Divulgar la ciencia va más allá de crear eventos o dictar conferencias, es trabajar en tu área plasmando pasión a cada proyecto y así transmitir por medio del ejemplo los por qué de la importancia del estudio científico. Carl Sagan es uno de esos divulgadores que trabajó y logró acercar a un gran número de personas a la ciencia.
Gracias a su faceta de escritor, logró mezclar la ciencia y la ficción en su libro Los Dragones del Edén pero al llegar a la televisión con su serie documental Cosmos: Un viaje personal catapultó la difusión de sus teorías sobre el universo, captando a millones de fanáticos que hasta la fecha le recuerdan y reconocen como una de las mentes más importantes del siglo XX.
Uno de las grandes virtudes de Sagan fue nunca perder su capacidad de asombro y gracias a ello buscó explicaciones de cada fenómeno ante sus ojos, pero fue el espacio lo que cautivó su atención. La idea de estar solos en el universo o ser una de tantas civilizaciones habitando el universo le parecían igual de fascinantes.
Sus discusiones en torno a una deidad creadora de la vida enfrentada a las leyes de la física ha ocupado muchos espacios, pues en varias oportunidades dio sus argumentos para concluir que la existencia de un Dios era estúpida. Se declaró Agnóstico
La idea de que Dios es un hombre blanco de grandes dimensiones y de larga barba blanca, sentado en el cielo y que lleva la cuenta de la muerte de cada gorrión es ridícula. Pero si por Dios uno entiende el conjunto de leyes físicas que gobiernan el universo, entonces está claro que dicho Dios existe. Este Dios es emocionalmente insatisfactorio… no tiene mucho sentido rezarle a la ley de la gravedad.
Más allá de la ciencia, Sagan incursionó como asesor de Stanley Kubrick en la película 2001: Odisea del espacio;además de que tiempo después de su muerte se reveló ser Mr. X, autor de un artículo a favor de la legalización de la marihuana, descubriendo así su etapa de activista.
Aquí el ensayo completo.
Demostrar tu pasión por cualquier cosa en la vida, debe ir mas allá de las palabras, actuar y demostrar con acciones es más valioso, la vida de Carl Sagan, es muestra de ello.