El mundo de la tecnología y los desarrolladores es típicamente dominada por los hombres. Desde la escuela donde el porcentaje de mujeres en ingenierías es muy bajo y deben soportar la presión, chistes y comentarios desagradables de compañeros e incluso de profesores, hasta el ámbito laboral, donde el departamento de TI es un lugar cuasi sagrado en donde existen muchas historias de menosprecio al trabajo o aportaciones de las pocas chicas que trabajan ahí. Pero entre cada punto, hay un lugar intermedio donde están las comunidades en Internet, las convenciones, eventos, ese lugar donde están las declaraciones y conferencias de grandes figuras de la informática que replican este comportamiento machista. En donde las mujeres en lugar de integrarse, han debido crear espacios propios para la discusión de temas techies con más libertad y sin la presión de interrupciones de quienes contradicen o corrigen lo dicho por una mujer o son atacadas con comentarios machistas. Incluso quienes trabajan o estudian en un ambiente dominado por hombres es fácil que se acostumbren y aguanten chistes y comentarios misóginos.
Esta situación no es general, pues en muchas comunidades las mujeres se han integrado y se ha reconocido su aportación a la par de otros miembros, sin más ni menos, no sólo por ser mujer, sino porque en algunos grupos el conocimiento y trabajo de las mujeres que forman parte del grupo se toma como igual. Desgraciadamente son los menos.

Durante la marcha del 8M en la ciudad de México, se formó el grupo FemTech, donde mujeres relacionadas al campo de la tecnología o varios campos de ella, se unieron en un contingente, que además de levantar la voz por la igualdad y el espíritu general de la gran concentración femenina, también contaron algunos episodios en sus trabajos o escuelas sobre el por qué se unían a la marcha. del por qué es necesario que las desarrolladoras, diseñadoras, estudiantes de ingeniería, ciencias o informática, bloggueras, alzaran la voz sobre estos penosos episodios.

En muchos momentos de la historia las mujeres se han menospreciado y excluido, pero el área tecnológica es dura, más no imposible, pues a pesar de todo, existen muchas mujeres que han destacado por su trabajo. Científicas e ingenieras han logrado destacar, pero no sólo eso, entusiastas de algunas disciplinas se han convertido en promotoras de la inclusión tecnológica por medio de eventos.
En México tan sólo 2 de cada 10 personas que estudian ingeniería son mujeres. Las causas de esta baja participación puede tener diversas explicaciones, culturales muchas de ellas, sin embargo, el cambio de paradigma en la educación y el discurso tiene cambios, este cambio es gradual pero no suficiente como para destruir argumentos como “las matemáticas no son para las mujeres”, “las mujeres no pueden programar”, “las mujeres no pueden ser lo suficientemente dedicadas”. Mujeres que han logrado colocarse en puestos directivos de empresas tecnológicas coinciden en que no se trata de pelear contra los hombres, sino, demostrar con trabajo capacidades.
Apenas entrevistamos a Jessica Pérez, ingeniera que trabaja para Microsoft y actualmente vive en Noruega, la iniciativa Girl Tech la conoció en el país donde actualmente reside, y la trajo a México, muestra de que la disparidad de hombres y mujeres en el mundo de la tecnología se da en todo el mundo, no es cuestión de ser primer o tercer mundo, es un tema generalizado. ¿Qué hacer para incluir e inculcar la necesidad de reducir la brecha? La respuesta correcta no existe pero se trata de eliminar figuras viejas, frases falsas y pretextos en la orientación vocacional, pero sobre todo las mujeres que actualmente ya ejercen alguna ingeniería o que pertenecen a equipos de desarrollo continúen defendiendo y avanzando.