Ciudad de México, junio 2020.- El concepto denominado “nueva normalidad” lo estaremos escuchando durante varias semanas para referirse a la manera en la que regresaremos paulatinamente a las actividades cotidianas, estudiantes, amas de casa, trabajadores, proveedores de servicios y en general quienes vivimos durante estos meses las medidas de contención del virus COVID-19 en nuestras localidades.
Sería poco realista volver a las rutinas habituales de trabajo y casa, como si nada hubiera pasado. Durante estos meses se puso a prueba el dinamismo de la sociedad en su totalidad y se reconfiguró la forma en que operaban las empresas proveedoras de bienes y servicios, prácticamente millones de personas se vieron obligadas a incorporar herramientas de trabajo remoto de la noche a la mañana, y se ha masificado la utilización de estas para atender las necesidades personales, familiares, escolares, de clientes y proveedores.
Estos aprendizajes y recientes adopciones de procesos de trabajo desde casa han sido analizados por directivos y tomadores de decisiones de las grandes empresas, ya que, para la mayor parte de ellas, ha resultado impactante el aumento en la productividad en muchas de sus áreas clave, y en términos económicos operar desde el home office ha significado en importantes reducciones de costos operativos para las organizaciones.
Los próximos meses serán cruciales para trazar las estrategias y ejecución de planes de inversión en recursos humanos, técnicos y económicos de las organizaciones, para reconfigurar y brindar una mayor certidumbre de operación y maximizar el aprovechamiento de los recursos existentes e instalados para fomentar la productividad.
“En los próximos meses estaremos viendo cómo los directivos de las empresas tendrán que replantear sus inversiones a empujar la productividad al máximo, para lograrlo, los tomadores de decisiones tendrán que enfocar sus recursos a buscar las herramientas tecnológicas que permitan hacer más eficientes los procesos repetitivos con un menor costo operativo” manifestó Sebastián Sanhueza Ramos, Country Manager de InvGate.
Esta reconfiguración de las prioridades operativas en las empresas trasladará a las áreas de Tecnologías de la Información una mayor responsabilidad sobre la planeación estratégica del día a día y de las posibles futuras eventualidades, por lo que deberán contemplar adquirir el equipo y las herramientas que garanticen la continuidad de sus servicios ante cualquier problema a futuro.
En primer lugar, las organizaciones tendrán que identificar los procesos repetitivos donde estadísticamente puedan proveer a través de bases de conocimiento las soluciones a los cuestionamientos más frecuentes, de esta forma podrán aprovechar lo que miles de usuarios, clientes y proveedores están realizando hoy en día.
La configuración de las herramientas que tiene InvGate para las empresas, es realmente intuitiva y permite poner a punto una mesa de servicio en pocos clics y de forma natural para quienes manejan los procesos de las empresas.
El regreso a la “nueva normalidad” nos remite a tomar las mejores prácticas derivadas de esta pandemia, y tejer las nuevas reglas de operación para las empresas y sus departamentos de TI, con la finalidad de satisfacer a los clientes, empleados y directivos con una mayor productividad en general.