “The Man Who Came to Dinner”, en el Teatro Cain Park, en Cleveland. Ese otoño ingresó a la Universidad de Denison, en Ohio, donde se recibió en teatro bajo la tutela de su mentor de toda la vida Edward A. Wright.
La famosa caracterización de Holbrook de Mark Twain surgió de un proyecto de homenaje en la Universidad de Denison. Holbrook y su primera esposa, Ruby, habían montado una obra de dos personajes, interpretando personajes de Shakespeare hasta Twain. La primera interpretación individual de Holbrook como Mark Twain fue en la Facultad de Profesores de Lock Haven State, en Pensilvania, en 1954.
Ese mismo año, la fortuna llegó en forma de un trabajo estable en una telenovela matutina, “The Brighter Day”, pero al año siguiente Holbrook fue nuevamente tras el personaje de Twain, que interpretó por las noches en un centro nocturno de Greenwich Village, mientras que por las mañanas hacía la telenovela. En siete meses en el club, desarrolló sus dos horas originales de material y aprendió a perfeccionar la cadencia. Finalmente, Ed Sullivan lo vio y le dio a su Twain una cobertura nacional por televisión.
En 1959, después de cinco años de investigar a Mark Twain y pulir su material frente a incontables audiencias en pequeños pueblos de todos los Estados Unidos, abrió un pequeño teatro fuera-de-Broadway en Nueva York. El espectáculo resultó ser un éxito sorprendente.
Holbrook renunció a la telenovela y después de que su espectáculo tuvo una corrida de 22 semanas en Nueva York, se fue de gira nuevamente por el país, que lo llevó a presentarse ante el presidente Eisenhower y en el Festival Internacional de Edimburgo. El Departamento de Estado lo envió de gira a Europa, durante la cual se convirtió en la primera atracción dramática estadounidense en presentarse detrás de la Cortina de Hierro después de la Segunda Guerra Mundial.
Continuando con el teatro, Holbrook interpretó a Hotspur en “Henry IV, Part I”, en el Festival Teatral Shakespeare, en Stratford, Connecticut; y después a Lincoln en “Abe Lincoln in Illinois”, fuera-de-Broadway. En 1963 se unió a la compañía original de repertorio del Lincoln Center, en Nueva York, donde apareció en “Marco Millions”, “After the Fall”, “Incident at Vichy” y “Tartuffe”. Papeles protagónicos en Broadway le siguieron en “The Glass Menagerie”, “The Apple Tree”, “I Never Sang for My Father”, “Man of La Mancha” y “Does a Tiger Wear a Necktie?”, con un joven Al Pacino.
Mientras tanto, continuó interpretando a Mark Twain cada año y en 1966, en Broadway, por su segunda temporada en Nueva York obtuvo un Premio Tony® y un Premio del Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York, seguido en 1967 de un especial de televisión de 90 minutos titulado “Mark Twain Tonight!”, para CBS, que fue nominado para un Premio Emmy®.
En 1970, después de una docena de obras en Nueva York, fue llevado a Hollywood para protagonizar la controvertida serie de televisión “The Senator”, que obtuvo 8 Premios Emmy®. En los 42 años desde entonces, el Sr. Holbrook ha hecho aproximadamente 50 telefilmes y miniseries, ha sido nominado para 12 Premios Emmy y ganado 5 por “The Senator” (1971), “Pueblo” (1974), “Best Actor of the Year” (1974), “Lincoln” (1976), de Sandburg, y como narrador de “Portrait of America” (1989). Ha aparecido en dos comedias de situaciones: “Designing Women” y “Evening Shade” y ha aparecido como actor invitado en “West Wing”, las comedias “Becker” y “Hope & Faith”, “The Sopranos”, “NCIS”, “ER”, “Sons of Anarchy” y “The Event”.
La carrera cinematográfica de Holbrook comenzó con “The Group” en 1966. Desde entonces, los cinéfilos lo han visto en más de 40 filmes, incluyendo “Magnum Force” (Magnum 44), “Midway” (Batalla de Midway), “All the President’s Men” (Todos los Hombres del Presidente), “Capricorn One”, “The Fog” (La Niebla), “Creepshow”, “Wall Street” (El Poder y la Avaricia), “The Firm”, “Men of Honor” (Hombres de Honor), “The Majestic” (El Majestic), “Into the Wild” (Camino Salvaje), por la que recibió una nominación al Premio de la Academia®, “That Evening Sun”, “Flying Lessons” (que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara, en el 2010), “Good Day For It” (se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Sonoma, en el 2011) y “Water for Elephants” (Agua para Elefantes). Recientemente terminó de filmar “Promised Land”, a ser estrenada a finales de 2012.
A lo largo de su larga carrera, Holbrook ha continuado interpretando a Mark Twain cada año, incluyendo su tercera y cuarta temporadas en Nueva York, en 1977 y 2005; y una gira mundial en 1985, aniversario 150 del nacimiento de Mark Twain, que comenzó en Londres y terminó en Nueva Delhi. Y ha regresado constantemente a escena: en Nueva York, “Buried Inside Extra” (1983), “The Country Girl” (1984), “King Lear” (1990), “An American Daughter” (1997); en teatros regionales, “Our Town”, “Uncle Vanya”, “Merchant of Venice”, “King Lear”, “Be My Baby”, “Southern Comforts” (estas últimas dos con su esposa Dixie Carter) y una gira nacional de “Death of a Salesman”.
Holbrook recibió un Doctorado Honoris Causa en Estudios de Humanidades de la Universidad Estatal de Ohio y de la Universidad de Hartford; un Doctorado Honoris Causa en Letras Humanas de la Facultad de Ursinus; un Doctorado Honoris Causa en Letras de la Facultad Elmira; y un Doctorado Honoris Causa en Bellas Artes de Kenyon y su alma mater, la Universidad de Denison. En 1996, recibió el Premio Edwin Booth; en 1998, obtuvo el Premio William Shakespeare de la Compañía Teatral Shakespeare, Washington, D.C.; en el 2000, fue inducido en el Salón de la Fama del Teatro en Nueva York; en el 2003, recibió la Medalla Nacional de Humanidades del presidente; y en el 2010 recibió una medalla de la Academia Americana de las Artes y Letras.
En septiembre de 2011, “Harold”, el primero de dos volúmenes de las memorias de Holbrook, fue publicado. Continúa trabajando en su segundo volumen, que abarca los años desde que “Harold” terminó.
Vive en Los Ángeles y Tennessee, y con su finada esposa, la actriz y cantante Dixie Carter, tuvo cinco hijos.
Uno de los actores más aclamados y consumados de Hollywood, el ganador del Premio de la Academia® TOMMY LEE JONES (Thaddeus Stevens) le aporta a cada una de sus películas un personaje distintivo.
Jones hizo su debut cinematográfico en “Love Story” (Historia de Amor) y, en una carrera que abarca cuatro décadas, ha protagonizado filmes tales como “Eyes of Laura Mars” (Los Ojos de Laura Mars), “Coal Miner’s Daughter” —por la que recibió su primera nominación al Globo de Oro®— “Stormy Monday”, “The Package”, “JFK” (Ídem), “Under Siege” (Alerta Máxima), “The Fugitive” (El Fugitivo), “Heaven & Earth” (El Cielo y la Tierra), “The Client” (El Cliente), “Natural Born Killers” (Asesinos por Naturaleza), “Blue Sky” (Cielo Azul), “Cobb” (Ty Cobb, La Leyenda), “Batman Forever” (Batman Eternamente), “Men in Black” (Hombres de Negro), “U.S. Marshals” (Los Federales), “Double Jeopardy” (Doble Riesgo), “Rules of Engagement” (Bajo Fuego), “Space Cowboys” (Jinetes del Espacio), “Men in Black 2”, “The Hunted” (La Cacería), “The Missing” (Las Desapariciones), “The Three Burials of Melquiades Estrada” (Los Tres Entierros de Melquiades Estrada), “A Prairie Home Companion”, “In the Electric Mist”, “The Company Men” y “Captain America: The First Avenger” (Capitán América: El Primer Vengador).
Obtuvo el Oscar® a Mejor Actor Secundario por su interpretación del inflexible oficial Samuel Gerard en el éxito taquillero “The Fugitive” (El Fugitivo), en 1994. Por su actuación, también recibió un Globo de Oro® a Mejor Actor Secundario. Tres años antes, Jones había recibido su primera nominación al Oscar por su interpretación de Clay Shaw en “JFK”, de Oliver Stone.
En el 2007, Jones protagonizó la aclamada película “In the Valley of Elah” (En el Valle de las Sombras), por la que recibió una nominación al Oscar® a Mejor Actor, y ese mismo año actuó en la película ganadora del Premio de la Academia® “No Country for Old Men” (Sin Lugar para los Débiles), escrita y dirigida por Joel y Ethan Coen, basada en la novela de Cormac McCarthy.
Este año, Jones repitió su papel como el agente K en “Men in Black 3”, cuyo estreno fue en mayo, y protagonizó junto a Meryl Streep “Hope Springs, que se estrenó en agosto.
Jones terminó recientemente el rodaje de “Emperor” en locaciones de Nueva Zelanda, para el director Peter Webber. Interpreta al General Douglas MacArthur. Este año, la película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto. También filmó recientemente “Malavita” en Francia, para el director Luc Besson.
En 1995, Jones hizo su debut como director con el aclamado telefilme “The Good Old Boys”, adaptación de la novela de Elmer Kelton, para TNT. Jones también protagonizó la película con Sissy Spacek, Sam Shepard, Frances McDormand y Matt Damon. Por su interpretación de Hewey Calloway, recibió el Premio del Screen Actors Guild® y una nominación al Premio CableACE.
En el 2005, Jones protagonizó la aclamada película “The Three Burials of Melquiades Estrada” (Los Tres Entierros de Melquiades Estrada), que también dirigió y produjo. En el 2005, la película se estrenó en competencia en el Festival de Cine de Cannes y le valió a Jones el premio a Mejor Actor y al guionista Guillermo Arriaga el premio a Mejor Guión, por esta película acerca de una amistad y un asesinato a lo largo de la frontera entre Texas y México.
Jones dirigió “The Sunset Limited” para HBO. Este telefilme, que salió al aire en febrero de 2011, está basado en la obra homónima de Cormac McCarthy y fue protagonizado por Jones y Samuel L. Jackson.
La siguiente película que dirigirá será “The Homesman”, que es la historia de una mujer pionera y un irresponsable granuja que acompañan a tres mujeres dementes en una odisea de Nebraska a Iowa, desafiando obstáculos a lo largo del camino.
Jones también ha tenido éxito en la pantalla chica. En 1983 ganó un Premio Emmy a Actor Protagónico Sobresaliente en una Serie o Programa Especial por su interpretación de Gary Gilmore en “The Executioner’s Song” y, en 1989, fue nominado para un Premio Emmy y un Globo de Oro® a Actor Protagónico Sobresaliente en una Miniserie o Especial por “Lonesome Dove”.
Sus numerosos créditos en televisión abierta y de cable incluye el papel que le da nombre al título en “The Amazing Howard Hughes”, la producción de American Playhouse de “Cat on a Hot Tin Roof”, “The Rainmaker”, para HBO, la producción de HBO/BBC de “Yuri Nosenko, KGB” y “April Morning”.
En 1969 Jones hizo su debut en Broadway en “A Patriot for Me”, de John Osborne. Sus otras apariciones en Broadway incluyen “Four on a Garden”, con Carol Channing y Sid Caesar, y “Ulysses in Nighttown”, con el ya finado Zero Mostel.
Nacido en San Saba, Texas, Jones trabajó brevemente con su padre en los campos petroleros antes de haber estudiado en la Escuela St. Mark’s, de Texas, y después en la Universidad de Harvard, donde se graduó cum laude con un título en Letras Inglesas.
Acerca de los Realizadores
STEVEN SPIELBERG (Director/Productor), uno de los realizadores más exitosos e influyentes de la industria, es un socio principal en DreamWorks Studios. Fundada en el 2009, Spielberg y Stacey Snider encabezan la compañía cinematográfica en asociación con The Reliance Anil Dhirubhai Ambani Group.
Spielberg es también, de manera colectiva, el director que más dinero ha recabado en taquilla de todos los tiempos, habiendo dirigido éxitos taquilleros tales como “Jaws” (Tiburón), “E.T. The Extra-Terrestrial” (E.T. El Extraterrestre), la franquicia “Indiana Jones” y “Jurassic Park” (Parque Jurásico). Entre sus múltiples honores, ha sido ganador del Premio de la Academia® en tres ocasiones.
Spielberg se llevó sus dos primeros Oscares® a casa a Mejor Director y Mejor Película por la internacionalmente aclamada “Schindler’s List” (La Lista de Schindler), que recibió un total de siete Oscaresâ. En 1993 el filme también fue nombrado Mejor Película por muchas de las principales organizaciones de críticos, además de haber ganado siete Premios BAFTA y tres Globos de Oro, en ambas recibiendo el Premio a Mejor Película y Mejor Director. Spielberg también ganó el Premio del Directors Guild of America (DGA) (Sindicato de Directores de los Estados Unidos) por su trabajo en el filme.
Spielberg obtuvo su tercer Premio de la Academia® a Mejor Director por el drama de la Segunda Guerra Mundial “Saving Private Ryan” (Salvando al Soldado Ryan), que fue la película que más dinero recabó (en los Estados Unidos) en el 2008. También fue uno de los filmes más galardonados del año, obteniendo cuatro Oscares® adicionales, así como dos Globos de Oro, a Mejor Película-Drama y Mejor Director, y numerosos premios de grupos de críticos en las mismas categorías. Spielberg también ganó otro Premio DGA y compartió un Premio del Producers Guild of America (PGA) (Sindicato de Productores de los Estados Unidos) con los otros productores del filme. Ese mismo año, la PGA también le otorgó a Spielberg el prestigioso Premio Milestone por su histórica contribución a la industria cinematográfica.
También ha recibido nominaciones al Premio de la Academiaâ a Mejor Director por “Munich”, “E.T. The Extra-Terrestrial”, “Raiders of the Lost Ark” y “Close Encounters of the Third Kind” (Encuentros Cercanos del Tercer Tipo). Además, obtuvo nominaciones al Premio DGA por esos filmes, así como por “Jaws”, “The Color Purple” (El Color Púrpura), “Empire of the Sun” (El Imperio del Sol) y “Amistad”. Con 10 a la fecha, Spielberg ha sido honrado por sus colegas con más nominaciones al Premio DGA que cualquier otro director. En el 2000 el DGA le otorgó el Premio Lifetime Achievement. También recibió el Premio Irving G. Thalberg de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, el Premio Cecil B. DeMille, de la Prensa Extranjera de Hollywood, y un reconocimiento del Kennedy Center, así como otros numerosos tributos a su carrera.
Recientemente, Spielberg dirigió la película animada en 3D “The Adventures of Tintin” (Las Aventuras de Tintín), ganadora del Globo de Oro® a Mejor Película Animada. También dirigió “War Horse” (Caballo de Guerra), basada en la premiada novela que ha sido adaptada ante un rotundo éxito en escenarios de Londres y Nueva York, obteniendo el Premio Tony® a Mejor Drama en Broadway. “War Horse” fue nominada para seis Premios de la Academia®, incluyendo Mejor Película. En el 2011, produjo el exitazo taquillero “Super 8” (Súper 8), dirigida por J.J. Abrams, y fue productor ejecutivo de la tercera película de “Transformers”, dirigida por Michael Bay, que ha recabado más de un billón de dólares en la taquilla mundial. La siguiente película que dirigirá después de “Lincoln” es la coproducción de Fox y DreamWorks “Robopocalypse”. La producción dará inicio en marzo de 2013, a ser estrenada el 25 de abril de 2014.
La carrera de Spielberg comenzó con el cortometraje “Amblin”, en 1968, que lo llevó a convertirse en el director más joven en haber firmado un contrato a largo plazo con un estudio. Dirigió episodios de programas de televisión como “Night Gallery”, “Marcus Welby, M.D” y “Columbo”, y obtuvo especial atención por su telefilme “Duel” (Reto a Muerte), en 1971. Tres años después hizo su debut como director de cine con “The Sugarland Express”, a partir de un guión que coescribió. Su siguiente película fue “Jaws”, que fue la primera película en la historia del cine en haber recabado más de $100 millones de dólares.
En 1984, Spielberg fundó su propia compañía de producción, Amblin Entertainment. Bajo los auspicios de Amblin, fungió como productor o productor ejecutivo en éxitos tales como “Gremlins” (Ídem), “The Goonies” (Los Goonies), “Back to the Future I, II and III” (Volver al Futuro 1, 2 y 3), “Who Framed Roger Rabbit?” (¿Quién Engañó a Roger Rabbit?), “An American Tail” (Un Cuento Americano), “Twister” (Tornado), “The Mask of Zorro” (La Máscara del Zorro) y las películas de “Men in Black” (Hombres de Negro). En 1994, Spielberg se asoció con Jeffrey Katzenberg y David Geffen para fundar DreamWorks Studios. El estudio ha disfrutado tanto de éxito de la crítica como comercial, gracias en parte a tres triunfos consecutivos del Premio de la Academia® en la categoría de Mejor Película: “American Beauty” (Belleza Americana), “Gladiator” (Gladiador) y “A Beautiful Mind” (Una Mente Brillante). En su historia, DreamWorks también ha producido o coproducido una amplia variedad de largometrajes, incluyendo las taquilleras películas de “Transformers”, los dramas de la Segunda Guerra Mundial de Clint Eastwood “Flags of Our Fathers” (La Conquista del Honor) y “Letters from Iwo Jima” (Cartas desde Iwo Jima), esta última obteniendo una nominación al Oscar® a Mejor Película, “Meet the Parents” (La Familia de mi Novia) y “Meet the Fockers” (Los Fockers) y “The Ring” (El Aro), por mencionar unas cuantas. Bajo los auspicios de DreamWorks, Spielberg también ha dirigido películas tales como “War of the Worlds” (La Guerra de los Mundos), “Minority Report” (Sentencia Previa), “Catch Me If You Can” (Atrápame si Puedes) y “A.I. Artificial Intelligence” (Inteligencia Artificial).
Spielberg no sólo ha limitado su éxito a la pantalla grande. Fue productor ejecutivo del perdurable drama ganador del Emmy® “ER”, producido por su compañía Amblin Entertainment y por Warner Bros. Television, para NBC. En el 2001, inmediatamente después de su experiencia en “Saving Private Ryan”, él y Tom Hanks hicieron mancuerna para fungir como productores ejecutivos de la miniserie “Band of Brothers”, para HBO, basada en el libro de Stephen Ambrose, acerca de una unidad del ejército de los Estados Unidos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Entre sus múltiples galardones, el proyecto ganó tanto el Emmy® como el Globo de Oro a Miniserie Sobresaliente. En el 2010, él y Hanks se reunieron para fungir como productores ejecutivos de la aclamada miniserie “The Pacific”, para HBO. En esta ocasión la serie se centró en los marinos que participaron en la lucha contra Japón en la Segunda Guerra Mundial. “The Pacific” ganó ocho Premios Emmy, incluyendo Miniserie Sobresaliente.
Entre los programas que Spielberg también fungió como productor ejecutivo están la miniserie ganadora del Emmy® “Taken” para SciFi Channel, la miniserie “Into the West” para TNT y la serie “The United States of Tara” para Showtime. En la actualidad, es productor ejecutivo de “Falling Skies” para TNT y “Smash” para NBC.
Además de su trabajo como realizador, Spielberg también ha dedicado su tiempo y recursos para muchas causas filantrópicas. El impacto de su trabajo en “Schindler’s List” lo llevó a establecer la Fundación Righteous Persons con todas las ganancias de su película. También fundó la Fundación Survivors of the Shoah Visual History (Historia Visual de los Sobrevivientes de Shoah), que, en el 2005, se convirtió en la USC Shoah Foundation Institute for Visual History and Education. (Instituto USC de la Fundación Shoah para la Historia Visual y la Educación). Además, Spielberg es Presidente Emérito de la Fundación Starlight Children.
La nominada en siete ocasiones al Premio de la Academia® KATHLEEN KENNEDY (Productora) es una de las productoras y ejecutivas más exitosas y respetadas de la industria cinematográfica en la actualidad. Se unió a Lucasfilm Ltd. a mediados del 2012 y en la actualidad funge como copresidente de la compañía junto con George Lucas. Como testimonio de su posición en la comunidad fílmica, también tiene el puesto de vicepresidente de la Academy of Motion Pictures Arts and Sciences (AMPAS) (Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas), además de formar parte de su Junta de Gobierno. Entre sus créditos se encuentran tres de las películas que más dinero han recabado en la historia del cine: “E.T. The Extra Terrestrial”, “Jurassic Park” y “The Sixth Sense” (El Sexto Sentido).
Antes de haberse unido a Lucasfilm, Kennedy encabezó The Kennedy/Marshall Company, que fundó en 1992, junto con el director/productor Frank Marshall. Entre los proyectos recientes de Kennedy/Marshall se encuentran la película animada “The Adventures of Tintin”, basada en el icónico personaje creado por el artista belga Georges Remi; “War Horse”, basada en el libro de Michael Morpurgo; y “Hereafter” (Más allá de la Vida), una mirada sombría a la vida y la muerte y lo que hay más allá, protagonizada por Matt Damon y dirigida por Clint Eastwood. Kennedy también fue productora ejecutiva (con George Lucas) de la muy esperada cuarta parte de la serie de Indiana Jones, “Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull” (Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal), dirigida por Steven Spielberg y producida por Frank Marshall.
Bajo los auspicios de Kennedy/Marshall, Kennedy ha producido películas tales como “The Curious Case of Benjamin Button” (El Curioso Caso de Benjamin Button) (ganadora de tres Premios de la Academia® y 10 nominaciones adicionales), “The Sixth Sense” (seis nominaciones al Premio de la Academia, incluyendo Mejor Película), “Seabiscuit” (Alma de Héroes) (siete nominaciones al Premio de la Academia, incluyendo Mejor Película) y “Snow Falling on Cedars” (El Acusado). Kennedy también produjo éxitos independientes tales como “Persepolis” (nominada al Oscar® a Mejor Película Animada) y “The Diving Bell and the Butterfly” (El Llanto de la Mariposa) (ganadora del Globo de Oro® a Mejor Película Extranjera y Mejor Director).
Kennedy lanzó su carrera como productora a través de una exitosa asociación con Steven Spielberg, que comenzó cuando fungió como su asistente de producción en “1941” (Ídem). A la postre se convertiría en socia de “Raiders of the Lost Ark”, productora asociada de “Poltergeist” (Juegos Diabólicos) y productora de “E.T. The Extra-Terrestrial”. Mientras que “E.T.” se convertía en un fenómeno internacional, Spielberg, Kennedy y Marshall ya estaban en la producción de “Indiana Jones and the Temple of Doom” (Indiana Jones y el Templo de la Perdición), que ella y Marshall produjeron con Lucas.
En 1982, Kennedy cofundó Amblin Entertainment con Spielberg y Marshall. Durante su estancia en Amblin, produjo y guió dos de las franquicias más exitosas en la historia del cine: la serie de “Jurassic Park” y la trilogía de “Back To The Future” (Volver al Futuro). Además, Kennedy fungió como productora o productora ejecutiva en una serie de éxitos entre la crítica y en taquilla, incluyendo “Twister” (Tornado), “Balto” (Ídem), “The Bridges of Madison County” (Los Puentes de Madison), “The Flintstones” (Los Picapiedra), “Schindler’s List”, “We’re Back!”, “A Dinosaur’s Story”, “Noises Off”, “Hook” (Hook, el Regreso del Capitán Garfio), “An American Tail: Fievel Goes West” (Un Cuento Americano 2: Fievel va al Oeste), “Cape Fear” (Cabo de Miedo), “Gremlins 2: The New Batch” (Gremlins 2: La Nueva Generación), “Joe Versus the Volcano”, “Always” (Siempre), “Gremlins”, “The Land Before Time” (Pie Pequeño en Busca del Valle Encantado), “Who Framed Roger Rabbit”, “*batteries not included” (Milagro en la Calle 8), “Empire of the Sun”, “Innerspace” (Viaje Insólito), “An American Tail”, “The Money Pit” (Hogar Dulce Hogar), “The Color Purple”, “Young Sherlock Holmes” (El Joven Sherlock Holmes y la Pirámide del Miedo), “The Goonies”, y el debut como director de Frank Marshall, “Arachnophobia” (Aracnofobia). Otras colaboraciones con Spielberg incluyen “Munich”, “War of the Worlds” y “A.I. Artificial Intelligence”.
Kennedy terminó recientemente su mandato como presidente del Producers Guild of America, que en el 2006 le confirió su más alto reconocimiento, el Premio Charles Fitzsimmons Service. En el 2008, el Producers Guild of America le otorgó a ella y a Marshall el Premio David O. Selznick a los Logros en su Carrera.
Criada en los pequeños pueblos de Weaverville y Redding, al norte de California, Kennedy se graduó de la Universidad Estatal de San Diego con un título en telecomunicaciones y cine. Mientras todavía estudiaba, comenzó a trabajar en la estación de televisión de San Diego, California. Después de trabajos como operadora de cámara, editora de video, directora de piso y coordinadora de producción noticiera, Kennedy produjo el programa “You’re On”, de la estación. Después se mudó a Los Ángeles y trabajó con el director John Milius, antes de haber comenzado su asociación con Spielberg.
Las obras de TONY KUSHNER (Guión de) incluyen “A Bright Room Called Day”; “Angels in America, Parts One and Two”; “Slavs!”; “Homebody/Kabul”; “Caroline, or Change”, un musical con la compositora Jeanine Tesori; y “The Intelligent Homosexual’s Guide to Capitalism and Socialism with a Key to the Scriptures”.
Kushner escribió el libreto para la ópera “A Blizzard on Marblehead Neck”, también con Tesori. Ha adaptado y traducido “The Illusion”, de Pierre Corneille; “The Dybbuk”, de S.Y. Ansky; “The Good Person of Szechwan” y “Mother Courage and Her Children”, de Bertolt Brecht; y el libreto en lengua inglesa para la ópera “Brundibár”, de Hans Krasa.
Escribió los guiones para las películas “Angels in America”, de Mike Nichols, y para “Munich”, de Steven Spielberg. Sus libros incluyen “Brundibar”, con ilustraciones de Maurice Sendak; “The Art of Maurice Sendak, 1980 to the Present”; y “Wrestling with Zion: Progressive Jewish-American Responses to the Israeli-Palestinian Conflict”, coeditado con Alisa Solomon.
Kushner ha recibido el Premio Pulitzer, dos Premios Tony®, tres Premios Obie, dos Premios Evening Standard, un Premio Olivier, un Emmy® y una nominación al Oscar®, entre otras condecoraciones. En el 2008 fue el primero en recibir el Premio Steinberg Distinguished Playwright (Dramaturgo Distinguido). Vive en Manhattan con su marido, Mark Harris.
DANIEL LUPI (Productor Ejecutivo) produjo más recientemente “The Master”, dirigida por Paul Thomas Anderson y protagonizada por Philip Seymour Hoffman y Joaquin Phoenix. Lupi también produjo otras dos películas dirigidas por Paul Thomas Anderson: “There Will Be Blood” (Petróleo Sangriento) y “Punch-Drunk Love” (Embriagado de Amor).
Fue productor ejecutivo de “Little Fockers” (Los Pequeños Focker), de Paul Weitz, “Downsizing”, de Alexander Payne, “Land of the Lost” (La Tierra Perdida), de Brad Silberling, “Lions for Lambs” (Leones por Corderos), de Robert Redford, “Get Rich or Die Tryin’” (Rico o Muerto), de Jim Sheridan, “Kicking & Screaming” (Gritando y Pataleando), de Jesse Dylan, y “50 First Dates” (Como si Fuera la Primera Vez), de Peter Segal.
JEFF SKOLL (Productor Ejecutivo) es un filántropo y empresario social. Como fundador y presidente de la Fundación Skoll, Participant Media y de la Fundación Skoll Global Threats, le está dando vida a su visión de un mundo sustentable de paz y prosperidad.
Skoll fundó Participant Media en el 2004, con la creencia que una historia bien contada tiene el poder para inspirar y provocar el cambio social. Los filmes de Participant están acompañados por una acción social y campañas de apoyo para comprometer a la gente en las cuestiones que se abordan en los filmes.
Skoll ha fungido como productor ejecutivo de más de 33 películas hasta la fecha, que colectivamente han recibido un total de cinco Premios de la Academia® y 22 nominaciones. Las películas de Participant incluyen, entre otras, “Good Night, and Good Luck”, “North Country” (Tierra Fría), “Syriana” (Ídem), “An Inconvenient Truth” (La Verdad Incómoda), “The Kite Runner” (Cometas en el Cielo), “Charlie Wilson’s War” (Juego de Poder), “The Visitor”, “The Cove” (Operación Delfín), “Countdown to Zero”, “Waiting for Superman” (Esperando por Superman), “Food, Inc.” (Comida, S.A.), “The Help” (Historias Cruzadas), “Contagion” (Contagio), “The Best Exotic Marigold Hotel” (El Exótico Hotel Marigold) y “Promised Land”.
En el 2009, Participant lanzó su centro digital, TakePart.com, un Cadena de Acción Social™ en línea, que involucra a gente en cuestiones importantes para forjar sus vidas. En el 2012 TakePart lanzó una revista digital en MSN y una cadena en YouTube.
JONATHAN KING (Productor Ejecutivo) es jefe de producción de la división de cine de ficción de Participant Media. La producción de Participant es impulsada por la idea de que una historia interesante bien contada puede provocar un cambio positivo en el mundo actual. Algunos estrenos recientes de Participant incluyen “The Help”, “Contagion”, “The Best Exotic Marigold Hotel” y “No”, del director chileno Pablo Larraín, que ganó el Premio Art Cinema este año en el Festival de Cine de Cannes.
Antes de haber formado parte de Participant, King trabajó tanto como productor y ejecutivo para compañías como Focus Features, Laurence Mark Productions y Miramax Films. Algunas de las películas en las que ha trabajado incluyen “Dreamgirls” (Soñadoras), “The Lookout” (El Vigía), “Finding Forrester” (Descubriendo a Forrester), “Studio 54” (Ídem), “Guinevere” y “Judas Kiss” (El Beso de Judas). Comenzó su carrera cinematográfica en la oficina de MGM/UA en Nueva York, revisando libros, obras de teatro y películas independientes.
En la actualidad, King es miembro del concejo de asesores de Outfest Legacy Project, una asociación entablada con el Archivo de Cine y Televisión de la UCLA que restaura y conserva importantes trabajos de cine gay. También es miembro del Concejo de Asesores del Decano de la Escuela de Cine de la Universidad Estatal de Florida y del concejo de directores del John Alexander Project, una nueva organización altruista dedicada al desarrollo y apoyo del periodismo investigativo innovador.
JANUSZ KAMINSKI (Director de Fotografía) ha creado algunas de las imágenes más perdurables y memorables en la historia del cine.
Oriundo de Polonia, Kaminski ha disfrutado de una larga e ilustre colaboración con Steven Spielberg, primero con la película realizada para la televisión “Class of ’61” (1993), en la que Spielberg fue productor ejecutivo. Juntos irían a combinar sus talentos en “Schindler’s List” (por la que Kaminski ganó su primer Premio de la Academia® a Mejor Fotografía), “The Lost World: Jurassic Park”, “Amistad” (nominación al Oscar®), “Saving Private Ryan” (por la que recibió su segundo Premio de la Academia), “A.I. Artificial Intelligence”, “Minority Report”, “Catch Me If You Can”, “The Terminal”, “War of the Worlds”, “Munich”, “Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull” y “War Horse”.
Entre los otros créditos de Kaminski como director de fotografía se encuentran “How Do You Know” (Cómo saber si es Amor), “Funny People” (Siempre hay Tiempo para Reír), “The Diving Bell and the Butterfly” (nominación al Oscar®), “Jumbo Girl”, “Jerry Maguire” (Jerry Maguire: Amor y Desafío), “Tall Tale” (Relato de un Valiente: Una Aventura Increíble), “How to Make an American Quilt” (Recuerdo de Amores Pasados), “Little Giants” (Los Pequeños Gigantes), “The Adventures of Huck Finn” (Las Aventuras de Huck Finn) y “Killer Instinct”, entre muchas otras.
Los créditos de Kaminski como director incluyen “Lost Souls” (Almas Perdidas) y “Hania” (en la que también fungió como director de fotografía). También está dirigiendo y fotografiando “American Dream”.
RICK CARTER (Diseñador de Producción) ganó un Premio de la Academia® y un Premio BAFTA en el 2010 por su místico diseño de producción del mega-éxito “Avatar” (Ídem), de James Cameron. También fue reconocido por sus colegas con un Premio del Art Directors Guild (Sindicato de Directores de Arte) a la Excelencia en el Diseño de Producción en una Película de Fantasía. Carter recibió su primera nominación al Oscar® por su trabajo en “Forrest Gump” (Ídem), de Robert Zemeckis.
Carter creó más recientemente el diseño de producción de “War Horse”, de Steven Spielberg. También ha colaborado con Spielberg en películas tan diversas como “Munich”, “War of the Worlds”, “A.I. Artificial Intelligence”, “Amistad” y los exitazos taquilleros “Jurassic Park” y su secuela “The Lost World: Jurassic Park”.
En el 2011 también fue el diseñador de producción de la épica fantástica “Sucker Punch” (Sucker Punch: Mundo Surreal), de Zack Snyder.
Carter ha sido diseñador de producción de Zemeckis en las películas “The Polar Express” (El Expreso Polar), “Cast Away” (Náufrago), “What Lies Beneath” (Revelaciones), “Death Becomes Her” (La Muerte le Sienta Bien) y “Back to the Future Part II” y “Part III”.
A principios de su carrera, Carter diseñó para la serie de televisión “Amazing Stories”, que fue producida por Amblin Entertainment, compañía de Spielberg. Su trabajo en el programa lo reunió con notables directores, tales como Martin Scorsese y Clint Eastwood, entre otros.
MICHAEL KAHN, A.C.E. (Editor) es uno de los editores más aclamados de todos los tiempos. Ganó Premios de la Academia® por su edición en “Raiders of the Lost Ark”, “Schindler’s List” y “Saving Private Ryan”, dirigidas todas por Steven Spielberg. Con siete nominaciones al Oscar®, es el editor más condecorado en la historia del cine. Además, ha ganado dos Premios BAFTA y ha sido nominado para otros cuatro. El año pasado, Kahn editó la película animada “The Adventures of Tintin” y el drama de acción en vivo nominado al Premio de la Academia® “War Horse”, ambas de Spielberg.
Durante sus más de cuatro décadas de ilustre trabajo, Kahn se ha distinguido por ser el editor de películas que ahora ya son clásicos, incluyendo “Close Encounters of the Third Kind”, “The Color Purple”, “Empire of the Sun”, “Always”, “Ice Castles” (Castillos de Hielo), “Raiders of the Lost Ark”, “Indiana Jones and the Temple of Doom”, “Indiana Jones and the Last Crusade” y “Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull”.
Además, Kahn editó “Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides” (Piratas del Caribe: Navegando Aguas Misteriosas), “Prince of Persia: The Sands of Time” (El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo), “Munich”, “The Terminal”, “War of the Worlds”, “Catch Me If You Can”, “Alive” (¡Viven!), “Arachnophobia”, “Fatal Attraction” (Atracción Fatal), “The Goonies”, “Poltergeist”, “1941”, “Eyes of Laura Mars” y “The Return of a Man Called Horse” (El Regreso de un Hombre Llamado Caballo).
Para la televisión, Kahn editó la película “Eleanor and Franklin”. Comenzó su carrera editando la popular serie de televisión “Hogan’s Heroes”.
BEN MORRIS (Supervisor de Efectos Visuales) comenzó su carrera diseñando sistemas de control de interpretación para proyectos tales como “Babe” (Babe, El Puerquito Valiente), de George Miller’, y supervisó la creación de gente por medio de gráficas por computadora para “Gladiator” (Gladiador), de Ridley Scott. Se unió a Framestore en el 2000 como parte de un equipo de efectos visuales en “Dinotopia” (Ídem), donde integró el movimiento de cámara con grúa y la cámara de control de movimiento con sistemas de animación de personajes por computadora. Por este trabajo, cuyo software se generó en la compañía, ganó Premios Emmy® y VES (Sociedad de Efectos Visuales).
La secuencia del cuarto con ardillas en “Charlie and the Chocolate Factory” (Charlie y la Fábrica de Chocolate), de Tim Burton, le dio la oportunidad de desarrollar más la estructura y proceso de personajes. Morris encabezó el equipo que creó los personajes principales generados por computadora de Lorek, Ragnar y una gran cantidad de osos blindados en “The Golden Compass” (La Brújula Dorada), de Chris Weitz, por la que ganó el Premio de la Academia® y el BAFTA a Mejor Efectos Visuales.
En “Prince of Persia: The Sands of Time”, de Mike Newell, creó las víboras y ambientes por medio de gráficas por computadora para el culminante enfrentamiento de la película en la Habitación de Arena.
Morris trabajó recientemente en la película de la Primera Guerra Mundial “War Horse”, de Steven Spielberg, por la que recibió una nominación al BAFTA.
JOANNA JOHNSTON (Diseñadora de Vestuario) trabajó por primera vez con Steven Spielberg mientras asistía al diseñador de vestuario ganador del Premio de la Academia® Anthony Powell en “Indiana Jones and the Temple of Doom”. También asistió a Powell en películas tales como “Evil Under the Sun” (Enigma Bajo el Sol) y “Tess” (El Sacrificio de Tess), de Roman Polanski.
Como asistente de diseñadora, trabajó con Milena Canonero en “Out of Africa” (Fuera de África) (por la que Canonero fue nominada para el Oscar®). También asistió a Tom Rand por su trabajo nominado al Oscar en “The French Lieutenant’s Woman” (La Amante del Teniente Francés) y en “The Shooting Party”.
Como diseñadora de vestuario, Johnston ha disfrutado de una prolongada asociación con Steven Spielberg, trabajando en películas tales como “Saving Private Ryan”, “Munich”, “Indiana Jones and the Last Crusade”, “War of the Worlds” y “War Horse”,
También ha colaborado frecuentemente con el director Robert Zemeckis en varias películas, incluyendo “Who Framed Roger Rabbit”, “Back to the Future Part II”, “Back to the Future Part III”, “Death Becomes Her”, “Contact” (Contacto), “Cast Away”, “The Polar Express” y la ganadora del Premio de la Academia® “Forrest Gump”.
Otros largometrajes incluyen “The Sixth Sense” (El Sexto Sentido) y “Unbreakable” (El Protegido), ambas de M. Night Shyamalan; “About A Boy” (Un Gran Chico), de Paul y Chris Weitz, por la que recibió una nominación del Costume Designers Guild (Sindicato de Diseñadores de Vestuario); y “Love Actually” (Realmente Amor) y “The Boat That Rocked” (Los Piratas del Rock), ambas de Richard Curtis.
Johnston también ha trabajado con Bryan Singer en “Valkyrie” (Operación Valquiria) y más recientemente en “Jack the Giant Killer”.
En una carrera que abarca seis décadas, JOHN WILLIAMS (Compositor) se ha convertido en uno de los compositores de música para cine y para conciertos más consumados y exitosos de los Estados Unidos, y sigue siendo una de las voces musicales más distinguidas e influyentes de nuestra nación.
Ha compuesto la música y fungido como director musical para más de 100 películas, incluyendo los seis filmes de “Star Wars” (La Guerra de las Galaxias), las primeras tres películas de “Harry Potter”, “Superman”, “JFK”, “Born on the Fourth of July” (Nacido el Cuatro de Julio), “Memoirs of a Geisha” (Memorias de una Geisha), “Far and Away” (Un Horizonte Lejano), “The Accidental Tourist” (Un Tropiezo Llamado Amor) y “Home Alone” (Mi Pobre Angelito).
La asociación de 40 años de contribución artística de Williams con el director Steven Spielberg ha generado muchas de las películas más aclamadas y exitosas de Hollywood, incluyendo “Schindler’s List”, “E.T. The Extra-Terrestrial”, “Jaws”, “Jurassic Park”, “Close Encounters of the Third Kind”, las películas de “Indiana Jones”, “Munich”, “Saving Private Ryan”, “The Adventures of Tintin” y “War Horse”.
Sus contribuciones en televisión incluyen bandas sonoras para más de 200 telefilmes, para las innovadoras —y primeras— series de antología “Alcoa Theatre”, “Kraft Mystery Theater”, “Chrysler Theatre” y “Playhouse 90”, así como temas para “NBC Nightly News” (“The Mission”), “NBC’s Meet the Press” y el escaparate para las artes “Great Performances”, para PBS. También compuso los temas para los Juegos Olímpicos de Verano de 1984, 1988 y 1996, así como para los Juegos Olímpicos de Invierno del 2002. Ha recibido cinco Premios de la Academia® y 47 nominaciones al Oscar®, haciéndolo la persona viviente que más nominaciones ha recibido y la segunda persona más nominada en la historia de los Oscares. Ha recibido siete Premios de la Academia Británica (BAFTA), 21 Premios Grammy®, cuatro Globos de Oro, cinco Premios Emmy® y numerosos discos de oro y de platino. En el 2003 recibió la Orden Olímpica (el más importante galardón de la IOC) por sus contribuciones al movimiento olímpico. Recibió el prestigioso Kennedy Center Honor en diciembre de 2004, y obtuvo la Medalla Nacional de las Artes en el 2009, el reconocimiento más prestigioso otorgado a artistas por el gobierno de los Estados Unidos.
En enero de 1980, Williams fue nombrado el 19° director musical de la Orquesta Pops de Boston, reemplazando al legendario Arthur Fiedler. En la actualidad tiene un título de Conductor Laureado de Boston Pops, que le adjudicaron después de su retiro en diciembre de 1993, tras 14 temporadas sumamente exitosas. También tiene el título Artista-en-Residencia en Tanglewood. El Sr. Williams ha compuesto numerosas piezas para concierto, entre ellas dos sinfonías, y conciertos comisionados por varias de las principales orquestas del mundo, incluyendo un concierto para violonchelo de la Orquesta Sinfónica de Boston, un concierto para fagot para la Filarmónica de Nueva York, un concierto para trompeta para la Orquesta de Cleveland y un concierto para corno para la Orquesta Sinfónica de Chicago.
En el 2009, Williams compuso e hizo los arreglos de “Air and Simple Gifts” especialmente para la ceremonia inaugural del presidente Barack Obama, y en septiembre de 2009 la Sinfonía de Boston estrenó un nuevo concierto para arpa y orquesta titulado “On Willows and Birches”, de su autoría.
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