Quién no recuerda la cantidad de reacciones que provocó las primeras imágenes del prototipo del iPod touch y las especulaciones de la llegada del iPhone, de verdad era alucinante la posibilidad de desplazarse por la pantalla sin la necesidad de botones y sólo usar los dedos. No una idea revolucionara pero sí un intento bien logrado de popularizar la tecnología touch y los acelerómetros.
Al paso de los años, no muchos, menos de diez, los dispositivos touch se han popularizado y adaptado a nuevos sistemas operativos que surgieron para aprovechar las grandes pantallas. El mercado de las aplicaciones móviles surgió con infinitas posibilidades de monetizar proyectos que sin esta evolución no habrían sido posibles. De pronto los usuarios estuvieron dispuestos a pagar por una app que simula un tarro de cerveza.
Menos de 10 años y el mercado móvil continúa cosechando los frutos y sembrando nuevas posibilidades. Incluso las comunidades open source se sumaron y crearon su propia versión de sistema operativo móvil. Algunas empresas que no supieron aprovechar el momento están a punto de desaparecer como Blackberry, otras como Nokia, dejaron de lado su ingeniería para sumarse a Microsoft y adoptar un sistema operativo que trabajara con pantallas táctiles, muchos fabricantes aceptaron usar Android que emula muchas funciones de iOS. Hoy se puede hacer prácticamente lo mismo con un iPhone que con un celular Motorola Atrix. Las diferencias no son muchas, aunque existan variaciones estamos en una etapa de estandarización que podría no ser muy conveniente. Los fanáticos de los móviles esperan más que pulgadas extra o relojes que se sincronicen con el celular.
Digamos que estamos bien, a secas, falta mucho ingenio y retomar diseños atrevidos, funcionalidades en los sistemas operativos que devuelva el interés por adquirir un teléfono celular o una tablet. Sería perfecto recobrar la capacidad de asombro de los hard users, quienes se encargan de difundir lo sensacional de un nuevo dispositivo.
Conservar la integración a la vida cotidiana de un móvil y ser innovador es una tarea complicada y sumamente difícil, pero hay toda una industria que podría sacar adelante, esa nueva idea revolucionaria.