Fecha de estreno: 30 de agosto 2013
La agente especial del FBI Sarah Ashburn (Sandra Bullock) —la Federal— y la policía de Boston Shannon Mullins (Melissa McCarthy) —la Fuzz— no podrían ser más incompatibles. Pero cuando unen fuerzas para acabar con un despiadado zar de las drogas, se convierten en la última cosa que todos hubieran esperado: amigas.
Del cineasta ganador del Premio DGA y nominado al Premio Emmy® Paul Feig, director de Bridesmaids (taquilla mundial: casi $300 millones de dólares), CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS le echa un vistazo a la inusual pareja dispareja conformada por dos agentes del orden público quienes, ante su perpetuo shock, poco a poco comienzan a entrar en sintonía. Protagonizada por la ganadora del Oscar® Sandra Bullock, cuyas películas han recabado $2.9 billones de dólares en el mundo, y la nominada al Premio de la Academia® Melissa McCarthy, quien ha tenido dos exitosas comedias consecutivas —Bridesmaids y Identity Thief— en el mismo número de años, CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS tiene un humor vulgar, pero genuinos riesgos emocionales.
“ACABO DE PASAR LOS ÚLTIMOS 30 MINUTOS PENSANDO EN MANERAS DE MATARTE”
Cuando conocemos a Sarah Ashburn, está a la espera de un ascenso, pero sale apresuradamente de su hogar en la ciudad de Nueva York hacia Boston, para ayudar a resolver el misterio detrás de varios asesinatos. Pero se interpone en su camino Shannon Mullins, una dominante policía de Boston, quien no está nada contenta de que el FBI —especialmente la arrogante Ashburn— esté metida en su terreno. Ashburn está determinada a quitarle el caso de las manos a Mullins, pero la desaliñada, malhablada y agresiva policía es un formidable adversario. Al poco tiempo, descubrirán que tienen más en común de lo que jamás hubieran podido imaginar, incluyendo su estatus de inadaptadas y sus habilidades que, aunque opuestas, se complementan muy bien para lo que se necesita.
La dinámica Ashburn-Mullins es similar a ese eterno problema de física que habla de cuando una fuerza irresistible se topa con un objeto inmóvil. Solo que, aquí, es difícil decir cuál es cuál. Ashburn es ambiciosa, talentosa, inteligente y posee poderes tipo Sherlock Holmes de deducción e intuición. Siempre es la más inteligente en la sala, y no le da pena hacérselo saber a todos los demás. La socialmente torpe Ashburn no tiene familia, media naranja o, incluso, amigos. Su único acompañante es un gato…que le pertenece a su vecino.
“La efectividad de Ashburn como agente del FBI proviene de su meticulosidad, terquedad y rigor”, comenta Bullock. “Pero es completamente inepta cuando se trata de cualquier tipo de interacción social. Está haciendo un esfuerzo descomunal por compensar esa debilidad en particular, que se vuelve insufriblemente arrogante en el trabajo. Ashburn es respetada, pero a nadie le agrada, porque no sabe trabajar en equipo. Cada vez que abre su boca, a la gente le da pena ajena”.
Si es necesario que a Ashburn le bajen un poco los humos, Mullins no podría estar más contenta de conceder el favor.
Mullins, comenta Melissa McCarthy, es “todo tipos de ladridos, pero sin que muerda —aunque en realidad sí podría morder gente”. Mullins creció en las calles de Boston, por lo que va al grano y no se anda por las ramas al momento de lidiar con el crimen y sus perpetradores. Ella es el “yang”, mientras que Ashburn es el “yin”.
A Ashburn le gusta meterse en la cabeza de la gente; Mullins prefiere reventárselas.
No es de sorprender, indica el director Paul Feig, que la dinámica entre Ashburn y Mullins es al principio de naturaleza antagonista, porque “Ashburn quiere probarse a sí misma para resolver un gran caso, pero Mullins no quiere que Ashburn esté ocupando su territorio. Mullins no se echará para atrás. De hecho, está acostumbrada a que la gente se eche para atrás de ella”.
De tal manera, Ashburn está atorada con Mullins, pero la Agente Especial del FBI se percata eventualmente que la astucia callejera de su nueva compañera puede ser un beneficio en la persecución de su presa criminal. “Al aprender de Mullins cómo ser más instintiva, menos cerebral y estar siempre alerta y pendiente de lo que pueda suceder, Ashburn sale de su cascarón, expande su manera de pensar y se convierte en una mejor agente”, comenta Feig.
Al mismo tiempo, Mullins aprende de Ashburn cómo implementar un poco de autocontrol, y de tomar un respiro antes de darle una buena paliza a alguien.
Después, algo totalmente inesperado sucede. “Bromeamos acerca de esto, pero CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS es como un tipo de historia de amor”, comenta McCarthy. “Mullins y Ashburn tienen muchas diferencias, las superan y después, de hecho, comienzan a disfrutar trabajar juntas. Eso le aporta corazón a la comedia. Nadie quiere ver a dos bobas hacer las cosas de manera deficiente. Pero Ashburn y Mullins, juntas, son mejor que la suma de sus habilidades individuales, así que eso hace que termines por apoyarlas”.
Su creciente amistad se origina en parte gracias a su estatus de inadaptadas, pero Feig señala que proviene principalmente de ser muy buenas en lo que hacen. “Me gusta mucho trabajar con este tipo de personajes, que son mujeres fuertes que están intentando encontrar su lugar en el mundo. Ashburn y Mullins se comienzan a llevar bien porque las dos son muy buenas en su trabajo, pero ambas han sacrificado mucho por sus carreras, y nunca se comprometerán”.
“La primera vez que Sandy y yo hablamos por teléfono dijimos, ‘es muy divertido, pero sin importar cuán imperfectos y socialmente ineptos sean nuestros personajes, estas dos mujeres deben de mantenerse siempre auténticas’”, comenta McCarthy, al explicar la manera en como abordó la película. “Son oficiales de policía. Y dada esa circunstancia, si podemos llevar la comedia tan lejos como se pueda, es muy factible que funcione. No teníamos interés alguno en hacer una película acerca de dos policías chifladas que son malas en sus trabajos y que pelean por un lápiz labial en el coche”, dice entre risas. “Interpretamos a una auténtica agente federal y a una policía verdadera, que no se caen bien. Ya se ha hecho antes, pero creo que cada vez que lo puedas hacer y te mantengas dentro de los límites de la realidad, la gente reaccionará de manera positiva ante ello”.
Sin importar cuán divertidos y descabellados sean los personajes y las situaciones, Feig insistió en que se sintieran auténticos.
“Si alguien va a ser un policía o un brillante agente del FBI que se encarga de las misiones más difíciles, entonces van a ser las mejores. Quizás y tengan defectos y miedos, pero en el fondo deben de tener algo especial en su interior para que este trabajo las atraiga. Mullins y Ashburn tienen esa virtud”.
“Mullins y Ashburn son tremendamente diferentes, pero lo que las une es que se toman el trabajo de una manera muy seria”, concuerda McCarthy. “Sus personalidades quizás y hayan disminuido el progreso en sus carreras, pero sus habilidades hablan por sí solas. El respeto mutuo que se tienen se desarrolla hasta convertirse en amistad”.
“Entrené y fui a un campo de tiro con un oficial de policía de Boston”, comenta McCarthy, al discutir hasta dónde tuvo que ir para poder asegurarse que su personaje fuera creíble y auténtico. “En realidad no se trataba de aprender a disparar, porque no iba a disparar un arma; se trataba más de cómo manejarla. Quería asegurarme que me viera como una mujer policía segura de sí misma, que maneja una pistola todos los días de su vida y lo ha hecho durante casi 15 años. Sandy ya tenía mucha experiencia al respecto y desde el inicio era muy buena. Tiene que volverse una segunda naturaleza ser convincente. Todo tiene que ver con la memoria muscular, así que donde tengas tu dedo, cómo estés sujetando el arma y hacia dónde te dirijas debe de convertirse en algo instintivo”.
“Los agentes del orden público tienen un instinto para manejar armas porque han entrenado mucho y le tienen un gran respeto a las armas de fuego”, comenta Bullock.
“Eso no lo obtienes de manera instantánea sólo porque alguien pone un arma en tu mano en el set. Todos tienen un estilo distinto y existen diferentes tipo de armas. Lo maravilloso de esto es que todos fuimos muy respetuosos con las armas de fuego en el set. Nunca tomamos un arma hasta que nos mostraron que el cañón estaba vacío. Vimos todas y cada una de las balas para asegurarnos absolutamente de que así fuera. Creo que hay ocasiones en las que te puedes relajar en el set y pensar: ‘oh, esto está muy bien, estamos haciendo una película’. Es un arma de fuego. Es un arma y debes respetarla y entender cómo funciona. Yo creo que nadie debería de tomar un arma en un set, a menos que tengan un entendimiento de cuán peligrosa es esta cosa y haberla disparado en una situación controlada. Todos necesitan saber del daño que es capaz de infligir. Le tuvimos un sumo respeto a las pistolas que nos dieron como herramientas para la película”. ¿Alguna de las actrices consideró en algún momento emprender una carrera en la policía o en el FBI? “No tengo el don para ser policía”, comenta Bullock. “Me parece que para ser policía, bombero o trabajar en una profesión donde tengas que responder de inmediato se necesita de un ser humano increíble. Es un don. Yo sería la primera en responder a algo de ser necesario, pero no creo tener los instintos que se necesitan para hacer una carrera”.
“Es una vocación; tengo a muchos oficiales de la policía en mi familia en Chicago, así que sé lo que se necesita”, comenta McCarthy. “Al hacer la película estaba muy consciente de intentar hacer todo bien y parecer auténtica, para que no me llamaran para decirme, ‘¿qué estás haciendo?’. También tengo un respeto inmenso por cualquiera que ha elegido esa profesión: estar en el servicio y proteger a la gente”.
ARMANDO A LAS ‘CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS’
CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS es el primer guión cinematográfico que le producen a Katie Dippold, quien ha escrito para programas de televisión tales como Parks and Recreation y MadTV. La película nació del amor que Dippold le tiene a las películas de policías que, siendo tan diferentes, terminan por convertirse en amigos. Tiene muchas favoritas, pero destaca la comedia de acción Running Scared (1986), protagonizada por Billy Crystal y Gregory Hines, como unos ocurrentes policías de Chicago. “Siempre he disfrutado ese tipo de películas”, comenta Dippold, quien firmó recientemente un contrato para escribir otra comedia para el director Paul Feig.
“Parecía que los personajes y los actores se estaban divirtiendo mucho”.
El amor de Dippold por este tipo de películas sirvió de base para un guión que a final de cuentas trascendió el género, con un humor y corazón descabellados. Feig respondió con entusiasmo al guión, al afirmar que “fue uno de los más divertidos que he leído en mi vida”.
“Pone al género de cabeza al agregarle algunos senos”, bromea Bullock. “La gente va a quedar sorprendida de lo que pueden hacer mujeres con senos”.
Cuando el realizador le dijo a Dippold que CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS iba a ser su siguiente película, la guionista primeriza quedó perpleja. “Pensé que me estaban hacienda una broma”, admite Dippold. “Recibí un mensaje diciendo que Paul quería salir a comer conmigo. Después de haber leído el correo electrónico, me quedé sentada, congelada, durante varios minutos. Después, pensé que era un chiste”.
“Bueno, así es Katie”, dice la productora Jenno Topping. “Es increíblemente humilde y genuina”.
Con el primer tratamiento del guión de Dippold en mano, Feig se movió a la velocidad de la luz para conformar su reparto, una tarea que se facilitó cuando visualizó a su “equipo de ensueño” mientras leía el guión. “Siempre he sido una aficionado de Sandra Bullock, y conforme lo leía, decía, ‘okey, Ashburn es Sandra’. Ashburn tenía su huella. Sandra es muy divertida en las películas y en la vida real. Tiene confianza en sí misma y es cool, pero también es muy analítica, a tal grado de ser cómica, situación que me encanta. Y así fue como sentí con respecto al personaje de Ashburn”.
“Sandra le aporta una virtud dulce a lo que pudo haber sido un personaje desagradable”, añade Katie Dippold. “Logra transmitir cabalmente esa vibra del estudiante que se saca puros dieces, y es hilarante”. Y McCarthy señala que, “Sandra es maravillosa, divertida y excéntrica. Estamos en gran medida en sintonía”. No les tomó mucho tiempo convencer a Bullock de que formara parte de CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS. Era una gran aficionada de Bridesmaids, y estaba ansiosa de trabajar con su director, Feig. “Ver Bridesmaids fue uno de esos raros momentos en los que pensé que esa era una persona [Feig] con la quería trabajar, porque sabes que va a sacar lo mejor de ti —y de que podía convertir a CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS en algo memorable. Paul quiere contar historias que involucren a mujeres sin hacerlas ‘historias de mujeres’”, añade Bullock. “Creo que el no censurar a las mujeres ha traído consigo mucha más diversión en pantalla. Decimos groserías. Yo hablo como camionera. Sí, así es”, dice entre risas. “La gente dice, ‘oh, las mujeres no hacen eso’, y yo digo, ‘¡Como chin..os no! Lo hacen. Lo hacen todo el tiempo’”.
Para el papel de Mullins, Feig no tuvo que buscar más allá que a su estrella de Bridesmaids, Melissa McCarthy. “En Bridesmaids, Melissa se convirtió en mi héroe”, comenta. “Así que, a las quince páginas del guión de CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS, la idea de darle el papel simplemente me vino a la cabeza. El guión, que ya de por sí era hilarante, se volvió diez veces más divertido cuando, mientras lo leía, me imaginaba a Melissa en el papel de Mullins.
“Melissa se compromete con un papel de una manera tan intensa que quedas impactado”, continúa Feig. “Es difícil darse cuenta que es Melissa adentro de ese personaje”.
McCarthy, mientras tanto, estaba encantada de reunirse con su director de Bridesmaid. “Paul ama a las mujeres y piensa que son muy divertidas”, comenta. “En ocasiones, cuando veo películas me pregunto, ‘¿qué tipo de mujeres conoces?’”, agrega McCarthy. “Hace años la gente solía decir: ‘las mujeres no son divertidas’. Yo solía pensar, ‘¿en qué caverna vives?’. Paul es inteligente y muy simpático. Es alguien que siempre está abierto a escuchar y a quien le gusta trabajar en colaboración, por lo que no creo que puedas estar en una mejor situación para hacer una película”.
“Si vas a contar una historia de principio a fin, creo que siempre debes de tener una gran estructura y guión, y Katie Dippold escribió una historia que nos emocionó a las dos; podíamos ver a los personajes claramente”, expone Bullock. “Como dice Melissa, una vez que te das cuenta que estás comenzando a hacerle ajustes a tu personaje, sabes que algo bueno está pasando. Si te emociona y nunca antes habías leído algo así, esa es otra ventaja. También creo que la improvisación, y todo ese mundo de comedia en vivo, es un tipo de comicidad totalmente distinto, que necesita de una historia, pero que es una forma más libre. En el set, fue una combinación de esos dos mundos, con un gran guión”.
“Podíamos jugar un poco con el material”, añade McCarthy. “La manera en la que siempre he trabajado y como trabajamos en esta película es que improvisas un poco en muchos lugares. Nunca te estás alejando del guión y llevando la historia a una dirección distinta; no puedes actuar como un loco. Puedes tener un fuerte punto de vista, pero una vez que enloqueces, no puedes responsabilizarte de nada”.
La química entre Bullock y McCarthy quedó en evidencia desde la primera lectura de guión. “Cuando leímos el guión [juntas] por primer vez, Melissa y yo hacíamos las mismas caras, de manera simultánea”, recuerda Bullock. “Nuestros ritmos son distintos, pero trabajamos tan bien juntas, que comenzamos a hacer clic. Hicimos muchas conexiones; es algo que nunca esperé tener a este nivel. Nos llevamos muy bien, es como mi hermana”, añade Bullock. “Te diría que es muy raro que actores se junten y tengan ese tipo de química y conexión como las que tuvimos. De alguna manera funciona y es algo inexplicable que va mucho más allá de lo que está en la página”, termina por decir la actriz. “Sandy y yo nos enamoramos en cine”, bromea McCarthy.
La fuerza de la dinámica Bullock-McCarthy, evidente incluso en aquel entonces, sirvió de inspiración adicional para afinar el guión. “Para el final de esa primera lectura, era obvio que Sandy y Melissa habían encarnado a estos personajes, y de que dependía de mí y de Katie Dippold tomar toda esa magia e incluirla en el guión —y permitir que estas mujeres volaran”, comenta Feig.
Dippold permaneció con CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS a lo largo de la producción, donde se le ocurrieron chistes alternativos y la inclusión de personajes con breves diálogos. “Siempre he permitido la improvisación”, señala Feig, “pero siempre debe de partir de un gran guión”.
Para Dippold, el proceso fue liberador. “Sandy y Melissa tomaron lo que estaba en la página y lo hicieron todavía más divertido de lo que jamás imaginé que podría ser”, comenta. “Uno de mis momentos favoritos se presentó durante una diatriba de Mullins en contra de su capitán (interpretado por Tom Wilson) —al que acusa de no tener testículos— cuando éste se rehúsa a sacar a Ashburn del caso. “Melissa se dejó llevar por el diálogo de una sola línea, ‘¿Han visto las pelotas del capitán?’ y lo convirtió en algo espectacular”.
VAMOS A PONERNOS INTENSOS (o…”¿QUIERES APOSTAR TU ESCROTO Y TESTÍCULOS? ADELANTE, ¡APUÉSTALOS!”)
“Ya llevo dos meses golpeando gente; es muy catártico”, bromeó Melissa McCarthy durante la producción de CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS.
Un blanco favorito de Mullins es Rojas, un traficante y proxeneta de poca monta, interpretado por la sensación de Youtube Spoken Reasons (también conocido como John A Baker Jr.). Durante uno de sus primeros encuentros, Mullins le avienta una sandía al maleante, que está en franca huída. La singular captura habla de la determinación y rápida manera de pensar de Mullins —y del humor ilimitado de la película. “Digo, ¿quién le avienta una sandía a alguien?”, pregunta el incrédulo Spoken Reasons.
El que una sandía en el aire te lleve al piso es sólo el comienzo de los problemas de Rojas con Mullins y, a final de cuentas, con Ashburn. Al buscar extraerle información al desafortunado delincuente, Ashburn y Mullins le dan a Rojas un tipo de incentivo para que coopere…lo cuelgan de cabeza de un balcón. La actuación del joven intérprete también fue incentivada por el hecho de que en realidad estaba colgando de un edificio de tres pisos, con tan sólo un cableado especial que lo mantenía en lo alto.
Feig, de entrada, apreció que Spoken Reasons haya aceptado no utilizar la pantalla verde/imágenes generadas por computadora. “Spoken Reasons nunca antes había estado en una película y quedé impresionado que quería hacer que la imagen se sintiera lo más auténtica posible. Nunca he conocido a alguien que camine frente a una cámara de cine por primera vez y asuma el mando de una manera tan magistral”.
Derribar a golpes a delincuentes son sólo una parte de las escenas de comedia física del filme, que también muestra a Ashburn y Mullins bailando en un bar de Boston, en una secuencia que tiene a las dos policías forjando su amistad con unas bebidas encima. “Sí, coreografiamos de manera cuidadosa la escena…durante todos los tres segundos y medio”, admite McCarthy. “No puedes coreografiarla”, añade Bullock, “porque tenía que verse lo más estúpida e inventada posible”.
La naturaleza de improvisación estimuló la diversión y el vínculo que generaron fuera de pantalla. “Es maravilloso trabajar con Melissa”, dice entusiasmada Bullock. “Comienza la escena y la improvisación es la manera en como hace las cosas. Después, teníamos a un director que también proviene de ese mundo y casi todos en el reparto también venían de ese mundo. El ámbito de la comedia con el que yo estaba familiarizada siempre fue muy controlado. Estaba el guión y tenías que pasar por 27 personas en el estudio antes de que pudieras cambiar un diálogo. Siempre quise hacer el tipo de comedia que tenemos en CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS (que he hecho en la vida real, más o menos de una manera libre), pero nunca antes se me había permitido experimentar en cine.
“Una vez que entre al set de CHICAS ARMADAS Y PELIGROSAS me tomó un par de días darme cuenta: ‘Tengo la libertad de hacerlo’. Fue muy liberador. Cuando estás alrededor de algo así, lo tomas y quieres mejorar tu nivel de juego. Es un músculo que debes de ejercitar y si tienes mucho tiempo de no haberlo hecho, se atrofia. Ver a esta gente trabajar es emocionante e inspirador, pero también intimidante”, añade Bullock.
“También resulta que Sandy es tremendamente buena para improvisar”, comenta McCarthy. “Lo he hecho durante 15 o 20 años, pero después, claro, Sandy entra y dice: ‘Nunca antes he hecho esto’. Y después resulta que es maravillosa y todos nosotros que hemos pasado años haciéndolo, decimos, ‘Bah’”, dice entre risas. “Se le da de manera natural”.
“Melissa tiene grandes movimientos”, comenta Bullock, al momento de hablar de las capacidades cómicas de McCarthy. “Cuando la vi bailar, sabía que nos íbamos a hacer amigas de inmediato. Hicimos el baile sin haber practicado nada”, continúa.
“Dijimos: ‘no hay que ensayar”, interrumpe su coestrella. “Seamos tan terribles como nuestras capacidades nos lo permitan. El pobre de Paul se vuelve y a nosotras ya nos habían grabado los rostros”, dice entre risas McCarthy, “y Paul pone cara de ‘¿Qué está pasando?’. Fue un extraño descenso a una locura controlada. Fue muy divertido. Hubo mucha cinta que se arruinó”, comenta. McCarthy añade: “Sí, se me da la bailada, pero no tengo el sentido para detener lo que sea que esté pasando”.
¿Fue la escena más divertida de la película? “Oh, Dios mío, ¿el momento más divertido? Ésa está difícil. Bueno, el baile fue maravilloso”, comenta McCarthy.
“Fue muy divertido y fue muy tonto. En un momento dado nos tuvieron que despegar”, dice entre risas Bullock. “En el guión creo que nada más decía: ‘se emborrachan y bailan’. Pero no hay nada más en la página. Las cosas que piensas que son muy divertidas cuando estás leyendo el guión, con frecuencia se vuelven las cosas que no son divertidas para los actores en el set. Y, con frecuencia, las cosas más estúpidas nos parecían las más divertidas, pero el equipo de producción no opinaba lo mismo”, continúa Bullock. “Nosotras nos reíamos, y ellos decían, ‘oh, Dios mío, están desperdiciando la mitad del día con este chiste estúpido’. Y nosotras decíamos, ‘Perdón, perdón. Estamos intentando calmarnos’. Estaban literalmente sentados diciendo: ‘saben que vamos a estar aquí hasta la medianoche porque ustedes no se pueden calmar’”.
Lista para involucrarse en cualquier tipo de acción, Mullins está vestida para matar con un atuendo estilo hip-hop/Patti Smith, junto con un siempre presente chaleco (“para poner cosas en él”, dice Feig), que es tanto funcional como cool. Ashburn, la reservada y extremadamente competente agente, está enfundada en un traje de negocios, con algo debajo que desconcierta por completo a Mullins: una faja de licra. Cuando Ashburn le explica el propósito del atuendo a la poco sofisticada de Mullins, la estupefacta policía exclama, “¿Qué chin**os se va a botar de ahí?”.
TODO ESTÁ EN LA FAMILIA
La estrechamente ceñida Ashburn no es el único dolor de cabeza de Mullins. También está lidiando con una familia fuera de control. Después de arrestar a su propio hermano (interpretado por el actor Michael Rappaport) por traficar drogas, Mullins es excluida por los demás miembros de su clan, incluyendo su mamá, papá, cuatro hermanos, y, por si fuera poco, las novias de éstos. Feig comenta: “Mullins arrestó a su hermano y lo puso en la cárcel, para poder salvarlo —una especie de rehabilitación forzada. Es una familia muy unida, pero tienen una manera muy interesante de demostrarlo”.
Con esa dinámica turbulenta en su lugar, imaginen lo que sucede cuando Mullins lleva a Ashburn a la irrazonable vorágine de una de sus comidas familiares [de nuggets de pollo (o “nuggies”, como le llaman a este manjar), guisado de habichuelas y una bandeja de fiambres]. Las palabras “aniquilación” y “destripamiento” ni siquiera comienzan a abarcar lo que Ashburn sufre antes de que siquiera se haya sentado a la mesa. “Es una carnicería verbal”, comenta McCarthy. “Entrar a un cuarto con la familia Mullins es como toparte con el demonio de Tasmania”, reafirma Bullock. “No tienes más opción que aceptar el abuso. No hay nada que puedas decir; sólo puedes reaccionar.
Nunca puedes contestar porque te rebanarían con suma facilidad y sin el menor empacho.
“Esos actores que interpretan a la familia Mullins no eran nada menos que una habitación llena de genios”, continúa Bullock. “Podías poner la cámara en cualquiera de ellos y podías obtener una gran historia”.
“Como que todos nos ponemos en contra de Ashburn”, señala el comediante Bill Burr, quien interpreta a Mark, uno de los hermanos de Mullins. “Realmente nos sobrepasamos en nuestro ataque. Fue como uno de esos concursos insensatos para ver quién puede decir la cosa más grosera directamente a la cara de Sandy [Bullock]”.
Peter, otro hermano de Mullins, es interpretado por Joey McIntyre (de la fama de New Kids on the Block) y Nate Corddry es Nate, el hermano menor. La incondicional de SNL Jane Curtin, y Michael Tucci son los padres que presiden semejante locura, y Jessica Chaffin y Jamie Denbo interpretan a las novias.
De hecho, la mayoría de los actores provienen de Boston, lo que ayudó a incrementar la diversión y autenticidad de la escena. “Hay algo acerca de los acentos y la actitud”, comenta Feig. “Le da un tipo de ‘sazón especial’ a los procedimientos”.
La habilidad de los actores para habitar estos personajes pone en evidencia la propia ‘sazón especial’ que Feig le pone al momento de hacer su casting. “El casting que hace Paul es una combinación de instinto y memoria”, comenta Topping. “Está tan enamorado de la comedia que lo absorbe todo —películas, comedia en directo, televisión— para descubrir quién está haciendo cosas interesantes. Todo el tiempo tiene hambre por ver nuevas voces de la comedia”.
A la diversión se suman los miembros del reparto Demián Bichir, en el papel del superior de Ashburn, capitán Hale, y Marlon Wayans como Levy, un agente del FBI. Bichir, quien fue nominado recientemente al Oscar por su actuación en A Better Life, y quien protagoniza el venidero drama de FX “The Bridge”, disfrutó sus escenas con Bullock. “Ashburn desquicia a Hale”, comenta el actor,
“pero creo que también la apoya para que tenga éxito”.
Marlon Wayans dice que el agente del FBI Levy siente lo que él llama “algo” por Ashburn, “pero es un hueso muy duro de roer”. Pero Wayans, cuyos créditos notables incluyen Scary Movie, dice que si hay alguien que lo pueda lograr, es Levy.
La mismísima ciudad de Boston también aparece en un primer plano, y las locaciones utilizadas por la producción, incluyendo el antiguo edificio del Boston Herald y una estación de policía clausurada, “cuentan una historia acerca de la ciudad”, comenta el diseñador de producción Jefferson Sage. “Todos los edificios eran hermosos”.
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